Un niño de tres años de edad, nacido en 2020, vivirá toda su vida en un escenario de calentamiento global que llevará a fenómenos extremos, como olas de calor, sequías y lluvias torrenciales, cuando la población que nació en 1980 aún habrá vivido 43 años en una situación menos grave, y mucho más los nacidos en 1950, que hasta los 70 años no llegaron a la situación de emergencia climática en la que este lunes ha vuelto a incidir el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU en su Informe de Síntesis de 2023, el que denuncia que la temperatura del mundo sigue subiendo y señala a los gobiernos la "urgencia" de actuar ya de forma "más ambiciosa" porque de lo contrario los efectos del cambio climático serán imparables.

"Subraya la urgencia de emprender acciones más ambiciosas y muestra que, si actuamos ahora, todavía podemos asegurar un futuro de vida sostenible para todos", ha afirmado el presidente del IPCC, Hoesung Lee, en rueda de prensa desde Interlaken (Suiza), donde este organismo bajo el paraguas de la ONU ha presentado un informe en el que han intervenido 2.000 expertos a través de sus aportaciones gratuitas de su trabajo diario sobre el cambio climático y que, como en años anteriores, advierte que los gobiernos no están haciendo lo suficiente pero que cree que no todo está perdido. Para ello, se tienen que tomar más medidas. "La senda y la escala de lo que se ha hecho hasta ahora y lo que está planeado son insuficientes para hacer frente al cambio climático".

La comunidad internacional acordó en la histórica Cumbre del Clima de París en 2015 poner freno al cambio climático, para evitar que la temperatura subiera entre 1,5 y 2ºC por encima de los niveles preindustriales. Al margen de la batalla entre quienes ponen la línea roja en el aumento de temperatura de 1,5ºC y quienes creen ver autorización para llegar hasta los 2º más, el IPCC advierte en su informe de este lunes que la temperatura global en estos momentos es 1,1ºC superior a los niveles preindustriales y que eso ya tiene consecuencias muy visibles, en forma de "eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes y más intensos", como olas de calor, sequías e inundaciones.

Para ilustrar lo que esto supone, el IPCC ha plasmado en un gráfico hasta qué grado los efectos del cambio climático se notan a lo largo de la vida de los habitantes de la tierra dependiendo de su año de nacimiento. Sitúa el punto de inflexión en 2020, hace tres años, cuando se certificó que en década anterior -desde 2010- un aumento de la temperatura global de 1,1ºC con respecto a cualquier año de referencia, incluida la década de 1890 a 1900, cuando  dio comienzo la Revolución Industrial y, con ella, el crecimiento constante de las emisiones de CO2 a la atmósfera. A partir de 2020 donde el IPCC pone la línea desde la que empiezan a notarse eventos extremos cada vez más graves y frecuentes.

Una persona nacida en 1950 y que cumplió 70 años en 2020 habrá vivido la mayor parte de su vida con un calentamiento de la atmósfera menos grave. Peor lo tienen los nacidos en 1980, que cumplieron 43 años en 2020 y a quienes el IPCC augura alrededor de media vida a partir de esa edad en un contexto climático más grave. La situación se vuelve mucho peor si se tiene en cuenta a los bebés o niños de hasta tres años, nacidos en el año referencia de 2020 y que, si no se le pone remedio, vivirán toda su vida en un mundo donde se sucederán eventos climáticos extremos cada vez con más frecuencia.

"Cada incremento de temperatura tiene como consecuencia una rápida escalada de eventos", dice el informe sobre olas de calor cada vez más intensas, lluvias torrenciales más fuertes y otros eventos extremos que, a su ve, "aumentan el riesgo para la salud humana y los ecosistemas". "En cada región [del mundo] la gente se muere de calor extremo", añade el IPCC, que advierte de que el progresivo calentamiento global provocará también inseguridad alimentaria de y de recursos hídricos.

IPCC

Así lo indica otro de las infografías del informe, que muestra cómo irá avanzando el calentamiento de la tierra y la sequía a medida que la temperatura vaya incrementándose y cómo también crecerán los días de precipitaciones al año, incluso en zonas donde el calentamiento haya provocado también que la tierra sea cada vez más seca, lo que dará lugar a más inundaciones.

En este escenario, en el que ya son evidentes los efectos del cambio climático, el informe del IPCC se centra en las perdidas y daños que ya provoca, sobre todo en las regiones más vulnerables, algo que fue el principal debate de la pasada Cumbre del Clima de Egipto. "Casi la mitad de la población mundial vive en regiones altamente vulnerables al cambio climático. En la última década, la muertes por inundaciones, sequías y tormentas fueron 15 veces superiores en las regiones más vulnerables", afirma.

Ribera carga contra el negacionismo

Responsables políticos no han tardado en responder a un informe que insiste en que los gobiernos deben hacer más para intentar que el cambio climático no provoque perjuicios irreversibles. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se mostraba desde primera hora de este lunes muy expectante ante las conclusiones y, una vez publicado, ha comentado a través de Twitter que "España se juega mucho" en la lucha contra el cambio climático, en la que ha reconocido que "aún queda un largo y complejo recorrido por delante", también para dar respuesta a la "solidaridad generacional" en términos climáticos y ha arremetido contra quienes niegan la existencia del cambio climático.

"El negacionismo es uno de los atentados más absurdos y crueles a los que nos enfrentamos. Debatir 'cómo' es necesario. Negar la realidad es peligroso e injusto", ha tuiteado.

"Algo no va bien, algo va fatal", ha añadido en un vídeo difundido más tarde, en el que ha insistido en la necesidad de "transformar a toda velocidad el sistema energético" en España, afrontando "desafíos claros" sobre "cómo integrar en esta transformación a los territorios y las personas".

Ribera ha subrayado la gravedad de que el calentamiento global esté ya a solo cuatro décimas del umbral de 1,5ºC por encima de 1900 y en la responsabilidad de los habitantes de ahora para con los del futuro. "Nos interpela como personas y sociedad, dentro de nuestra generación pero también por los que están por venir, cómo trabajar para reducir esta pesada carga de peligros" relativos al cambio climático. 

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Clima, Frans Timmermans, ha apuntado que el informe del IPCC no admite duda sobre las consecuencias que el cambio climático tiene ya. Para frenarlo, ha pedido que la Cumbre del Clima  -COP- que se celebrará el año que viene en Arabia Saudí consiga acordar frenar las emisiones de CO2 para 2025 y un camino de salida para el uso de combustibles fósiles, además de las políticas "robustas" a nivel doméstico -de la UE, por ejemplo, que es necesario llevar a cabo.