Cómo limpiar las juntas de los azulejos de forma sencilla y que queden como nuevos

Cómo limpiar las juntas de los azulejos de forma sencilla y que queden como nuevos
Cómo limpiar las juntas de los azulejos de forma sencilla y que queden como nuevos
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Cómo limpiar las juntas de los azulejos de forma sencilla y que queden como nuevos

Polvo, moho, grasa, suciedad... Son estas las culpables de que, con el paso del tiempo, las juntas de los azulejos acaben poniéndose negras y, con ello, aumente la posibilidad de sufrir reacciones alérgicas. De ahí que sea conveniente limpiarlas con frecuencia si se quiere que las estancias del hogar, como la cocina y el baño, den una buena imagen y recuperen su brillo inicial. Aunque existen diversos productos industriales específicos para blanquear las baldosas, se puede recurrir a otros naturales y caseros que son igual –o más- efectivos.

Buena parte de las cocinas y baños están alicatados, y los azulejos dejan pequeños espacios entre ellos, las llamadas juntas, que se rellenan con la lechada, la principal causante de la suciedad. Por mucho que se intente, es muy difícil conseguir que permanezcan blancas, ya que se ennegrecen con mucha facilidad y el paso del tiempo, el uso cotidiano o las pisadas van dejando huella en ellas.

Por eso, es fundamental seguir los trucos y consejos que se detallan a continuación para limpiar los azulejos y que reluzcan como el primer día.

Pasos para limpiar las juntas de los azulejos

La mejor opción siempre es limpiar cada cierto tiempo las juntas de los azulejos pero, si no se hace así, los productos más útiles son el amoniaco y el agua caliente, que actúan con mayor eficacia gracias a sus propiedades desengrasantes. Además, son ideales para hacer una limpieza más profunda de las paredes y suelos, y para recuperar el color.

Lo primero que hay que hacer es limpiar bien el suelo o la pared, y dejar secar completamente. Después, se mezcla el amoniaco y el agua caliente en un barreño. Con un cepillo pequeño -sirve un cepillo de dientes- se frota entre las juntas de los azulejos, para que penetre y eliminar la suciedad más incrustada, al tiempo que se desinfecta. Tras terminar, se deja secar, al menos, 30 minutos. Se limpian los restos con un trapo o bayeta con agua y, por último, se seca con un paño.  

Es muy importante tener cuidado con el amoniaco, ya que es un producto muy fuerte, por lo que hay que proteger la piel con guantes de goma y ventilar bien el espacio en el que se trabaje.

A su vez, quienes lo deseen, pueden aplicar de nuevo la lechada. Para ello, hay que retirar la anterior raspando con suavidad, para no dañar el azulejo. Se limpia bien, se aplica el producto sobre las juntas con una espátula, con una esponja húmeda se retira de la superficie y se utiliza un sellador para proteger las juntas de la humedad.

Con qué productos se puede quitar la grasa o el moho

El amoniaco es el producto estrella, pero no el único que se puede utilizar. Así, en función de lo sucias que estén las juntas de los azulejos, puede que funcionen mejor otros métodos:

  • Lejía. Se mezcla con agua caliente y se aplica sobre las juntas sucias con una bayeta o paño para blanquearlas, aunque es más sencillo con un pulverizador.
  • Pasta de dientes. Al tener una fórmula blanqueadora, es perfecta para terminar de limpiar los azulejos. Tan solo hay que extender la pasta con el cepillo o con una esponja, y frotar con energía. A continuación, se enjuaga con agua fría.
  • Bicarbonato, vinagre blanco y agua caliente. Esta fórmula se puede aplicar en las juntas más oscuras con un pulverizador. Se mezcla, se pasa un cepillo y se frota. Si se quiere rebajar la lejía, el amoniaco o el vinagre antes de aplicar, hay que echarle un 50% de agua caliente.
  • Alcohol de quemar. Es muy efectivo para limpiar las juntas con rapidez y de forma sencilla: se aplica en un paño de algodón que no deje pelusas, y se frotan las baldosas. Quienes quieran todavía un mejor resultado, lo pueden mezclar con amoniaco a partes iguales, añadir un poco de detergente concentrado y medio litro de agua, y se frota con trapo o con papel de periódico.
  • Limpiacristales. En el caso de la cocina, el vapor que se desprende al cocinar hace que los azulejos pierdan su brillo y acumulen suciedad. Por ello, se aconseja limpiarlos con frecuencia, pulverizando con limpiacristales.
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