Ocho personas perdieron la vida este jueves por la noche en un tiroteo registrado este jueves por la noche en el distrito de Gross Borstel de Hamburgo (Alemania), ocurrido en torno a las nueve de la noche en una iglesia de los Testigos de Jehová. Entre las personas muertas se encuentran siete víctimas -cuatro hombres y dos mujeres, una de ellas embarazada de siete meses, por lo que la policía alemana contabiliza siete vidas sesgadas- más el atacante, un alemán de 35 años con supuestos problemas mentales llamado Philipp F. que se suicidó tras la matanza y actuó en solitario.
Según han detallado este viernes las autoridades policiales y del Gobierno alemán en Hamburgo durante una rueda de prensa, el atacante se suicidó tras cometer la matanza, que también ha dejado a ocho personas heridas, cuatro de ellas gravemente. Se trata de tres hombres y cinco mujeres de entre 23 y 66 años de edad. En el momento del ataque había unas 50 personas dentro del edificio y una veintena logró huir ilesa.
La policía recibió el primer aviso minutos después de las 21 horas del 9 de marzo y en "cuatro minutos" llegó al lugar de los hechos. Según ha explicado el encargado de las funciones del Interior en Hamburgo, Andy Grote, la policía logró separar al atacante de las víctimas y gracias a que le aislaron en una planta superior del edificio "se salvaron muchas vidas".
"El perpetrador huyó a la primera planta del edificio y allí se suicidó", ha agregado Grote. Cuando los agentes entraron al inmueble vieron de inmediato cómo un individuo con un arma de fuego huía al piso superior, ha confirmado el director del operativo policial, Mathias Tresp.
Los representantes de la Fiscalía y de la Oficina de Investigación Criminal de la policía señalaron por su parte que el atacante, que ha sido identificado como Philipp F., de nacionalidad alemana, no contaba con antecedentes penales de ningún tipo y poseía un permiso de armas como tirador deportivo.
Para el crimen empleó la pistola de medio alcance que estaba registrada a su nombre y en su vivienda han sido halladas múltiples cajas con municiones. Además la policía ha confiscado dispositivos electrónicos que todavía están siendo investigados. Durante el tiroteo agotó nueve cajas de munición enteras y disparó hasta en 50 ocasiones, han explicado las autoridades.
Incógnitas
Aunque la motivación del ataque todavía está por esclarecer, no hay indicios de que haya un trasfondo político, sino que las autoridades apuntaron más bien a una posible disputa personal, a pesar de que no entraron en detalles.
Philipp P. había sido testigo de Jehová pero abandonó la comunidad religiosa hace aproximadamente un año y medio, "de forma voluntaria pero no de buenas maneras", según el portavoz de la Oficina de Investigación Criminal, Thomas Radzuweit, aunque sobre las circunstancias de su partida las informaciones por el momento son contradictorias.
La policía alemana ha trasladado que la investigación sigue abierta y que sigue siendo incierto el motivo que llevó al atacante a cometer tal matanza.
Carta anónima
La policía ha explicado que hace un tiempo recibieron una carta anónima que les condujo al atacante, al que llegaron a visitar. También han mencionado que en ese momento sospecharon de sus condiciones mentales y expresaron sus preocupaciones sobre su licencia de armas, pero no se desarrolló ninguna acción policial más allá puesto que se mostró muy cooperativo y no tenía antecedentes penales.
Según la prensa alemana, la Policía podría clasificar el suceso como un acto amok, una enfermedad mental muy poco común cuya principal característica es la aparición de un brote de furia salvaje que induce al sujeto a un comportamiento asesino.
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