Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

La moción impredecible

Ramón Tamames y Santiago Abascal
Ramón Tamames y Santiago Abascal
VOX
Ramón Tamames y Santiago Abascal

Acostumbrados a que la política española sea sumamente previsible en actitudes y argumentos, lo que hoy y mañana va a suceder en el Congreso despierta curiosidad e interés, y el balance final en cuanto a ganadores y perdedores resulta impredecible. No deja de sorprender que un partido de extrema derecha presente como candidato en su segunda moción de censura contra Pedro Sánchez a un exdirigente comunista que ideológicamente nada tiene que ver con Vox, excepto en la defensa de la monarquía constitucional y la unidad de España. La iniciativa no tiene ninguna posibilidad de prosperar, claro está, y tampoco Ramón Tamames pretende a sus casi noventa años volver a la carrera política. Por tanto, el interés no está en el resultado sino en cómo puede cambiar la guerra de posiciones entre partidos.

Pese a su edad, el candidato se mantiene lúcido, y no va a hacer el ridículo. Es un hombre culto y bastante pragmático, que no duda en calificar a España como "nación de naciones". Personalmente no tiene nada que perder, en realidad él ya ha ganado, y lleva semanas disfrutando del protagonismo que le ha regalado Vox. Como académico va a dejarnos una especie de testamento político sobre los males que sufre España, particularmente sobre los problemas que suscita la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno y la dependencia hacia unas fuerzas separatistas cuyo objetivo es destruir la unidad nacional.

Pese a su edad, el candidato se mantiene lúcido, y no va a hacer el ridículo

A partir de ahí, lo interesante será ver la estrategia y el tono que cada grupo adopta. A Vox le puede acabar costando cara la iniciativa si Tamames se desmarca aún más de sus postulados, haciendo incomprensible el sentido de la moción para su propio electorado. Por su parte, Sánchez sabe que sería un error despreciar al candidato, al que está obligado a tratar con guante de seda, pero sobre todo deberá esforzarse en reivindicar su política por encima del ruido de las últimas semanas con sus socios de Gobierno. El PP teme una cierta pinza, pues la moción se juega en el campo de la derecha, pero cree que la moción es estrambótica y que acabará perjudicando a Vox. 

Finalmente, será UP quien utilice el lenguaje más duro contra la figura de Tamames, acusándolo de blanquear a la extrema derecha, sin olvidarse de poner en valor el Gobierno de coalición y enviar alguna pulla al PSOE. A dos meses de las municipales y autonómicas de mayo, y a ocho meses para las generales, el inesperado paso de este díscolo profesor por el Congreso servirá para que cada grupo anticipe su balance de una legislatura por la que nadie daba un duro cuando empezó a finales de 2019. Cuatro años condicionados por una cascada de sucesos, desde la pandemia hasta la guerra de Ucrania, tan impredecibles como esta moción.

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