Cómo evitar las lesiones deportivas en perros, un problema en aumento a causa del ejercicio sin control

  • Es recomendable solicitar un chequeo previo al veterinario para garantizar que nuestro perro se encuentra sano. 
El césped, la arena y la tierra blanda son las superficies idóneas.
El césped, la arena y la tierra blanda son las superficies idóneas para correr.
Freepik.
El césped, la arena y la tierra blanda son las superficies idóneas.

Al igual que las personas, los perros deportistas profesionales requieren cuidados específicos que generalmente están bajo revisión y supervisión de entrenadores expertos y veterinarios especializados. No obstante, y debido a su actividad, las lesiones deportivas son comunes en estos perros, pero se está haciendo frecuente que las lesiones también surjan en perros sin experiencia deportiva, a causa de actividades recreativas o de ejercicio con sus titulares que nunca han preparado convenientemente a estos animales para desarrollar actividades físicas intensas.

En el caso de atletas caninos con experiencia en competiciones deportivas o en perros de trabajo, estos son entrenados por profesionales experimentados en la disciplina en cuestión, y reciben un cuidado adecuado antes y después de la actividad. Pero en el caso de los perros que no participan en dichas competiciones y solo comparten con sus titulares o cuidadores algún tipo de deporte, podemos ignorar o desconocer que ellos también deben seguir unos importantes pasos antes, durante y después de realizar el ejercicio para evitar lesiones.

Las lesiones deportivas caninas más habituales son el desgaste articular, la rotura de los tejidos blandos como músculos y tendones, luxaciones y heridas en las almohadillas de las patas.

Cómo evitar las lesiones deportivas en nuestro perro

Prevenir es la clave para cualquier actividad física, sea practicada por humanos o por nuestro animal de compañía, por lo que es importante realizar un calentamiento previo al ejercicio. Jamás deberíamos permitir que nuestro perro realice una actividad física intensa en frío o partiendo de cero.

El calentamiento previo consistirá en caminar durante 5 o 10 minutos, pudiendo incorporar un trote suave al final del tiempo. Deberíamos realizarle estiramientos, para favorecer el riego sanguíneo, la tensión muscular y una progresión apropiada del sistema nervioso. Estos estiramientos pueden hacerse realizando movimientos en ocho o zigzag o cualquier otro tipo de movimiento que estire y contraiga su musculatura. Recordamos que esto es el calentamiento y por lo tanto, debe ser suave pero firme, sin forzar.

Los perros deben estar en buena forma física antes de someterles a actividades deportivas intensas, y lo recomendable si vamos a convivir con un perro con el que tenemos aspiraciones de compartir nuestra actividad deportiva favorita es realizarle un examen veterinario previo, con el objetivo de detectar cualquier problema de salud subyacente que pudiera ser agravado por el ejercicio, como por ejemplo alguna patología cardíaca o predisposición a luxaciones rotulianas.

Es muy importante consultar con nuestro veterinario qué tipo de ejercicio y actividad son adecuados según la edad, el tamaño y la morfología de nuestro perro, y ser conscientes y consecuentes con sus límites físicos. No debemos prescindir de ninguna información que aportar al profesional en salud animal, ya que dependiendo del terreno sobre el que practiquemos dicha actividad, el veterinario puede recomendarnos el uso de bálsamos hidratantes o protectores para las almohadillas caninas y prevenir, así, agrietamientos, rozaduras o abrasiones.

Por ejemplo, en los terrenos de secano con terrones de barro seco, es más habitual que puedan producirse luxaciones o esguinces por mal apoyo y movimientos inestables. En cuanto al asfalto, el hormigón o el pavimento urbano, son superficies que pueden llegar a calentarse en exceso y causar quemaduras y ampollas. También pueden aumentar la temperatura corporal del perro y elevar la posibilidad de un golpe de calor. Sobre la grava gruesa, los granos pueden introducirse entre los dedos o clavarse en el tejido blando de las almohadillas. Para los expertos, las superficies idóneas para que nuestros perros practiquen deporte de forma segura son el césped, la arena y la tierra blanda.

El asfalto y el pavimento pueden sobrecalentarse y causar quemaduras y ampollas.
El asfalto y el pavimento pueden sobrecalentarse y causar quemaduras y ampollas.
Frauke Riether. Pixabay.

Durante la práctica de la actividad, es muy importante proporcionar al perro un período de descanso adecuado y que reconozcamos los síntomas de fatiga extrema o de dolor. Algunos de los signos que deben alertarnos son los jadeos rápidos y la respiración entrecortada, un exceso de salivación y espuma en la boca, comenzar a cojear o falta de coordinación y dificultad para mantener el equilibrio. Si el perro muestra signos de fatiga o sobrecarga, se debe detener la actividad inmediatamente y permitir que descanse en un lugar fresco y tranquilo.

En caso de producirse una lesión, se deberá buscar atención veterinaria a la mayor brevedad para evitar que empeore y cause daños permanentes, y respetar las indicaciones que nos brinden para su recuperación.

Para valorar las lesiones deportivas, los veterinarios realizarán una exploración física y una anamnesis, es decir, un cuestionario al titular para obtener la información relevante del cuándo comenzó a mostrar síntomas, posterior a qué actividad o cómo nos dimos cuenta. En casos puntuales, un perro con lesiones deportivas puede requerir radiografías o pruebas más específicas.

Los perros y sus titulares pueden beneficiarse de la práctica del ejercicio en compañía y obtener enormes ventajas físicas, psicológicas y además ayuda a fortalecer el vínculo mutuo a través de la actividad, pero es importante que se tomen las precauciones necesarias para evitar lesiones y mejorar el rendimiento.

Vanessa M. Clavijo
Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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