Castigos físicos, encerrados en el patio, con piojos, sin desayuno... así era el calvario de los niños maltratados en Colmenar Viejo

Los vecinos de Colmenar Viejo siguen conmocionados por la detención de un matrimonio de la localidad que maltrataba a sus ocho hijos menores de edad en el chalet en el que residía la familia. Aunque la pareja ya ha sido puesta en libertad, el juez le ha retirado cautelarmente la patria potestad de los niños y le ha impuesto una orden de alejamiento.

El informe de la Guardia Civil, que detuvo al matrimonio el pasado 29 de marzo, y los vecinos de la zona han relatado el calvario que sufrieron los niños hasta que se produjo la detención de sus padres.

Entre esos detalles que poco a poco han ido saliendo a la luz, y así lo refleja la investigación judicial, se constata que los hijos malvivían en una habitación, que tenían prohibido pisar el salón de la casa y que eran castigados habitualmente mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda.

Asimismo, se ha confirmado "una grave situación de desamparo" y de violencia doméstica tras las primeras pesquisas que revelaron que los menores solían faltar constantemente a clase, unas ausencias que justificaba el padre, médico de profesión al que también se le investiga por un posible delito de hurto tras el hallazgo en la vivienda de uniformes y material hospitalario. 

Las habituales ausencias al colegio de los niños también sorprendieron a muchos compañeros de clase y a sus padres, aunque nunca imaginaron que detrás podía haber un caso de maltrato.

"Un día mi hija vino con piojos y resulta que habían sido todos los hermanos de esta familia. La madre decía que ella no se iba a gastar dinero en productos para el tratamiento", ha explicado una madre en El Español.

Otros padres de alumnos han explicado en el citado medio que los detenidos nunca se habían involucrado en ninguna actividad organizada por el colegio y que sus hijos no iban a ninguna excursión ni actividades extraescolares.

Incluso durante el Carnaval, eran otros padres y madres del colegio quienes preparaban los disfraces de los niños maltratados para que no fueran los únicos que iban al colegio sin disfraz. Tampoco llevaban desayuno al recreo y eran otros compañeros quienes algún día les cedían el suyo.

Por otra parte, vecinos de la pareja han denunciado que el matrimonio arrestado dejaba encerrados a los niños "horas y horas" en el patio, hiciera el tiempo que hiciera, y que eran frecuentes los ruidos y vida nocturna de la familia en la vivienda.

Hace unos días los menores "cogieron unas cerillas, quemaron la valla y casi queman la casa", según ha relatado Enrique, uno de los vecinos que asegura que incluso "alguna vez, una niña intentó como tirarse por la ventana porque estaban todo el tiempo en una habitación y no podían salir".

Otros vecinos subrayan que las persianas de la casa solían estar siempre bajadas y que los ocho hijos dormían hacinados en literas en una sola habitación de una casa de 250 metros cuadrados, con tres plantas y tres baños.