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Entrevista

Irene Montero: "Cuando una mujer rompe un techo de cristal, hay muchas otras barriendo los cristales rotos"

En la semana en la que se celebra el Día Internacional de la Mujer, la ministra de Igualdad, Irene Montero, charla con 20minutos sobre los avances alcanzados durante su tiempo al frente del departamento y los retos que quedan por abordar dentro del movimiento feminista. Un movimiento que, según sostiene, es "interseccional" y "transinclusivo", y que no debe dar por conquistados plenamente los derechos logrados. Afronta el último 8M de la legislatura en medio de toda la polémica por las rebajas de penas a agresores sexuales por la ley del 'solo sí es sí', de la reforma impulsada por el PSOE y cuando el Consejo de Ministros aprueba una nueva ley de paridad en la que su ministerio no ha trabajado. 

Madrileña nacida en 1988, Montero comenzó su militancia en las Juventudes del PCE y posteriormente como activista antidesahucios en la PAH. Entró en Podemos tras las europeas de 2014 y en 2017 fue nombrada portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados. En 2020 asumió la cartera de Igualdad y se convirtió en la segunda ministra del ramo de la historia de la democracia española.

Otro 8M, ministra. Y no es un 8M cualquiera. ¿Qué balance hace de sus cuatro años al frente del Ministerio de Igualdad, en una fecha tan significativa? 
Este es un 8M en el que todas las mujeres tienen que salir a inundar las calles. Para las feministas es muy importante acuerparse después de que nos lo impidiera la pandemia. También para celebrar que esta legislatura han sido años de avance decisivo del movimiento, y para expresar todo lo que nos queda por conquistar. A nivel institucional podemos estar orgullosas de una mayoría feminista del Congreso y del Senado que ha impulsado una nueva generación de derechos feministas como hacía muchos años que no se veía en España. Ha sido una legislatura y está siendo una legislatura de una clara referencia feminista. 

Este último año ha venido cargado de intensidad y polémica... ¿Ha sido complicado para usted estar al frente de un ministerio que recibe tantas críticas?Obviamente. Las feministas siempre hemos tenido muy presente que la tarea que tenemos por delante no es fácil, y que las mujeres que están en primera línea, en todos los espacios donde hay poder, sufrimos la violencia política de los reaccionarios. Es una tarea que entraña enormes costes. Frente a ese avance en derechos hay una reacción muy bien articulada, muy bien financiada a nivel internacional, que despliega violencia política contra las mujeres. Y eso hay que pararlo. Nadie dijo que esto fuera fácil, pero al final merece la pena, porque estamos avanzando para que todas las mujeres puedan vivir mejor.

¿Cambia mucho ir al 8M como particular a ir de ministra?Siempre he disfrutado mucho las movilizaciones. El 8M es un día de protagonismo del movimiento. Las instituciones ahí ocupamos un rol de respeto y de acompañamiento.

¿Las reivindicaciones son las mismas?Nosotras tenemos ahora mismo un rol muy concreto, que es el de convertir en leyes, llevar al BOE esas transformaciones que el movimiento feminista ya está haciendo realidad en la sociedad. Muchas veces el movimiento feminista va por delante, y lo que tenemos que hacer es acelerar la transformación institucional. Todas cumplimos una función que es necesaria desde el periodismo, desde el ámbito judicial, desde el ámbito sanitario, desde el ámbito educativo, desde la política institucional, desde las calles. Lo importante es que las feministas estemos en todos los espacios de la sociedad para acelerar las transformaciones. 

¿Deberíamos reforzar la visión de que los hombres también pueden ser aliados?Es una reflexión muy interesante. La última campaña que hicimos el 25N precisamente trataba de impulsar ese debate. ¿Cuál es el papel de los hombres en una sociedad feminista y frente a las violencias machistas? Todos podemos hacer algo para frenar las violencias y los hombres también tienen que jugar un rol parando los pies a los agresores, reflexionando sobre prácticas normalizadas y que antes no se consideraban violencia, pero que son violencia. Es una cuestión que cada vez está más presente en la sociedad. Acabo de terminar de ver una serie, la de Machos Alfa, que, bueno, desde el humor, plantea, por primera vez, ese debate de una forma que nunca se había hecho en el ámbito cultural y audiovisual. 

¿Y desde las instituciones?Ese debate nos tiene que llevar a impulsar que los hombres reflexionen y cambien algunas de sus dinámicas. Pero tenemos que pensar en términos estructurales, en políticas públicas que contribuyan al conjunto de la sociedad, también a los hombres, a avanzar hacia prácticas feministas. La conciliación, por ejemplo. Cuando hablamos de los permisos de maternidad y paternidad diciendo: "Oye, cuidar es una tarea de todos. No tiene que seguir existiendo una sobrecarga de cuidados para las mujeres". Y eso necesita de un compromiso que se tiene que concretar en dinero.

Pero luego vemos que un 20% de los jóvenes del país dicen que la violencia machista es un invento ideológico. Venimos también de unos meses muy dramáticos de mujeres asesinadas...En términos de violencia contra las mujeres no tenemos que ser nada autocomplacientes. Mientras siga habiendo una sola violencia, un solo asesinato, tenemos que estar ahí para entender qué ha pasado, qué podemos hacer mejor desde las instituciones. No obstante, creo que en esa parte de la sociedad que piensa que la violencia machista no existe tiene que ver también con que hay representantes políticos que dicen que la violencia no tiene género, como la extrema derecha, sectores muy poderosos en el ámbito mediático y el PP. Si lo dicen nuestros representantes públicos y lo repiten los medios sin hacer un cuestionamiento, ¿por qué no lo voy a pensar yo? Cuando se blanquean esos discursos, mucha gente que puede creer que es legítimo pensar así y actuar en consecuencia.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante una entrevista para '20minutos'.
BIEITO ÁLVAREZ

Ya mirando hacia adelante. ¿Cuáles son las próximas luchas del feminismo?Las feministas somos muy conscientes de que ningún derecho está plenamente conquistado y que incluso los que ya están negro sobre blanco en el BOE hay que cuidarlos y protegerlos. Pienso en el derecho al aborto y en todas las transformaciones que ahora se tienen que hacer para regular la objeción de conciencia, repartir productos de salud menstrual o anticonceptivos... Es muy importante hablar también de educación sexual. Enseñar a conocer nuestros cuerpos, a que podemos ser quienes somos y que no debemos sufrir discriminación por ello, a identificar las violencias y poder pedir ayuda. Y bueno, a hablar de las cosas de las que todavía son tabú, como la menstruación, el placer sexual a los 60, 70 u 80 años, mantener relaciones con la regla o lo que significa el consentimiento, no solo como palabra, sino en nuestras relaciones sexuales y afectivas, en el día a día.

Va a ser la última manifestación de la legislatura y llega además en un momento de gran división dentro del feminismo. ¿Cómo hacer para volver a unirlo?El movimiento feminista en España se ha manifestado muchas veces de formas muy diversas. Eso no impide que haya agendas y objetivos compartidos. Siempre ha habido diversas formas de organizarse y quizá la particularidad en este tiempo es que cada vez todas ellas están más legitimadas. Podemos no estar de acuerdo en todo, pero aun así construimos una agenda común lo suficientemente robusta como para hacer avanzar derechos que nos permiten a todas vivir mejor.

Pero luego ha habido un movimiento surgido del rechazo a la ley trans. No solo el PP es quien promete derogarla, sino también las llamadas "feministas clásicas".En la huelga de 2018, una parte del manifiesto lo leyó una mujer trans. El movimiento feminista es un movimiento profundamente consciente de la importancia de proteger la diversidad y yo creo que es interseccional y transinclusivo. Esas son características del feminismo. Aunque muchas veces los relatos públicos que se hacen sobre la ley trans se asocian a esa idea de división, todas las encuestas reflejan que es una de las leyes con más apoyo social de la legislatura. España es un país orgulloso de su diversidad y esta ley viene a garantizar unos derechos para las personas trans que, además, llegan demasiado tarde.

Hablaba antes de violencia política. ¿Usted se ha sentido atacada por ser mujer, por ser ministra o por las dos cosas?

La violencia política es una estrategia de los enemigos de los derechos de las mujeres para impedir avances. Usan, por supuesto, ser mujer, ser joven, u ocupar una posición de poder. Pero lo característico es que es una estrategia de escrutinio de la vida privada, de ridiculización, de menosprecio, que no se puede explicar mirando un hecho concreto. Es una gota, y otra gota, y otra gota… que, de forma continuada, desde el poder mediático, desde el político, con insultos, burlas, mentiras y difamaciones, pretende conseguir que nadie quiera tomar el relevo. No solo en España, es una estrategia para frenar los avances feministas que está desplegando la extrema derecha en todo el mundo. Y frente a eso, nosotras ponemos la fuerza colectiva de un movimiento y de millones de mujeres. 

Lo hemos visto en cultura, y en deporte hay cada vez más casos de denuncias de agresiones sexuales... ¿Es necesario un Me Too  en política?Yo creo que el Me Too o el "Cuéntalo", como se llamó en España esa iniciativa de la periodista Cristina Fallarás, ha sido muy importante para dar el salto de contarnos las unas a las otras y contar en la sociedad las violencias sexuales. Parte de la impunidad de los agresores se ha podido sostener por la invisibilidad y por la normalización de esas violencias. El ejercicio de contarlo es muy importante, y obviamente que se haga también por parte de mujeres que son referentes desde diferentes ámbitos, pues adquiere mucha más fuerza, porque esas referencias operan también para gente que no tiene tanta capacidad de poner en el centro del debate público esas violencias. 

La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante una entrevista para '20minutos'.
BIEITO ÁLVAREZ.

El Consejo de Ministros aprobó ayer una nueva ley de paridad. ¿Cómo se sintió al ver al presidente anunciar esta medida al margen de Igualdad?Si las mujeres somos más de la mitad de la población, es casi una reflexión estadística que tendríamos que estar presentes en la misma proporción en los espacios de toma de decisiones. Que no sea así habla de que todavía existen estructuras profundamente machistas. Y, por tanto, es importante romper los techos de cristal. Pero siempre que hay una mujer rompiendo un techo de cristal, hay muchas otras recogiendo los cristales. Mi prioridad tiene que ver más con que todas las mujeres más machacadas puedan despegarse de los suelos pegajosos, porque desgraciadamente hay muchas más haciendo las tareas menos valoradas socialmente y peor remuneradas. Por eso la agenda de este Gobierno ha tenido que ver con la subida del salario mínimo, la ratificación del Convenio 189 de la OIT, en impulsar políticas dotadas económicamente para que las víctimas de explotación sexual tengan salidas sociolaborales, una política de conciliación dotada con 200 millones de euros...

Entonces, la de paridad no es una ley de su Ministerio, pero que usted apoya... Bueno, es una ley del Gobierno. 

"La autocrítica ha sido la constante en todo el proceso de elaboración de la ley del solo sí es sí"

¿Sigue creyendo que centenares de jueces se han equivocado al rebajar condenas a raíz de la ley del 'solo sí es sí'? Hay una mayoría que está aplicando la ley y el derecho transitorio de forma adecuada. Los propios datos del Consejo General del Poder Judicial así lo indican. Y que son minoritarias las sentencias que están rebajando condenas a algunos agresores sexuales. Faltan datos por aportar, como por ejemplo, cuántas de esas revisiones son firmes. Estamos conociendo ya casos como el de Castilla y León, donde el Tribunal Superior de Justicia anula una rebaja de condena que ha hecho una audiencia provincial. También que la Fiscalía está recurriendo centenares de rebajas. Tenemos que esperar a que el CGPJ, cuando así lo considere, nos dé los datos completos.

Pero, ¿entiende la intranquilidad que genera en la sociedad que se hayan rebajado las penas a más de 700 agresores sexuales?Es que con que una sola víctima hubiese necesitado esa respuesta, teníamos que darla. Y tiene que ser una respuesta unitaria como Gobierno. Lo que creo que no es una respuesta (es, de hecho, la peor), es sacar adelante un intento de vuelta al Código Penal anterior de la mano del PP y de Vox. He hecho muchas propuestas, he estado dispuesta a ver cualquier otra que pudiese ser aceptable y no he parado de pedir, y sigo haciéndolo, que el PSOE se siente para llegar a un acuerdo. Lo que pasa es que el Partido Socialista nos ha informado de que no quiere un acuerdo.

¿Se van a sentir cómodos en un Gobierno de coalición si al final la fuerza mayoritaria cambia la ley, su ley, con la oposición?

Yo estoy defendiendo una ley que pactamos en el acuerdo de Gobierno, y que es el patrimonio de la lucha feminista frente a las violencias sexuales. Y hay un riesgo de retroceso en derechos de las mujeres y en volver al Código Penal de impunidad para los agresores. Solo un 8% de las mujeres que son víctimas de violencias sexuales denuncian. Lo que hay que hacer es impedir por todos los medios que volvamos al Código Penal de la violencia o la intimidación, mantener el consentimiento en el centro y dar una respuesta política a esas decisiones judiciales.

¿Hay capacidad de autocrítica?Todo el trámite de la ley, que fueron dos años, fue un proceso de revisión permanente. La primera versión de la ley bajaba las penas máximas. Y cuando recibimos el primer informe del CGPJ vimos que efectivamente, si bajábamos las penas máximas, podía haber revisiones a la baja. Y como ese proceso hicimos muchos. Cuando recibimos el informe del Ministerio Fiscal, del Consejo de Estado, después, en el debate parlamentario... No ha sido un proceso rápido, han sido dos años reflexionando, modificando y afinando la capacidad de esta ley para proteger a las víctimas. La autocrítica ha sido la constante en todo el proceso de elaboración de la ley del 'solo sí es sí'.

Parece que últimamente los socios de Gobierno van cada uno por su lado, no solo en este asunto. ¿Ve posibilidad de reeditar la coalición?Este Gobierno de coalición no puede olvidar que estamos aquí porque desde 2011 hay un proceso democrático muy poderoso en nuestro país. Y hay una mayoría que se ha expresado elección tras elección, a pesar de todos los intentos por intentar que Podemos no entrase a gobernar. Es el primer Gobierno de coalición de la historia de la democracia y tenemos que ir construyendo una cultura de coalición. Hay momentos en los que la ciudadanía tiene derecho a conocer que tenemos propuestas diferentes de encarar los problemas y propuestas diferentes. Creo que la gente también agradece que, muchas veces, después de expresar esas diferencias, llegamos a acuerdos. Claro que tiene sentido seguir gobernando a pesar de las contradicciones, de las dificultades. Tiene sentido porque gracias a que gobernamos podemos hacer posible lo que mucha gente creía que era imposible.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante una entrevista para '20minutos'. 
BIEITO ÁLVAREZ.

Hay dos iniciativas contra la explotación sexual y la prostitución. Una en el Gobierno, y otra en el Congreso. ¿Dará tiempo a que salgan adelante en lo que resta de legislatura?En el caso de la del Parlamento, los tiempos los marca del Parlamento. En el caso de la ley de trata, el Ministerio de Justicia es quien lleva esa ley. Pero nosotras hemos puesto todo nuestro empeño para que pueda estar aprobada antes de que acabe la legislatura. Mientras esas leyes avanzan, hemos ido implementando políticas públicas paralelas. El 016 ya atiende también a las víctimas de trata y explotación sexual. Hemos creado el 'Plan Camino', el primer plan de inserción social y laboral para mujeres en contextos de prostitución. Hemos pactado con las comunidades un sistema de acreditación para facilitar la detección de una víctima de trata o explotación sexual. ¿Cuál creo yo que es el principal reto en esta materia? Hablar de la Ley de Extranjería. La inmensa mayoría de las mujeres que están en contextos de prostitución están en situación administrativa irregular y esa es la primera gran barrera de acceso a cualquiera de sus derechos. 

Y ¿qué le parece que un diputado de un partido que se ha propuesto erradicar la prostitución en España como es el PSOE acudiera a prostíbulos?
El caso es gravísimo y muestra además algo que muchas veces permanece oculto, y es cómo la explotación sexual de las mujeres forma parte de las estructuras de corrupción del bipartidismo. Precisamente también el impulso democrático que está viviendo nuestra sociedad tiene que ver con un rechazo muy fuerte a la corrupción y del profundo machismo que está presente en esas estructuras. Y de eso también surge Podemos. Es de enorme gravedad. Creo que el PSOE es el primero que es consciente de ello.

"Las primarias abiertas son una seña de identidad de Podemos y que por supuesto vamos a defender"

Pablo Iglesias pidió a Yolanda Díaz que se someta a un proceso de primarias de cara a las elecciones generales. ¿Siguen pensando que es su candidata?Es ella quien tiene que, primero, terminar de montar su partido, y después, contarnos si se va a presentar y si quiere ser la candidata de Podemos. Nosotras, mientras tanto, estamos haciendo nuestra parte, que es trabajar para gobernar con más fuerza, porque eso es lo que nos permite hacer las transformaciones. Y la fuerza te la dan los ciudadanos con su voto. Quizá estábamos demasiado acostumbradas durante los años del bipartidismo a que la fuerza te la diesen los contactos que tenías con los poderosos que mandan sin presentarse a las elecciones. Pero nuestra fuerza depende exclusivamente de la fuerza que nos dé la ciudad. Ojalá avancemos lo más rápido posible, pero también tenemos que respetar los tiempos de Yolanda montando su partido. Cuando lo haga, si lo hace, pues ahí estaremos para tratar de acordar esa coalición entre Podemos y Sumar que nos permita seguir avanzando. 

Pero, ¿debería haber primarias en cada circunscripción electoral?Cuando Yolanda termine de montar su partido, nos sentaremos y eso lo tienen que abordar los equipos negociadores. Obviamente yo creo que una seña de identidad, del ADN de Podemos, es que siempre es la ciudadanía con su voto quien decide quiénes nos presentamos y cuál es nuestro lugar. Las primarias abiertas son una seña de identidad nuestra y que por supuesto vamos a defender. No nos gustan los pactos de despacho, preferimos las primarias abiertas, pero eso, en todo caso, formará parte de las negociaciones cuando, cuando Yolanda termine de montar su partido.

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