El Gobierno cierra 2022 con un déficit del 4,8%, dos décimas menos de lo previsto gracias a una recaudación récord

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.
DANIEL GONZÁLEZ / EFE
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.

El Gobierno cerró las cuentas de 2022 con un déficit del 4,8% sobre el PIB, dos décimas por debajo del objetivo que Hacienda se había planteado para este año. Se trata de 63.776 millones de euros de desequilibrio entre ingresos y gastos, una cifra que se ha reducido en 19.170 millones respecto al dato de 2021, ejercicio en el que el déficit se elevó al 6,9% del PIB debido al todavía importante gasto público asociado a la pandemia. 

En comparación con 2020, cuando el déficit se disparó a un máximo histórico del 10,1% del PIB por el desplome de la economía, el desequilibrio en las cuentas se ha reducido a la mitad. No obstante,  todavía sigue muy lejos del último registro anterior al coronavirus cuando el Gobierno cerró las cuentas con un desequilibrio del 2,6% del PIB.

El desequilibrio en la hacienda pública ha sido, finalmente, algo más elevado de lo que preveía la autoridad fiscal independiente (Airef). Este organismo vaticinó el pasado enero que el déficit de 2022 rondaría el 4,5% del PIB, tres décimas menos que el resultado definitivo. De igual manera, el vigilante fiscal ya reprochó al Gobierno cuando presentó su planificación presupuestaria el año pasado que su objetivo de déficit era "poco exigente". Sobre todo, a la vista de la recaudación fiscal récord que se esperaba para este año

"Tenemos buenas noticias. Tal y como sucedió en los dos ejercicios anteriores, España logró cumplir con sus compromisos presupuestarios", ha expresado la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, tras dar a conocer la cifra. Montero ha destacado que el dato pone de manifiesto que España cumple por tercer año consecutivo con su objetivo de déficit y refuerza su credibilidad de cara a la UE y al mundo. No obstante, conviene recordar que las reglas fiscales europeas llevan suspendidas desde 2020, un periodo en el que Bruselas no ha exigido objetivos de ajuste concretos, sino generales. 

Además, Montero ha señalado que si no se hubieran adoptado medidas de apoyo para amortiguar las consecuencias de la guerra, el déficit se hubiera reducido al 3,1%. Prácticamente en la línea de lo que exigen las reglas fiscales europeas, en suspenso hasta 2024.

Entre los distintos niveles de la administración, el Estado central volvió a concentrar la mayor parte del agujero fiscal, con una brecha entre ingresos y gastos del 3,1% del PIB (41.058 millones). Las comunidades autónomas cerraron con un agujero del 1,1% del PIB (15.085 millones), un fuerte aumento que se produce después de que el Gobierno haya retirado la mayor parte de los recursos extraordinarios concedidos a las autonomías durante la pandemia. 

La Seguridad Social redujo su déficit del 1% del PIB en 2021 hasta el 0,5% el año pasado. Una bajada que se atribuye a la mejora en los ingresos por cotizaciones sociales —que crecieron un 5,1%— y a una ligera caída en el gasto. Por su parte, las entidades locales registraron un desequilibrio del 0,1% del PIB.

Auge de recaudación 

El agujero en las cuentas públicas se ha reducido gracias a una recaudación tributaria de récord, impulsada por el buen comportamiento del IRPF, el IVA y el impuesto de sociedades. En conjunto, los ingresos tributarios del Estado aumentaron un 14,4% respecto a 2021, lo que en euros supone 32.078 millones más de ingresos. En total, el Estado recaudó el año pasado 255.463 millones de euros, un nuevo récord histórico que supera al que se estableció ya en 2021.  

Montero ha atribuido el boom en los ingresos públicos a la recuperación económica y a la creación de empleo y no tanto a una subida de precios que en promedio fue del 8,4% en 2022. Del 14,4% de incremento en los ingresos tributarios, solo una tercera parte se debería a la inflación, según su criterio. Una afirmación que choca con los planteamientos del Banco de España, que asocian la mitad de ese aumento en la recaudación con la inflación

Por impuestos, el IRPF y Sociedades aportaron prácticamente dos tercios del aumento de la recaudación. En concreto, los ingresos por IRPF crecieron un 15,8% (14.939 millones), mientras que los procedentes de Sociedades lo hicieron un 21% (5.549 millones). Aumentos que se explican en parte por la recuperación económica y el avance en el empleo, pero en los que también influyeron las subidas de precios. 

En el caso del IRPF el efecto de la inflación viene por la revalorización de las pensiones con el IPC y la llamada "progresividad en frío" —cuando no se adaptan las tarifas del impuesto a la inflación, las subidas salariales provocan un aumento en la cuota que se paga de IRPF sin que el trabajador haya ganado poder adquisitivo—. Por su parte, el resultado en Sociedades está condicionado por la recuperación de beneficios durante el segundo año de crecimiento tras el desplome de 2020. 

El tercio restante de la mejora en los ingresos corresponde a los impuestos indirectos (IVA e impuestos especiales), muy vinculados al consumo y a los precios. En este apartado, la recaudación por IVA creció un 13,9% (10.097 millones), mientras que los ingresos por impuestos especiales crecieron un 1,5% (495 millones). 

Redactor '20minutos'

Redactor de Economía y Datos desde 2021. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. En 20minutos desde 2019. Antes pasé por la sección de Internacional del diario El Mundo. Adicto al Excel y a la web del INE. En lucha constante por acercar el obtuso lenguaje de la economía a la realidad de las personas.

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