El Ayuntamiento de Bilbao ha abierto al público y al paso de viandantes el nuevo Paseo Mirador de Artxanda, un itinerario peatonal de 6 kilómetros que ha contado con una inversión de 3,8 millones.
El paseo entre Deusto (Enekuri) y Santo Domingo ha requerido unos 53.000 metros cuadrados de ámbito de actuación y ha incluido la habilitación de zonas estanciales y miradores.
De esta forma, el proyecto ha permitido convertir la carretera BI-3741 en un espacio urbano provisto de un itinerario peatonal seguro a lo largo de todo el recorrido, con nuevas zonas estanciales y miradores.
Plan de Activación de Artxanda
El nuevo paseo Mirador es una iniciativa incluida en el Plan de Activación de Artxanda, suscrito con el Ayuntamiento de Sondika en marzo de 2021, para transformar este entorno en "un nuevo espacio de encuentro, para Bilbao y Bizkaia, salvaguardando en todo momento su carácter natural y sostenible".
Los trabajos, que arrancaron en noviembre de 2021, han contado con un presupuesto final de 3.797.320,01 euros. Tal como han manifestado ambos alcaldes durante su vista, el Plan de Activación de Artxanda aspira a "transformar este entorno y recuperarlo como espacio de encuentro para el Territorio Histórico".
En el marco de dicho plan, ya se han puesto en marcha diferentes obras y proyectos, como la licitación del Parque del Encuentro, la ejecución de las dos pasarelas de madera que conectan Anillo Verde y Ría, la compra de Nogaro, así como el trabajo en torno a las diferentes propuestas para las concesiones de las parcelas de Pike, Bagatza y Santo Domingo, tras la Consulta Preliminar del Mercado lanzada por el Ayuntamiento.
De hecho, el nuevo itinerario une, tras su inauguración, todas las zonas de oportunidad y disfrute incluidas en este Plan de Activación, que, desde Ibarrekolanda, pasa por Bagatza, Escuela de Hostelería, Parque de La Huella, Parque del Encuentro, Nogaro, Pike (donde habrá un parque aventura con tirolinas) o el futuro espacio medioambiental en Santo Domingo.
Itinerario peatonal seguro
Los trabajos del Paseo Mirador, que arrancaron en noviembre de 2021, han convertido la carretera BI-3741 en un espacio urbano provisto de zonas estanciales y miradores cuyo recorrido sirve, además, para dar acceso al territorio, instalaciones y equipamientos existentes (y futuros) creando, además, un paseo de cornisa para peatones que discurre, en su mayor parte, compartiendo plataforma con el vial.
En este sentido, se han ordenado los diferentes tráficos —peatonal y de vehículos—, y dotado al entorno de una mejor accesibilidad, de forma que se consiga potenciar su uso y disfrute por la ciudadanía de Bilbao y de Bizkaia. La convivencia de usos peatonal y tráfico rodado ha traído consigo la tranquilización del tráfico a lo largo de todo el ámbito de actuación.
Para ello, el Ayuntamiento de Bilbao ha estrechado los carriles hasta los tres metros y limitado la velocidad a 30 kilómetros/hora en todo el recorrido, a excepción del tramo situado entre las rotondas de Nogaro y Trueba, donde se reduce a 20 kilómetros/hora.
Igualmente, se han instalado radares pedagógicos en ambos sentidos de la circulación y se han semaforizado los pasos de peatones en los núcleos urbanos de Berriz, Nogaro y Trueba.
Además, en los núcleos urbanos de Berriz y Nogaro, así como en el tramo comprendido entre las rotondas de Nogaro y Trueba se ha renovado la pavimentación de la calzada para dotar a dichos tramos de carácter urbano y priorizar el tráfico peatonal.
Zonas estanciales y carril bici
Dentro de las intervenciones realizadas, se han cambiado las marcas viales generando un itinerario peatonal —de hormigón drenante verde— en la margen derecha en sentido Santo Domingo, diferenciado de la calzada mediante la sustitución de pavimento y la colocación de una barrera de contención con alma metálica y forrada de madera.
El proyecto también ha contemplado la creación de zonas estanciales con bancos a lo largo de todo el recorrido y se han renovado los miradores existentes al tiempo que se han habilitado otros nuevos. Se ha instalado, por ejemplo, un mirador nuevo en las inmediaciones de la rotonda de Nogaro. Se trata de una estructura de madera -similar a la de Pikotamendi- de forma que la estética de entorno natural se mantenga a lo largo de todo el recorrido.
La presencia de ciclistas se advierte en el vial mediante el marcado del carril con señales termoselladas con el símbolo de la bicicleta. También se ha mejorado el alumbrado, tanto en el itinerario peatonal como en el propio vial; y las redes de pluviales, fecales y saneamiento han sido renovadas.
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