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A fondo

Así es la terrible táctica de "tierra quemada" que Ucrania acusa a Putin de estar ejecutando en la batalla de Bajmut

Imagen vía satélite de la destrucción en Bajmut.
EFE

Rusia está aplicando contra Ucrania tácticas de "tierra quemada" como las que ya utilizó en Siria. Es la acusación del comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrsky, tras visitar el pasado fin de semana el frente de Bajmut. Las fuerzas rusas tratan de tomar por completo la ciudad y, según Kiev, lo estarían haciendo haciendo uso de con esa estrategia.

"El enemigo ha pasado a las llamadas tácticas sirias de tierra quemada: destruye edificios y posiciones (ucranianas) con ataques aéreos y fuego de artillería”, dijo Syrksy, citado por el canal oficial de Telegram del ejército de Ucrania. El Estado Mayor ucraniano afirma que al menos 10 ciudades y pueblos habían sido objeto de bombardeos rusos.

Tanto rusos como ucranianos han desplegado fuerzas especiales en Bajmut, una localidad del este de Ucrania que el Ejército de Putin intenta hacer suya desde el verano con el objetivo de avanzar hacia su objetivo de conquistar toda la región ucraniana del Donbás. Controlar Bajmut podría permitir a Rusia abrir el camino para avanzar sobre dos ciudades más grandes de la región de Donetsk: Kramatorsk y Sloviansk.

¿Qué es la táctica de tierra quemada?

Que no quede nada. Sin compasión ni medias tintas. De eso se trata cuando un ejército decide aplicar la táctica militar de tierra quemada. Se aplica al avanzar a través de un territorio o al retirarse del mismo y se trata de destruir todo lo que pueda ser de utilidad al enemigo. Todo. Así, sus efectos son militares, económicos y, también, psicológicos

Seguramente, el origen de la expresión "tierra quemada" viene de la práctica de quemar los campos de cereales durante las guerras y conflictos en la antigüedad. De aquello, dejar al enemigo sin cosechas ni víveres, se ha ido pasando a un todo que incluye cualquier tipo de refugio, transporte o posibilidad de suministro.

Soldados en las calles de Bajmut.
LAPRESSE

Cuando esta táctica se emplea en territorio enemigo, se pretende destruir su voluntad de resistir mediante la intimidación, provocando sufrimiento a la población local. Si se aplica en territorio propio al retirarse, el objetivo es retrasar o incluso detener el avance enemigo al dejarle sin recursos y entorpeciendo sus movimientos.

Destruirlo todo, sin discriminar, es además barato y fácil. No requiere adelantos tecnológicos ni una especialización particular por parte de los soldados que la aplican. El fuego es el mejor y viejo ejemplo. No obstante, en las actuales guerras la utilidad de esta estrategia es menor, porque un ejército moderno suele llevar sus propios suministros.

Tierra quemada en Siria

En abril de 2022, Putin puso al frente de la invasión de Ucrania al general Alexander Dvornikov (le relevó dos meses después). Este militar estaba acusado de cometer crímenes de guerra en Siria. Allí aplicó las tácticas de "tierra quemada".

Rusia estuvo y está del lado de Bachar al Asad en el conflicto sirio. Cuando la guerra civil era un hecho, el objetivo militar del régimen fue evitar un golpe de Estado y enfrentarse a todos los grupos armados que se habían levantado.

El líder sirio, Bachar Al Asad, y el presidente ruso, Vladimir Putin.
KREMLIN

Para evitar que la población se sumara a los grupos rebeldes, Al Asad atacó a su propia población con una operación de tierra quemada en las zonas donde se ubicaban los sirios alzados en armas. A ésto se sumaron los bombardeos indiscriminados, algunos con municiones de racimo y bombas de barril no guiadas, y al uso de armas químicas.

El resultado fue un elevado número de fallecidos y el desplazamiento forzoso de miles de sirios dentro o fuera del país. Uno de sus resposables fue Dvornikov, que estuvo a cargo de las tropas rusas que Putin envió a Siria en 2015 para respaldar al gobierno de Al Asad.

Este general ruso estableció rápidamente una base aérea cerca de la costa noroeste de Siria y desde allí condujo bombardeos que destruyeron pueblos y ciudades en la provincia de Idlib. La caída de Alepo, la segunda ciudad más importante del país, se debió en gran medida a los ataques aéreos rusos, que destruyeron gran parte de la infraestructura local, incluyendo hospitales y escuelas.

Alepo.
EFE

La Guerra civil de Siria, técnicamente acabada, ha durado más de una década y le ha costado la vida a más de 350.000 personas, según Naciones Unidas.

Las crónicas contaron que esta estrategia de destrucción masiva también fue aplicada por Rusia en la guerra de Chechenia en 1994. En ese conflicto también estuvo Dvornikov.

Una táctica tan antigua como la guerra

Claro que la historia de la humanidad y sus guerras está repleta de ejemplos de tierra quemada. Heródoto ya contaba que esta táctica fue usada por los escitas en la guerra contra los persas de Darío I. En la guerra de las Galias contra César la utilizó Vercingetórix en el sitio de Alesia. Y en la vieja Hispania, en el siglo VIII, Alfonso I el Católico usó este sistema contra los musulmanes de Al Ándalus, convirtiendo la zona inmediata al río Duero en una especie de desierto.

En época contemporánea, en 1938, durante la segunda guerra sino-japonesa, los soldados chinos destruyeron represas con el objetivo de inundar la tierra y detener el avance de los japoneses, dando como resultado la inundación de Huang He.

Durante la Segunda Guerra Mundial, a medida que las tropas alemanas avanzaban por Francia, los ejércitos aliados francobritánicos destruían las líneas telegráficas y telefónicas antes de abandonar una ciudad. Así, los nazis tenían que usar la radio y sus comunicaciones podían interceptarse.

La URSS se valió de esta táctica en la segunda mitad de 1941. Frente al avance alemán, evacuaron a las regiones de los Urales la industria pesada indispensable para el esfuerzo bélico. Para no dejar nada a las tropas de Hitler, destruyeron toda la infraestructura física imposible de transportar (vías de ferrocarril, carreteras, puentes, hidroeléctricas, etc). 

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