Felipe González llegó a la presidencia del Gobierno en 1982. Lo hizo con una gran mayoría absoluta y el compromiso de modernizar España. Lo consiguió, pero no fue rápido. Para su primer gobierno eligió a 17 hombres y ninguna mujer. En 1986 volvió a ganar. Y repitió estrategia: cero mujeres. Tuvo que esperar a 1988 para nombrar a dos ministras, Matilde Fernández y Rosa Conde. Y entonces fue una decisión polémica, que dividió a la sociedad. Pero el ruido desapareció y, desde entonces, las mujeres cada vez han tenido más peso en el Consejo de Ministros. Ahora hay mucho ruido, demasiada confusión, pero el peso y la presencia de la mujer en todos los ámbitos no han dejado de crecer. Y así tiene que seguir.