El agua es uno de los elementos vitales fundamentales y, a la hora de consumirla, se puede optar por beber el agua del grifo o, por el contrario, comprar botellas de agua mineral. Ambas opciones son válidas, tienen calidad y no son perjudiciales para la salud, pero es cierto que hay diferencias entre ellas.
Así, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado una comparación entre el agua embotellada y del grifo, de tal modo que han destacado cuál es la mejor entre las dos opciones.
La mejor opción: el agua del grifo
La OCU lo tiene claro: "El agua de grifo es la mejor opción: una alternativa económica, sostenible y de calidad. Debe fomentarse su consumo siempre que sea posible, y esto es algo que requiere la colaboración de todos", indican.
Entre los factores que influyen en el consumo del agua del grifo se encuentra la actuación de supermercados y hosteleros, con el fin de que ofrezcan agua embotellada de la zona para reducir en la medida de lo posible el impacto ambiental derivado de su transporte.
Además, en los lugares en los que haya agua del grifo con buen sabor, los restaurantes deberían ofrecer a sus clientes, como primera opción, una jarra de agua (tal y como se hace ya en otros países).
Por último, también hay que tener en cuenta el precio, ya que, según el Ministerio de Agricultura, el precio medio del agua mineral envasada es de 0,21 euros por litro.
Esto quiere decir que, si consumen a diario unos dos litros al día, puedes pagar unos 150 euros al año, mientras que el agua del grifo te supone un gasto de poco más de 1 euro al año. "A eso hay que sumar otro coste: el del impacto del agua embotellada sobre el medio ambiente (generación de envases, transporte…). El impacto sobre el medio ambiente es al menos 100 veces superior que si bebes agua del grifo".
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