Valencia

El fuego consume las 760 fallas de València tras unas fiestas multitudinarias

Vista general de la cremá de la falla municipal en la plaza del Ayuntamiento de València.
BIEL ALIÑO / EFE

Los 760 monumentos falleros de València y del centenar de municipios que celebran estas fiestas ya son ceniza tras la cremà de este domingo de San José que ha puesto fin a la edición de 2023. Las previsiones del sector turístico, que apuntaban a una edición "casi histórica" por la afluencia masiva de visitantes, se han cumplido, a tenor de las aglomeraciones registradas en numerosos puntos de la ciudad y la asistencia multitudinaria a los principales actos: mascletaes, Ofrenda, castillos de fuegos artificiales, visitas a los monumentos y verbenas. 

A la vuelta a la normalidad total tras la covid se han unido este año factores como los días grandes en fin de semana, el buen tiempo y la festividad de este lunes en Madrid, lo que ha impulsado la ocupación turística hasta rozar el lleno absoluto y ha disparado la facturación de bares, restaurantes y comercios. 

En definitiva, ríos de gente que han llenado calles y plazas de sonido, música, color y ganas de pasarlo bien, pero que también han puesto a prueba servicios esenciales de la ciudad como la seguridad, la limpieza y la propia capacidad de organización de la fiesta fallera.

Una falla, durante la cremà de las fiestas de 2023
BIEL ALIÑO / EFE

El fuego consumió anoche las figuras de cartón piedra con unos horarios adelantados que se han consolidado tras la pandemia: a las 20.00 horas ardieron las fallas infantiles y dos horas después lo hicieron las grandes. Solo la ganadora de este año, la de Exposición-Micer Mascó (22.30 h), y la municipal (a las 23.00 h, fuera de concurso) tuvieron el privilegio de ser pasto de las llamas con algo de retraso, aunque numerosas comisiones también tuvieron que postergar la cremà ante la necesidad de intervención de los Bomberos por la cercanía de sus monumentos a las fachadas.

Así, la ciudad recupera con el inicio de la semana la normalidad en cuanto a movilidad con el fin de los cortes de tráfico en el centro y el paulatino desmontaje de las carpas falleras. Ha sido una noche intensa para los equipos de limpieza urbana para recoger la ceniza de los monumentos y dejar las calles como si nada hubiera pasado. La vuelta de los turistas a sus lugares de origen también conlleva el fin del dispositivo de seguridad.

Como se preveía, el fin de semana se desbordaron las previsiones con un lleno total en la ciudad. De hecho, el acto más masivo del coectivo fallero, la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, que ha dejado a la vista el manto dedicado al Centenario de la Coronación Canónica, acumuló retrasos que acabaron solapando el desfile de la fallera mayor, Laura Mengó, con el disparo de la Nit del Foc. Como el resto de castillos de fuegos artificiales, estrenó ubicación este año junto al Palau de Les Arts, tras décadas en la Alameda.

La mascletà, al igual que los días precedentes, se convirtió en un desfile de políticos, algo habitual en Fallas, pero más acusado si cabe por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Sin ir más lejos, ministros como José Luis Escrivà y la valenciana Diana Morant, o los populares Borja Sémper y Esteban González Pons, se dieron una tregua para disfrutar del atronador espectáculo del joven pirotécnico Manolo Crespo, que a sus 19 años lanzó más de 250 kilos de material pirotécnico en la llamada "catedral de la pólvora" de la plaza del Ayuntamiento.

El alcalde, Joan Ribó, hizo un balance positivo en su conjunto y aseguró que las Fallas de 2023 han funcionado de "manera súper normal", aunque apostó por "mejorar algunas cosas" como la suciedad en determinados puntos de la ciudad pese al dispositivo especial de limpieza, la falta de urinarios en las calles y "pasar de recomendaciones a algo más serio" respecto a las horas sin petardos. "Hemos vuelto a la normalidad de unas fiestas y hemos vuelto de una manera explosiva", celebró en referencia a la afluencia de visitantes. También destacó la seguridad, así como el desarrollo "de una manera muy pacífica y tranquila" de los Conciertos de Fallas en la Alameda.

No obstante, lamentó que "el único incidente significativo y despreciable" que se ha producido durante las fiestas ha sido la agresión homófoba a un joven en la falla Tomasos. "Es una cosa totalmente menospreciable y es un elemento que por desgracia vamos a investigar, además de desear la pronta recuperación de la persona afectada", afirmó, e insistió en que es "absolutamente intolerable".

La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, calificó de "muy positivo" el primer balance durante la cremà y dijo que los delitos y denuncias no se han visto incrementados en proporción al número de visitantes "en ninguno de los rangos ni sectores".

Fuset tomará el relevo de Galiana en Cultura Festiva

La cemà y el fin de las Fallas también supondrán el relevo en la Concejalía de Cultura Festiva y en la presidencia de la Junta Central Fallera. Tal y como anunció a finales de diciembre el alcalde de València, Joan Ribó, el concejal Pere Fuset recuperará ambos cargos después de las fiestas tras su absolución en el juicio por el caso que costó la vida a un trabajador en el montaje de las gradas de los Conciertos de Viveros de 2017. De este modo, su actual responsable, Carlos Galiana, dejará de ostentar estas atribuciones, que recibió tras la dimisión de Fuset a raíz de su imputación. 

Según el acuerdo alcanzado en el seno de la pata de Compromís en el Gobierno local, Fuset recuperará sus cargos en Cultura Festiva tras la cremà, dado que en diciembre la organización de las Fallas ya estaba encarrilada y, según Ribó, no tenía sentido que cambiara «el capitán durante el trayecto».

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