Marina Puche, la primera artista que plantará la falla municipal

De tradición fallera más que diseñadora. Así se define Marina Puche (València, 1982), una artista multidisciplinar que nació en el seno de una familia de artistas falleros y estudió Bellas Artes. En 2012 creó junto a su hermana la marca Manitas de Plata, una empresa dedicada al dibujo, la ilustración, el diseño y las joyas y complementos, que hoy goza de un lugar destacado incluso en la tienda del Museo Thyssen-Bornemisza.

Y no solo eso. Premio Ingenio y Gracia por el monumento que diseñó para los artistas Latorre y Sanz en la Falla Pizarro–Cirilo Amorós en 2022, también pinta. Y mucho.

Un mural de estilo naíf que decora el barrio del Carmen para el que no dudó en usar el lápiz o el carboncillo. El mural colaborativo que, bajo el lema Tinc la festa dins del cor, preside el Salón de Plenos de la sede de Junta Central Fallera. O la escultura en el Claustro gótico del Centre del Carme de Cultura Contemporània (CCCC), talla que invita a visitar Amor a primera tinta, una recientemente inaugurada exposición de esos dibujos del alma que publica cada viernes desde hace cinco años; a los que le acompañan una retrospectiva de todas las fallas infantiles que ha creado a lo largo de su vida y de las colaboraciones con las grandes.

La artista ha plasmado las escenas más emotivas que ha aportado la ciudadanía para mantener el corazón "contento"

En los bocetos, los murales y los ninots de Marina Puche la fiesta y la ilustración se dan la mano, así como en sus piezas realizadas en porcelana. O el mismo diseño de la Falla municipal de este año.

Un pálpito como inspiración

Cardioversió valenciana, así se llama la falla, es un proyecto inspirado en una operación cardiaca a la que sometieron a su padre y que consiste en revertir anomalías, generalmente arritmias, devolviéndole al corazón su pulso normal con breves descargas eléctricas. Se trata de una operación en la que hay que detener el latido, lo que hizo pensar a la artista en el tiempo vivido durante la pandemia, en el "renacer". En lo cotidiano.

También, en ese amor por las fiestas aprehendido, generación tras generación, en una familia con una larga tradición fallera. "Mi abuela hacía fallas; como la de Convento Jerusalén, Na Jordana y todas las fallas históricas. Mi padre también: Micer Mascó, Quart i Palomar. Y luego yo, que estuve haciendo fallas en las que me ayudaba mi padre", cuenta al teléfono.

A cuatro manos y con tradición 

Así, tras una reunión en el taller de Manolo García, a la que fueron convocados ella y su padre para plantear qué proyecto se podría ofrecer a la Falla del Ayuntamiento, la idea concluyó en un destacado corazón de 10 metros, protagonista de un monumento que alcanzará los 20 metros de altura.

"En casa se han vivido mucho las fallas, se ha comido fallas. A toda hora. Han sido el centro de todo", explica Manolo García Lleonart, coautor plástico del magno desafío. "Yo, desde muy pequeño, veía a mi padre en la mesa dibujando, pensando en ideas para la falla, trabajando en el taller...", recuerda.

El proyecto está "muy pensado conforme al espacio que es y dónde se va a plantar", añade Marina Puche. Su creación tomará forma sobre la plataforma que sirvió de soporte para el Ágora de la Capitalidad Mundial del Diseño, en la plaza del Ayuntamiento de València.

Impulsar la visibilidad de la mujer

Licenciada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, máster en Producción Artística (UPV), con posgrado de la Universidad de Diseño Burg Giebichienstein, Kunst und Design (Halle, Alemania), Marina Puche es consciente del privilegio de haberse criado en un taller de reconocido prestigio y de la mucha distancia que aún queda por salvar: no ha habido ninguna mujer que haya firmado una Falla de categoría Especial. Con más hombres que mujeres trabajando en los talleres, reivindica que estas firmen, al menos, sus trabajos.

Del resto de dificultades, se ciñe a las técnicas: "Ninguna", explica la artista valenciana. "Siempre es un reto, un reto grande al que hay que habituarse. Y acoplarse, tanto a la falla como a los artistas, que este año son los reyes de la vareta", bromea.

Se refiere al material usado para la construcción de Cardioversió valenciana: la madera. Su falla estará hecha con la especialidad de vareta, una forma tradicional de preparar una cremà mucho más limpia y amable con el medioambiente, aunque no se haya renunciado al uso del corcho en algunos ninots.

"Mi abuela hacía fallas y mi padre, también. Siempre es un reto grande al que hay que acoplarse, tanto a la falla como a los artistas"

Además de todo eso, se pidió a la ciudadanía que aportase ideas que ayudasen a mantener el corazón "contento". De las centenares de propuestas presentadas, se eligieron las escenas más emotivas, que contarán con su merecida representación en lo que ya se considera la primera falla que, como más preciado escaparate de un gobierno municipal, consigue romper el techo de cristal.