Es uno de los miembros más discretos de la familia real inglesa, pero tras la muerte de su madre, está empezando a adquirir más protagonismo. Se trata del hasta hace unos días duque de Wessex, el príncipe Eduardo.
Este protagonismo va a aumentar después de que su hermano, el rey Carlos III, ha decidido nombrarlo duque de Edimburgo, el título que llevó el padre de ambos, el príncipe Felipe.
Eduardo tendrá que dejarse ver en más actos en público, aunque hay una circunstancia que quizá tenga que cambiar: el hijo menor de la difunta Isabel II no da la mano a la gente que acude a ver a la familia real en diferentes eventos.
Tal y como recoge el Mirror, el nuevo duque de Edimburgo ha visitado este sábado la ciudad escocesa del mismo nombre, pero en su paseo junto a su esposa, la duquesa Sofía, no ha estrechado la mano de ningún súbdito.
Y cuando su madre, Isabel II, falleció el pasado mes de septiembre y los miembros de la familia real fueron a saludar a los ciudadanos que acudieron al Palacio de Buckingham, tampoco estrechó la mano de ninguno de ellos.
¿Cuál es el motivo? Simple practicidad. Tal y como explicó a uno de los súbditos en septiembre, el duque no da la mano porque si lo hace se para y no tiene la oportunidad de hablar con la mayor cantidad de gente posible.
Por otro lado, no hace excepciones, porque de hacerlo, tendría que estrechar la mano del resto de ciudadanos.
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