Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Los desenfocados

¿Qué estás haciendo ahora? No hay quién te siga la pista...
¿Qué estás haciendo ahora? No hay quién te siga la pista...
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¿Qué estás haciendo ahora? No hay quién te siga la pista...

Frente a los especialistas, los desenfocados. La sociedad les reprocha que hagan muchas cosas a la vez. Siempre tienen que escuchar frases como “¿con qué estás ahora?”, “¿qué te traes entre manos?” y, a veces, con cierta condescendencia y en un tono que roza la broma los llaman personas del renacimiento. El desenfocado no se ha especializado y la sociedad no lo entiende y no se lo perdona. Hace muchas cosas y, de vez en cuando, cambia de modo de vida o, al menos, de forma de ganarse la vida.

Hay grandes desenfocados en la historia que han puesto el listón muy alto a los que vinieron detrás. Quizá el más conocido sea Leonardo Da Vinci. Cualquier biografía suya explica claramente de qué modo el genio huía como de la peste de los encargos y de la gente poderosa que quería obligarlo a terminar algunas de sus obras. A Leonardo le gustaba el cambio: diseccionar, diseñar máquinas, preparar escenografías para fiestas, observar la naturaleza, tomar apuntes. Podríamos decir que se enfocaba con genialidad en lo que le daba la real gana, pero no quería quedarse para siempre ahí.

El desenfocado necesita que alguien lo mire y lo comprenda porque el mundo no está preparado para hacerlo.

En la película de Woody Allen Desmontando a Harry aparece un desenfocado literal. Mel, interpretado por Robin Williams, es un actor que está desenfocado. No es problema de las cámaras, ni de los focos, el desenfocado es él. Vuelve a casa y se echa a dormir con la idea de mejorar, pero no mejora. Después de visitar al médico, la solución es la siguiente: unas gafas para toda su familia con las que sí que lo ven enfocado. Es cierto, el desenfocado necesita que alguien lo mire y lo comprenda porque el mundo no está preparado para hacerlo.

Hay estudios rigurosos que han dado en llamar a algunos desenfocados personas polifacéticas o polímatas. Son gente que hace muchas cosas a la vez y que tiene ciertos problemas de adaptabilidad social por ello. La doctora Angella Cotelessa hizo una parte de su tesis doctoral en la Universidad George Washington dedicada a este asunto. Este era el título:  «En busca de polímatas: Entender a las personas renacentistas del siglo XXI». Entrevistó a gente que cumple las condiciones para ser considerada polímata y llegó a conclusiones interesantes. La sigo en LinkedIN. Veo su canal de Youtube.

Muchos de los entrevistados reconocen que no llevan bien su capacidad vital y que en las reuniones sociales prefieren ocultar su condición de personas polifacéticas porque resulta complicado y abrumador para la gente nueva con la que se relacionan. El mundo no está preparado para los desenfocados, están mal vistos. Sin embargo, observo que el cantante puertorriqueño Raw Alejandro tiene una canción que se titula Desenfocau. Por un momento pienso que puede tratar de este asunto y defender a los polifacéticos frente a los especialistas, pero miro la letra y veo una estrofa en la que riman ruleta, paleta, planeta, avioneta y como verso final y respetando siempre la rima dice “y no puedo parar de mirar sus ‘teta’”. Menos mal. Todo en orden. 

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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