Xi Jinping seguirá siendo el hombre más poderoso de China y en consecuencia uno de los dueños del mundo. La Asamblea Popular Nacional en Pekín, una de las principales reuniones del Partido Comunista Chino (PCCh), le ha reelegido por unanimidad como presidente de China. De este modo Xi Jinping rompe todos los moldes y acumula un poder que nadie tuvo en el país desde Mao Tse Tung.
No hay precedentes. Con su reelección, con la nueva prórroga del mandato del presidente, se garantiza seguir otros cinco años, hasta 2028, en la más alta atalaya del poder chino. Así lo han querido los cerca de 3.000 delegados que han votado.
Desde los años 80 en China se aceptaba la existencia de una regla no escrita que decía que cualquier presidente podría serlo durante un máximo de dos mandatos. Y también, en el Partido Comunista Chino otra norma invisible pero implícita sugiere que para favorecer el cambio generacional cualquier persona mayor de 68 años debe retirarse y dejar sitio.
Pero, ¿por qué Xi Jinping? ¿Por qué él ha conseguido lo que ninguno, que el Partido Comunista acepte mantenerlo otros cinco años al frente del país? Tal vez su historia, su biografía, lo explique.
La marca del padre: de héroe a cargo purgado
No deja de ser curioso que el hombre más poderoso de China desde Mao sudara para ser un comunista chino. Fracasó hasta nueve veces en su intento de ingresar en el partido antes de ser finalmente aceptado.
La pobre cueva en la que Xi vivió de adolescente es hoy una atracción turística
Esas dificultades se explican en gran parte por razones familiares. Su padre Xi Zhongxun fue un héroe revolucionario y llegó a viceprimer ministro, pero durante la Revolución Cultural fue purgado, encarcelado y humillado públicamente. Eso marcó a toda la familia, también a Xi.
Él lo vivió en el colegio, donde sus compañeros le hicieron el vacío. Según el politólogo David Shambaugh, esta experiencia contribuyó a "un desapego emocional y psicológico y a su autonomía desde muy temprana edad".
Trabajos forzados en el campo
La suerte del padre afectó a todos los integrantes de la familia, también a Xi. Fue encarcelado, acabó en la calle y luego enviado al campo para realizar trabajos forzados, según recoge el documento que en su día publicó la máxima academia del partido.
Hice de todo: sembrar, pastorear, acarrear estiércol... Apenas descansaba"
Le tocó llevar cargas de cien kilos de trigo sobre un hombro a lo largo de un tramo de cinco kilómetros de carretera de montaña. "Hice de todo: abrir camino, sembrar, pastorear, acarrear estiércol... Apenas descansaba", dijo el propio Xi en 1995. Y vivió en una cueva, un lugar que hoy el régimen muestra con orgullo y que se ha convertido en atracción turística.
Incluso si no entiendes, te fuerzan a entender (...) Eso te hace madurar antes"
"Toda la familia quedó traumatizada", asegura Alfred L. Chan, autor de un libro sobre la vida de Xi. Para él, todas estas experiencias confirieron "dureza" al ahora líder chino. "Suele ir a por todo (...) Pero también tiene una noción de la arbitrariedad del poder, por eso enfatiza la gobernanza basada en la ley", explica este biógrafo.
La leyenda de Xi
Pero Xi estaba decidido a cambiar su suerte y a unirse al partido. "No importaba si se trataba del Terror Blanco (la represión del Kuomintang contra los comunistas) o de la era ultraizquierdista (la Revolución Cultural); a pesar de ser incriminado y enfrentarse a la adversidad, la fe de mi padre en el comunismo se mantuvo inquebrantable, y siempre creyó que nuestro partido era grande, justo y glorioso", relataba el informe que Xi Jinping escribió en una carta para celebrar el cumpleaños de su padre en 2001.
Forma parte de una campaña pública masiva diseñada para dar a conocer la autoridad personal de Xi"
Seguro que todo fue así, pero también que al régimen chino le interesa crear el relato, la leyenda de su líder. "Esta nueva versión forma parte de una campaña pública masiva diseñada para dar a conocer la autoridad personal de Xi", ha escrito Jun Mai en el South China Morning Post.
Pese a las dificultades estudió Ingeniería Química en la Universidad Tsinghua (Pekín), donde también obtuvo el doctorado en teoría marxista y en educación ideológica y política.
Entrar en el partido y empezar desde abajo
Tras la muerte de Mao, su padre fue rehabilitado y en 1974 Xi logró entrar en el Partido Comunista de China. Empezó desde abajo, como jefe del partido en un pueblo y no sería hasta 1999 cuando consiguió ser elegido gobernador regional de Fujian. En 2002 fue líder provincial en Zhejiang y cinco años después era la primera autoridad comunista en Shanghái.
En 1987 volvió a casarse, esta vez con la muy famosa soprano Peng Liyuan
Una mujer le acompañó como esposa en sus primeros años como miembros del partido. Su nombre no aparece en las biografías. Se divorciaron y en 1987 volvió a casarse. Esta vez fue con la muy famosa soprano Peng Liyuan. Xi se movía ya a otro nivel.
En octubre de 2007 fue nombrado miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China. Hasta noviembre de 2012 fue miembro del Secretariado del comité central y presidente de la Escuela Central del Partido.
Iba a ser el líder más liberal...
En 2008 fue nombrado encargado de los Juegos Olímpicos de Pekín. Eso, según el proceder de los comunistas chinos, significaba que sería nombrado próximo vicepresidente de la República Popular China. Y así ocurrió en marzo de ese mismo año. En 2010 pasó a ocupar puestos destacados en el Ejército Popular de Liberación, el Partido Comunista de China y el Gobierno.
Con Xi se ha creado un culto a la personalidad propio de Mao Tse Tung
En 2012 alcanzó la Secretaría general del Comité Central del Partido Comunista y en 2013 asumió la presidencia de la República Popular China. Dijeron muchos que sería el líder más liberal que nunca había tenido el partido. Se equivocaron.
Xi ha llegado a ser casi tan poderoso como Mao Tse Tung y se ha creado un culto a la personalidad propio de aquel. De hecho, en 2018, el Comité Central del Partido Comunista votó a favor de la reforma de la Constitución que permitirá a Xi Jinping presentarse indefinidamente a la reelección.
¿Seguirá más allá de 2028?
Y como Mao, Xi ha purgado el régimen como no se recordaba, esta vez con la lucha contra la corrupción como coartada. Las sanciones han afectado a más de un millón de personas, aunque algunos consideran todo ese proceso como una manera de deshacerse de sus enemigos.
Si su salud se lo permite, desea seguir en el poder 20 años, esto es, hasta 2032"
¿Seguirá Xi más allá de 2028? "Si su salud se lo permite, desea seguir en el poder 20 años, esto es, hasta 2032, como secretario general del Partido y hasta 2033 como presidente del Estado", aseguraba en 2018 el politólogo Willy Lam, de la Universidad china de Hong Kong, citando fuentes próximas a Pekín. Xi cumplirá 70 años en junio y en 2032 ya serán 79. Después de todo, en EE UU Joe Biden ya ha llegado a los 80.
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