Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

La contraofensiva de primavera: sin prisa, pero sin pausa

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Paula Gracia vía Europa Press
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

Parece que se está ejerciendo un apremio creciente sobre Ucrania por parte de algunos de los países principales que apoyan su causa para desencadenar esa anunciada contraofensiva de primavera que debiera responder a la ofensiva rusa de ese mismo periodo.

Vayamos por partes. La ofensiva rusa como tal no se ha producido, se ha incrementado el esfuerzo en algunos puntos de la línea de frente pero no se ha conseguido ni romper ni desplazar esa línea, ni profundizar de forma clara sobre territorio ucraniano. Es lo que se puede considerar una batalla posicional con ligeras rectificaciones del frente que cada vez está más “endurecido” a fuerza de su fortificación en frente y profundidad.

Respecto a la contraofensiva ucraniana conviene igualmente hacer algunas precisiones. Inicialmente, no basta con disponer del personal, el armamento, el material y el equipo necesario, hay que posicionarlo sobre el terreno, hay que establecer y almacenar unos niveles de suministro que permitan alimentar la acción cuando ésta se desencadene a través de los llamados trenes logísticos (carburante, munición, alimentación,  talleres, repuestos) que por su propia esencia y configuración son extremadamente vulnerables a las acciones de fuego de artillería, helicópteros, aviación... Exige, por tanto, una superioridad en el enfrentamiento por parte de quien va a realizar la acción ofensiva, de tal forma que se garantice la superioridad aérea siquiera local y la superioridad de fuegos terrestres que permita minimizar las acciones del adversario. Entonces, y solo entonces, puede una contraofensiva tener éxito y alcanzar los objetivos en profundidad que se han fijado.

¿Pueden las fuerzas armadas ucranianas conseguir lo anterior? A tenor de lo que conocemos hay dudas razonables

¿Pueden las fuerzas armadas ucranianas conseguir lo anterior? A tenor de lo que conocemos hay dudas razonables de que así sea en este momento. En los documentos recién filtrados que hablan de las apreciaciones de los oficiales del Pentágono sobre la marcha de la guerra, se hace referencia al déficit crónico ucraniano de medios de defensa aérea, municiones de artillería —especialmente de grueso calibre— y de carros de combate. Finalmente, hay que añadir que los frentes están estabilizados y muy fortificados, lo que obliga para poder romperlos al empleo de Grandes Unidades (Divisiones y Brigadas) dotadas con medios de asalto protegidos (carros de combate, vehículos de zapadores y vehículos de combate de infantería) y de apoyos de fuego (artillería de campaña y antiaérea) con los que Ucrania no cuenta en estos momentos y todo parece indicar que tardará en tener disponibles, porque hay que fabricarlos (caso de las municiones y materiales diversos) o ponerlos en servicio después de periodos de inactividad prolongados.

Las fuerzas armadas ucranianas demuestran un valor y una capacidad de resistencia asombrosos. No conviene presionarlas para alcanzar una hipotética victoria porque el apresuramiento podría convertirse en un terrible y doloroso fiasco. La contraofensiva de primavera tendrá que esperar a que sea posible, sostenible y resolutiva.

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