OPINIÓN

Ponsatí

Detenida Ponsatí en Barcelona
Detenida Ponsatí en Barcelona
Detenida Ponsatí en Barcelona

Gracias a los cambios que se han hecho en el Código Penal, impulsados y negociados por ERC, la exconsejera i eurodiputada Clara Ponsatí regresó ayer a Barcelona después de permanecer en Escocia i Bruselas durante 5 años y cinco meses.

Como es obvio, el regreso ha sido milimétricamente planeado por Waterloo y por su abogado Gonzalo Boye que, para que no quepa ninguna duda, dijo que “nada se improvisa”.

Y como que nada se improvisa, la eurodiputada Ponsatí ha sido detenida por un agente de los Mossos d’Esquadra delante de toda la prensa al existir una orden de detención dictada por el juez instructor de la causa del procés, Pablo Llarena, que le atribuye un delito de desobediencia que no conlleva penas de cárcel. La exconcejera no ha sido esposada ni llevada a los calabozos, sino que ha sido trasladada ante un juez de guardia en la Ciutat de la Justicia.

La misma Ponsatí ha querido remarcar, tantas veces como se le ha preguntado, que su detención es ilegal por ser eurodiputada y gozar de immunidad y que no reconoce la jurisdicción de Llarena.

Cuando Ponsatí ya había sido detenida y continuando con el “nada se improvisa”, han comparecido, en rueda de prensa des del exterior de la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, Carles Puigdemont y Toni Comín, expresidente de la Generalitat y exconsejero de Sanidad respectivamente. Ambos eurodiputados.

Para Puigdemont, lo que ha hecho Ponsatí es explicar qué es la confrontación inteligente, es decir, tensar las costuras del Estado español y plantar cara.

Ponsatí, como se ha dicho, ha podido regresar una vez el Tribunal Supremo le retiró la acusación de sedición por la que inicialmente fue procesada, un delito que sí conllevaba penas de cárcel, pero que acabó desapareciendo del Código Penal a raíz de un pacto entre el Gobierno y ERC, que no practica la confrontación inteligente, y que no contó con la aprobación de Waterloo

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