Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Ana García Obregón y cómo una foto cambia el impacto de una historia

La portada de '¡Hola!', con Ana Obregón como protagonista.
La portada de '¡Hola!', con Ana Obregón como protagonista.
REVISTA '¡HOLA!'
La portada de '¡Hola!', con Ana Obregón como protagonista.

La primera imagen cambia el impacto de una historia. No es lo mismo que Ana García Obregón cuente que va a tener un hijo por gestación subrogada a que la sociedad descubra de golpe tal noticia viendo a la propia Ana García Obregón sentada en una silla de ruedas mientras sale de un hospital con un bebé en brazos. Entonces, sobra la empatía y el debate se acalora.

Hemos crecido con imágenes de Ana García Obregón. Hemos crecido con Ana García Obregón. Con sus ensoñaciones, con su arte para convertir su vida en un reality show cuando ni siquiera sabíamos qué significaba esa palabra, con su espontaneidad que hacía que pareciera fácil el espectáculo gigante de la televisión de los noventa. Había un aprecio colectivo con Obregón porque representa la nostalgia de la alegría y nos lleva a tiempos más despreocupados, viendo la tele los viernes por la noche, cuando la vida era un juego y había que apostar y todo era posible, porque la vida era una apuesta y nada más.

Pero ya sabemos que vivir no es bailar la sintonía de ¿Qué apostamos? Y quizá, por eso mismo, nos seguíamos identificando con lo que representa Ana García Obregón. Hasta que ha aparecido la foto de la discordia, que descoloca porque desubica. Porque habla de cómo la realidad parece ficción. Incluso habla de cómo ha cambiado la prensa rosa. Ya no hace falta comprar una publicación para ver una morbosa imagen en primicia. La exclusiva deja de ser exclusiva de nadie a los pocos segundos. Por mucho que el community manager de ¡Hola! intente que la gente borre la foto que se comparte con vehemencia. Pretender parar el retuiteo sólo visibiliza más lo que se quiere frenar. 

Las redes sociales hacen suya la imagen, ya que no se sienten representadas por el artículo que la decora en la revista ¡Hola!. No tiene contenido digno de compartir con la foto, pues el texto sólo edulcora el relato con palabras vacías. Pero la sociedad ya ha superado esa mirada súbdita de sentirse por debajo de sus famosos e idolatrarlos sin argumentos, sólo por su pedigrí y fama. Menos aún con esta foto, que es diferente a todo lo demás. De hecho, que se haya conocido así la noticia de la maternidad subrogada ha sido un boomerang contra la propia Ana García Obregón. Difícilmente la veamos de nuevo presentando las campanadas. Podía haber allanado el debate público explicándolo en primera persona antes de que se mostrara de sopetón un resultado que, con las técnicas del cuore con las que se ha mercantilizado mediáticamente, puede remitir el nacimiento a quien se compra un bolso de un arrebato. La imagen es una exposición perversa. 

El error está en pensar que esta imagen de ella sentada en una silla de ruedas saliendo con un bebé en brazos sea otro recorte más en el álbum de fotos de la vida de una estrella de la televisión pública y la prensa del corazón. No, esta vez la imagen no habla tanto de corazón y parece delatar más una sociedad nuestra que puede confundir deseos egocéntricos con derechos transversales. Y todos opinamos compulsivamente porque nos desconcierta la manera y la forma, aunque en realidad la historia sobre todo nos deje sin palabras.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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