Una radiografía demoledora de la situación del Parque de Doñana: los motivos que llevan a la ciencia a decir que su estado es "crítico"

Cigüeñelas, en una laguna desecada en Doñana
Cigüeñelas buscan agua en las proximidades de Doñana.
Estación Biológica de Doñana - CSIC
Cigüeñelas, en una laguna desecada en Doñana
Cigüeñelas buscan agua en las proximidades de Doñana.
Estación Biológica de Doñana - CSIC

En medio de una tormenta política por la ley andaluza que legalizará otro millar de hectáreas para el cultivo de fresas junto al Parque Nacional de Doñana, los científicos, en un demoledor informe, alertan del "estado crítico" en el que se encuentra el humedal del sur de Europa por la falta de agua. Básicamente lo achacan a la sequía derivada del cambio climático y, ante tal escasez, piden que se reconsidere la gestión pública de los acuíferos en la comarca.

Con los Gobiernos andaluz y español cruzándose acusaciones de quién desprotege más el parque, y mientras la Unión Europea vigila los incumplimientos en la protección del hábitat natural, los científicos alzan ahora la voz y exigen coordinación para "salvar Doñana". En un informe demoledor (PDF), el CSIC revela que más de la mitad de las 3.000 lagunas de Doñana han desaparecido y que solamente el 10% están en buen estado. Asegura que en el Parque Nacional se mueren los árboles, incluso los alcornoques muticentenarios, y que avesanfibios,  conejos, libélulas o caballitos del diablo corren grave peligro de extinción.

Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, instituto de investigación dependiente del CSIC y autor del informe, ha asegurado, en declaraciones a 20minutos, que el diagnóstico es claro: "Los ecosistemas de Doñana están en estado crítico y no mejorarán si no se hacen análisis serios y se diseñan nuevas políticas ante los nuevos escenarios, porque la sequía extrema actual va a ser ya la normalidad".

Doñana, patrimonio mundial

El Parque Nacional de Doñana es un mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única. Destacan por su alto valor ambiental las marismas, de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas, y las lagunas. Allí viven especies únicas y en extinción: plantas autóctonas, anfibios y galápagos o el águila imperial y el lince ibérico

Doñana pertenece a la Red Natura 2000. Está considerado Reserva de la biosfera (desde 1981). Su extensión ha sido ampliada a las 268.294 hectáreas. Está incluido en la Convención Ramsar relativa a la protección de los humedales de importancia internacional, que España firmó en 1982. Y es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1994.

"La situación actual de Doñana es crítica y no permite esperar otra década a que se tomen las decisiones que ajusten la demanda de agua a la disponibilidad"

El director de la estación biológica, Revilla, advierte de que la presión que ejerce la actividad fuera del espacio protegido es tan fuerte "que estamos perdiendo a gran velocidad hábitats tan emblemáticos como las lagunas, que se contaban por miles, a las aves acuáticas, que acudían a centenares de miles a pasar el invierno o a reproducirse, o monumentos naturales tan valiosos como los centenarios alcornoques que están muriendo a decenas, víctimas de la falta de agua". Y reconoce que la situación actual por la manera de gestionar el recurso del agua le deja "mal cuerpo". Cree que los políticos no están pensando "en el bien común" y no tienen en cuenta que Doñana "es de todos, es de la Humanidad".

Solo un 10% de las lagunas, en buen estado

El informe del CSIC, publicado con motivo de una reunión sobre la legalización de cultivos de regadío, recuerda que las lagunas de Doñana dependen de los mismos acuíferos de donde beben las explotaciones agrícolas. Señala que en 2004 había 3.000 lagunas temporales, de las que se secan en verano, pero que han sido las primeras en desaparecer. Según sus cálculos, el 80% de ellas se desecaron antes de lo esperado, y en un 84% por encima de los cálculos estimables por precipitación y temperatura. De ahí que se culpe no solo a la falta de lluvia sino al impacto del uso de los acuíferos en áreas colindantes al parque. Ya sea por la población de Matalascañas, por un campo de golf o por "una proliferación descontrolada" de explotaciones dedicadas al cultivo de fresa en invernadero, que en 10 años saltaron de 2.162 a 3.543 hectáreas. 

El informe destaca además que, dentro del Parque Nacional, un 19% de las lagunas se ha perdido, otro 19% tiene más de la mitad de la cubeta invadida de matorral y solamente el 10%, alrededor de una treintena, se mantiene en buen estado. Por su parte, las tres lagunas permanentes (El Sopetón, Santa Olalla y la Dulce) también han dejado de serlo y se secan con frecuencia. 

Pérdida de hábitats "singulares"

Los científicos del CSIC recuerdan que las lagunas de Doñana son "hábitat de una fauna y vegetación singulares". Y citan especies como los anfibios o los macroinvertebrados. En los últimos años, los anfibios han reducido su presencia en Doñana de de 4,3 especies por km cuadrado (2003) a 2,5 (2021). También ven "preocupante" la reducción del galápago europeo, que ya solo está en el 33% de la superficie que ocupaba en los años 90. Si se fijan en los odonatos (libélulas o caballitos del diablo), según los datos actualizados hay 12 especies observadas (2022) por las 43 especies que había en 1959. También han desaparecido peces como la colmilleja, el salinete o la anguila por la falta de agua. 

Además señalan la pérdida de plantas acuáticas y cómo la falta de agua afecta también al espacio conocido como "monte negro" que está "muy degradado". El informe explica que "se está produciendo la muerte de numerosos árboles, incluyendo alcornoques multicentenarios, lo cual es un buen indicador de la excepcionalidad de la situación actual". Además, los que están vivos se encuentran "en muy mal estado", y la mayoría de las pérdidas se ha producido "de manera súbita" en 2022 y 2023.

Las recomendaciones de los científicos

El CSIC denuncia que ni el nivel más alto de protección estatal y europeo sirve para proteger los hábitats y especies amenazados. Y habla de una "mala gobernanza" a lo largo de varias legislaturas. "La situación actual de Doñana es crítica y no permite esperar otra década a que se tomen las decisiones que ajusten la demanda de agua a la disponibilidad", dice el responsable de la estación de Doñana. Revilla pide desterrar la dialéctica infantil de "buenos y malos" y apuesta por varias recetas: reducir de forma urgente la cantidad de agua que se extrae del acuífero, despolitizar las decisiones técnicas de gestión, seguimiento de sistemas naturales y una agricultura sostenible, entre otras.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento