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Mucho más que un taller de cafetería, un proyecto que construye autoestima y una oportunidad laboral para jóvenes con TEA

Dos días a la semana, cuatro alumnos del colegio de Educación Especial AUCAVI Sur se preparan para ser camareros sin salir de su propio centro educativo. Con edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, autismo y discapacidad intelectual, acuden regularmente al taller de cafetería, uno de los proyectos más nuevos y exitosos del centro, situado en la localidad de Getafe, en el sur de Madrid.  

Con 54 alumnos comprendidos entre los 3 y los 21 años, AUCAVI Sur es uno de los seis colegios especiales específicos para autismo que existen en la Comunidad de Madrid. Su labor, como explica Ana Isabel Cogolludo Núñez, orientadora de AUCAVI Sur y coordinadora de las viviendas de AUCAVI, "es mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y de sus familias. Nuestra intervención está relacionada con distintas áreas basadas en la funcionalidad del día a día, mejorar el ajuste de las personas con TEA a la vida diaria".

Gran parte de esa ‘funcionalidad’ se trabaja en las aulas de TVA (Transición a la Vida Adulta), en las que, además de seguir aprendiendo contenidos curriculares, trabajan habilidades que les permiten tener una vida más autónoma e incluso poder encontrar un empleo: "El objetivo es que adquieran herramientas para que, como adultos, puedan acceder a algún trabajo remunerado. Quizás no puedan estar 40 horas a la semana en una cafetería, pero sí dos o tres al día, con algún apoyo…". 

El objetivo es que adquieran herramientas para poder acceder a algún  trabajo

Tener un trabajo, no solo les puede proporcionar autonomía e independencia económica, sino algo aún más importante: autoestima. "El autoconcepto es algo muy importante para las personas normotípicas, y para ellos también, repercute de manera muy positiva en su calidad de vida", asegura Ana Cogolludo.

Este objetivo se trabaja también a través de otros talleres de los que disponen en AUCAVI Sur, como los de reprografía, jardinería y el lavado de coches, que tiene lista de espera. "Al tener autismo son muy minuciosos, no queda una mota cuando aspiran", explica riendo la orientadora.

 Mucho más que servir cafés

El de cafetería es uno de los talleres favoritos de los alumnos del aula TVA1 de AUCAVI Sur, en él participan Jorge Cremades, Daniel Sánchez, David Reina y otro compañero que prefiere no dar su nombre, equipados con sus comunicadores y mucha voluntad. "Empezamos en octubre con esta cafetería y la tenemos montada de la manera más profesional y real posible, desarrollando  todo tipo de habilidades. De momento, atendemos a compañeros, a los profesores del centro… y lo estamos abriendo también poco a poco a las familias. Lo próximo es buscar algún restaurante o cafetería en los que podamos practicar lo que estamos trabajando en un entorno aún más real", explica Jesús Jiménez, 'Chus', tutor del aula TVA1.

Jesús, tutor de TVA1, da instrucciones a uno de sus alumnos durante el taller
José González

Jiménez cuenta que, además de trabajar habilidades propias de un empleado de una cafetería, practican otras que les vienen muy bien para su día a día: "La comunicación, la socialización, también trabajamos de manera transversal en matemáticas, en cálculo… Es un taller muy completo porque también se practican tareas del hogar, como recoger, limpiar, tenemos que dejar todo organizado, ver lo que falta y pedirlo, almacenaje… surgen imprevistos que les vienen muy bien para mejorar la inflexibilidad, etc."

En el taller trabajan también habilidades que les sirven para su día a día, como habilidades sociales o matemáticas

Se trata, por tanto, de un taller muy completo y potente que, como quiere resaltar Ana Cogolludo, "les sirve en su vida, más allá de resultarles útil para trabajar en una cafetería, donde tendrían que relacionarse con clientes, interactuar, comunicarse, introducir la conversación, despedirse, resolver situaciones que surjan diariamente en este ambiente…"

A David Reina, estudiante de TV1, es el taller que más le gusta: "Es mi actividad favorita del colegio”. En el taller, lo mismo sirve cafés, que cobra o recoge la mesas, "llevamos los pedidos, preparamos los cafés, la comida, llevamos los pedidos… preparamos todas las cosas y tomamos el almuerzo aquí". 

Cuenta, con la sinceridad tan propia de las personas con autismo, que precisamente tomar el almuerzo en la cafetería es la parte que más le gusta del taller, junto con "preparar los tickets en el ordenador". En cuanto a lo que menos le agrada, se encuentra "recoger, barrer, limpiar las mesas…". A pesar de tener que encarar las tareas de limpieza, la cafetería le gusta más que el taller de jardín o las clases de educación física, sus actividades ‘menos favoritas’. Eso sí, lo de ser camarero profesional todavía no se lo plantea…

Más allá de las paredes del colegio

La dinámica de este taller, que tiene muchísimas horas de trabajo detrás por parte de los alumnos y de los profesionales del colegio de Educación Especial, es siempre la misma: "Uno de los chicos va por todas las clases con un iPad y pregunta a las personas que van a bajar a la cafetería qué van a querer. Más tarde, en el ordenador, sacan los pedidos en tickets y los preparamos para cuando vengan los profesores y los auxiliares a pedir a la cafetería", narra Jiménez.

De momento, es todo muy estructurado, pero la intención es que, poco a poco, la experiencia se vaya asemejando más a lo que ocurre en una cafetería real, "hay veces que los ‘clientes’ vienen sin el pedido programado para trabajar una situación más real, porque, aunque para ellos es muy bueno tener una estructura, también intentamos introducir imprevistos poco a poco". Además, también precisamente para trabajar la flexibilidad, intentan que los alumnos vaya rotando en las diferentes funciones y habilidades, "es algo que hacemos en todos talleres porque si no tienden a adquirir un rol del que les cuesta salir". 

Alumnos de TVA1 preparando los pedidos durante el taller.
José González

Aunque el taller está ubicado físicamente en el colegio de Getafe, el objetivo a medio plazo es que este taller también se use en otros espacios de la fundación, "queremos que su trascendencia sea mucho mayor, son espacios de toda la fundación que pueden usar otros centros de la entidad. Entre ellos, AUCAVI Ventas, y el centro de adultos, donde disponemos de un servicio de catering y pueden emplear este recurso como espacio de entrenamiento", apunta Luis Pérez de la Maza, Director ejecutivo de AUCAVI.

La idea es, por tanto, extrapolar el éxito del taller para que pueda cumplir la finalidad última de todas las actividades de la fundación, que es la de "mejorar la calidad de vida de las personas con autismo -especialmente aquellas que aúnan TEA y discapacidad intelectual-, mejorando a su vez su participación en la sociedad. Para ello, como hacemos en este taller, tenemos que dotarles de las herramientas necesarias para que alcancen el máximo de sus capacidades en todos los ámbitos posibles y reduciendo su riesgo de vulnerabilidad", concluye Pérez de la Maza.

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