El grupo Wagner trata de reclutar civiles después de que Putin le 'cerrase el grifo' de las cárceles rusas

Funeral de los caídos en Bajmut.
Funeral de los caídos en Bajmut.
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Funeral de los caídos en Bajmut.

La invasión rusa de Ucrania ha acabado convirtiéndose en un conflicto de desgaste, de minar capacidades y morales. El objetivo de Vladimir Putin es ahora Bajmut y parece que solo Bajmut. La ciudad está cerca de caer en manos de Moscú, pero Kiev trata de resistir a la vez que reconoce que "la situación es muy difícil" para sus tropas. La parte bélica y la parte humana, de hecho, se mezclan: de Bajmut llegan a la capital ucraniana los últimos caídos, a los que se despide con honores y con un silencio que eriza la piel de quien mira en la distancia y a la vez comparte desvelos y horrores.

Mientras, el alcalde de Melitópol, Ivan Fedorov, ha revelado que el grupo Wagner está enviando cartas a algunos de los ciudadanos de la urbe ofreciéndoles hasta 200.000 rublos -algo menos de 2.500 euros- por unirse a la organización de mercenarios y combatir en Bajmut. Estas declaraciones se dan en un contexto en el que los paramilitares colaboracionistas del Kremlin denuncian insistentemente la falta de munición y de material militar precisamente para abordar, dicen, con garantías la ofensiva en el este de Ucrania. Además, todo parece indicar que han tenido que recurrir a la vía civil porque Putin ya no quiere que 'tiren' de convictos de las cárceles rusas, según adelanta la inteligencia británica.

Melitópol cobró protagonismo durante los primeros compases de la guerra, pues fue una de las primeras ciudades que cayó en manos de Rusia. Ucrania, por su parte, denunció también el secuestro de Fedorov, quien a mediados de marzo del año pasado fue liberado por las tropas rusas. Respecto a Bajmut, la ciudad es desde hace semanas escenario de intensos enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, pues supone un enclave estratégico para los intereses ucranianos en el frente oriental.

Por otro lado, el Ejército ucraniano aseguró este lunes que Rusia ha mandado un tren lleno de presos comunes a los territorios que controla en la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, para compensar las numerosas bajas sufridas en sus intentos de completar la conquista de la región. "Debido a las muchas bajas de personal en la guerra, el enemigo utiliza fuentes alternativas para reponer sus recursos humanos", explicó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas.

El comunicado dice que el Ejército ucraniano observó "la semana pasada" cómo "un tren con vagones de segunda clase" que "transportaba presos" se dirigía hacia la provincia de Donetsk. "Uno de los vagones llevaba mujeres condenadas", esgrimió sobre la presencia de presas en el tren. Según los partes de guerra ucranianos, Rusia está perdiendo centenares de soldados cada día en su ofensiva en la provincia de Donetsk, más en concreto en la ya mencionada Bajmut.

El Gobierno de Volodimir Zelenski asume que Bajmut es el punto más complicado de la guerra ahora mismo, y así lo remarcó el coronel general Oleksandr Sirski. El mando militar insistió en que "la situación alrededor de Bajmut sigue siendo difícil" debido a las nuevas ofensivas lideradas por los escuadrones de mercenarios del Grupo Wagner. "Vienen desde múltiples direcciones, tratando de romper nuestras defensas y avanzar hacia zonas del centro de la ciudad", sentenció. No obstante, Sirski ha destacado que Ucrania continúa infligiendo "importantes pérdidas" en el enemigo.

Prórroga de las sanciones de la UE

Todas las partes, directa o indirectamente implicadas en la guerra, asumen que no se va a resolver a corto plazo y en ese escenario los Estados miembros de la Unión Europea han decidido prorrogar este lunes seis meses más las sanciones contra 1.473 personas y 205 entidades implicadas en invasión rusa. En esa lista se encuentran tanto el presidente ruso, Vladimir Putin, como su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov. En la lista continúa estando también Violetta Prigozhina, la madre del líder del grupo Wagner, pese a que el Tribunal General de la UE anuló la semana pasada las sanciones contra ella por considerar que su parentesco no era motivo suficiente para sancionarla.

Las medidas punitivas prevén restricciones de viaje para las personas físicas, la congelación de activos y la prohibición de poner fondos u otros recursos económicos a disposición de las personas y entidades que la UE incluya en su lista negra. Las medidas europeas, reiteran desde Bruselas, buscan dañar la capacidad económica y militar de Rusia, impidiendo que pueda mantener sus ofensivas en el campo de batalla. "Las sanciones son un veneno lento pero irreversible", repite el Alto Representante, Josep Borrell. La UE espera además que estas medidas hagan más mella a lo largo de este año.

Para nosotros, la prioridad absoluta sigue siendo y seguirá siendo siempre el logro de los objetivos establecidos

Pese a la presión occidental, Rusia no cambia su hoja de ruta y repite que solo puede lograr sus objetivos en Ucrania por medio de la vía militar, justificando así una vez más la "operación militar especial", que es como se refiere Moscú a la invasión. "Para nosotros, la prioridad absoluta sigue siendo y seguirá siendo siempre el logro de los objetivos establecidos. Ahora solo pueden lograrse por medios militares", expuso el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

De hecho, Peskov ha advertido de que en Moscú no consideran que en Ucrania se den los "requisitos previos" para la transición hacia un "curso pacífico", descartando por el momento la creación de un grupo de contacto para avanzar hacia la paz. En sus intentos por justificar la invasión, Rusia ha señalado que uno de sus principales objetivos pasa por lograr una "desnazificación" completa del país vecino, y ya a comienzos de marzo el Ministerio de Exteriores incidió en que la guerra se prolongará hasta lograr esta misión.

El acuerdo de grano

Asimismo, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Vershinin, ha confirmado la disposición de su país a prorrogar el acuerdo para la exportación de cereales a través del mar Negro, pero solo por un periodo de 60 días, la mitad de los 120 pactados inicialmente y que cuya primera prórroga por ese mismo número de días expira el próximo 18 de marzo.

"Hemos subrayado que Rusia no tiene inconveniente en que haya una nueva ampliación teniendo en cuenta que los acuerdos de Estambul propuestos por el secretario general de la ONU, António Guterres, son un paquete, pero la ampliación será de 60 días, no de 120, como era anteriormente", ha afirmado Vershinin en declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax.

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