¿Qué es ser feliz?

Ya no somos tan felices. Al menos no como hace unos años si nos atenemos al índice mundial de la felicidad publicado hace unos días. Hemos caído al puesto 32. Este tipo de ranking sirve para más bien poco, excepto para el titular, que funciona muy bien cuando queremos decir que estamos mejor o peor que antes. La felicidad es algo tan difícil de medir y tan, tan subjetiva que estar a la cabeza de los países más felices o en la cola depende de la percepción de cada uno.

Este ranking en concreto lo hace Gallup y mide factores tan tangibles como las ayudas sociales, los ingresos, la salud, la ausencia o no de corrupción, la libertad de los ciudadanos… En fin, valores que en algunos casos son perfectamente medibles, cuantificables, y, en otros, son mucho más relativos. Porque para cada uno la felicidad es sinónimo de cosas completamente diferentes. Y ser feliz, completamente feliz, es difícil de afirmar. Somos puntualmente felices, dependiendo de las circunstancias y aspiraciones de cada uno en un momento muy concreto de nuestras vidas.

Lo que hace 10 años nos hacía inmensamente felices ahora quizás ya no. Lo que antes nos podía parecer aburrido, simple, sin ningún tipo de atractivo, ahora nos puede parecer el mejor plan del mundo. Cuando la vida te ha dado palos, aprecias lo sencillo. Cuando te faltan a los que quisiste, aprecias estar con los tuyos. En fin, que la felicidad es caprichosa, etérea, difícil de atrapar.

Hace unos años, dar un paseo en un día soleado, con mi perro, con mi persona favorita y con mis hijos, podía ser un plan más, uno de los que había que hacer para sacar a los niños un rato de casa. Ahora los niños ya no están, son mayores, van a su ritmo, y ese paseo por el mismo parque es felicidad pura. No necesitas mucho más. Una tarde tranquila, un buen libro, buena música y compañía es, para mí, sinónimo de felicidad.

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Cuando eres más joven no aprecias el tesoro que supone tener salud, que los tuyos estén bien. Lo das por hecho cuando en realidad es un privilegio. Ahora lo sabes, porque ya llevas unos cuantos sustos y sabes que, tener salud, es felicidad en estado puro.

Así que sí, podemos estar en el puesto 32 comparados con otros países que nos llevan delantera. Por cierto, en ese ranking, el primer país, el más feliz del mundo, es Finlandia. Un país con muchas ventajas sociales, con poca corrupción y con una tasa de empleo alta. Sí, de acuerdo. Pero sin apenas luz del sol durante muchos meses del año. Salen de casa de noche, vuelven de noche, y así durante meses. Y, ¿qué quieren que les diga? Prefiero todas nuestras imperfecciones, que son muchas, a cambio de un buen paseo por la mañana, disfrutando del sol de primavera en la cara.