Los ministros de Defensa de la UE abordan las fórmulas para enviar más munición a Ucrania en un momento clave de la guerra

Una anciana es evacuada de Bajmut.
Una anciana es evacuada de Bajmut.
EFE
Una anciana es evacuada de Bajmut.

Occidente mantiene encendidas todas las luces y trata de que la maquinaria tampoco frene ante Rusia. Ucrania tiene que resistir. Y es que la guerra ha entrado en un momento clave, y todas las partes son conscientes. Ucrania clama por más munición y armas, y la UE busca la fórmula para recoger el guante. Este martes y miércoles los ministros de Defensa de la UE se reúnen en Estocolmo para hacer realidad los reclamos del Gobierno de Volodimir Zelenski, y aunque del encuentro no pueden salir decisiones formales sí servirá para preparar el próximo Consejo Europeo de este mes, donde todo tomará mucha más forma siempre que haya un consenso que no es fácil de lograr.

Los ministros esperan contar con la presencia de su homólogo ucraniano, Oleksii Reznikov, para conocer de primera mano la situación en su país, y de los comandantes alemán y polaco de la misión de asistencia militar de la UE a Ucrania. Pero la parte que más debate generará será la dedicada a las posibles opciones para acelerar el suministro y la producción de munición de artillería, así como para emprender adquisiciones conjuntas y aumentar la capacidad de producción de la industria europea.

Según adelanta El País, la Comisión Europea prevé utilizar 1.000 millones de euros del presupuesto comunitario para financiar el envío de material a Ucrania y también la reposición de reservas de los Estados miembros que han ido vaciándose en el último año. No obstante, se manejan tres vías diferentes para abordar esa 'compra' común, planteada inicialmente por Estonia y que exige matices porque sobre el papel los Tratados no permiten usar fondos comunitarios para la compra de armas.

En primer lugar, plantea la entrega a Ucrania "lo antes posible" las reservas de munición, principalmente de 155 milímetros, que tengan ya los países en sus inventarios. Para facilitar su donación, la UE propone "incentivos" como el reembolso en mayor proporción para los envíos que vayan saliendo antes. Así, los países deberán acordar los tiempos y la tasa de reembolso, pero fuentes comunitarias pusieron como ejemplo que de la munición entregada antes de finales de abril pueda reembolsarse un 90%, porcentaje -más favorable que el actual- que irá bajando a medida que los envíos se vayan realizando en las siguientes semanas.

La segunda vía implica garantizar a los países que sus arsenales se repondrán rápidamente, y para ello se contempla que la Agencia Europea de Defensa desarrolle un proyecto en el que viene trabajando para realizar compras conjuntas, o bien que varios Estados miembros impulsen consorcios para ello. Por otro lado, la tercera posibilidad consiste en garantizar la producción más a largo plazo con pedidos conjuntos a la industria, en la que se quieren invertir 500 millones de euros del presupuesto comunitario para 2022-2024. Para ello, la UE quiere acelerar la aprobación de la llamada ley de adquisición común (EDIRPA, por sus siglas en inglés) propuesta por la Comisión Europea en julio pasado.

Con todo, se trata de un tema muy complicado de tratar, pese a que la fórmula parezca parecida a la usada para la compra común de vacunas durante la pandemia de Covid-19. Daniel Gil, analista en The Political Room, explica a 20minutos que "es un tema mucho más complicado que la compra común de vacunas, por supuesto", pero no lo ve imposible. Además, Gil no cree que lo que dicen los Tratados sea un freno insuperable: "Esto es como todo, si se quiere hacer se hará", aunque eso no evite que la Unión pise terreno pantanoso porque, de nuevo, se trataría de una decisión sin precedentes.

"Los Tratados no permiten específicamente dar fondos europeos para armamento pero se hacen un par de ajustes, se cambian un par de nombres y se hace", resume rápidamente el analista. La clave está en la producción propia, y aquí aparecen los Bálticos, que consideran clave "desarrollar la industria europea de Defensa, pues tiene mayor capacidad de la que muestra". 

Ahora, en el otro lado la propia industria "asegura que para qué va a producir más si no tiene pedidos". Eso podría cambiar con la fórmula para Ucrania. Gil asume, no obstante, que todo tendría que hacerse "con producción propia precisamente para justificar el uso de fondos europeos". No tendría por tanto acudir a terceros países, comprar el armamento y posteriormente donarlo a Kiev. "Los escollos en estos casos siempre son políticos, nunca legales", sentencia Gil. La veda se ha abierto.

Rusia tiene "hambre de misiles"

Por otro lado, el portavoz de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Yurii Ignat, ha advertido de que el Ejército ruso tiene "hambre de misiles", con lo que desde Moscú harán "todo lo posible" por conseguir nuevo armamento para combatir en la guerra. "Todos creen que los misiles rusos se están acabando. Pero no hay necesidad de sacar conclusiones apresuradas. Rusia hará todo lo posible para obtener tantas armas como sea posible en la guerra contra Ucrania", ha manifestado Ignat, según recoge Ukrinform.

De acuerdo con el portavoz castrense, Rusia se ve ahora en necesidad de responder a algunos de sus altos mandos militares, que se han quejado de falta de armamento, y es probable que para ello "busque en terceros países para comprar tanto proyectiles como drones". En este sentido, Ignat ha apelado a las autoridades militares ucranianas para no relajarse y seguir garantizando la defensa territorial del país, adquiriendo sistemas antiaéreos y para repeler las ofensivas con drones.

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