Madrid

Apuñalan a un vigilante de la empresa Desokupa durante un intento de desalojo de un edificio okupado en Majadahonda

Un okupa se asoma en el bloque de Majadahonda
EFE

Un vigilante de seguridad ha resultado apuñalado en el transcurso de los graves altercados ocurridos esta madrugada durante el intento de desalojo de un edificio de lujo de once plantas okupado en el municipio madrileño de Majadahonda, ha informado Desokupa.

El propietario del edificio de la calle Ciriaco García número 6 contrató a la empresa Desokupa para ayudar a recuperar el inmueble, en el que residen de forma ilegal al menos una veintena de magrebíes. 

Durante el desalojo, que se ha iniciado a las 6.50 de la madrugada, se han vivido momentos de tensión al producirse altercados entre los okupas, agentes de la Guardia Civil e integrantes de Desokupa.

En el operativo, han intervenido una treintena de agentes de la Benemérita, Policía Nacional, Policía Local e integrantes de la empresa.

Los okupas del bloque se han enfrentado en el rellano contra quienes accedían al edificio portando machetes y piedras. Un vigilante de control de acceso ha resultado apuñalado en la mano, teniendo que ser asistido por efectivos sanitarios. 

Los okupas han lanzado objetos contra periodistas que cubrían la información entre ellos un televisor y un mueble.

La empresa, que ha recuperado tres plantas, solicitará este jueves una medida cautelar de desalojo inmediato al juzgado con pruebas de que en el inmueble habita una banda organizada de delincuencia. "Confiamos en que con todo lo sucedido esta mañana con las agresiones, las pedradas y el apuñalamiento en 48 horas habrá un desalojo", ha recalcado Daniel Esteve, responsable y fundador de Desokupa.

Defenderse por la fuerza

Las personas que están ocupando el edificio han asegurado que se seguirán defendiendo por la fuerza de la empresa Desokupa hasta que llegue una orden judicial que les obligue a irse. 

En declaraciones a EFE, dos de los okupas han relatado que han tirado objetos “en defensa propia, igual que ellos venían con extensibles de tres metros, con perros, cuchillos y navajas”. 

De momento sigue en el lugar una patrulla de la Guardia Civil y agentes de la Policía Local y los okupas afirman que si vuelven las personas de la empresa Desokupa piensan "responder de malas maneras".

Según los okupas, hace unos meses las personas que viven ahí pagaron 7.000 euros cada uno al dueño del edificio para que les abriera la puerta de las casas y viven ahí desde entonces "con luz, agua y cuidando el edificio". Explican que hasta hace un mes convivían con "delincuentes" y dicen que "ya no hay, ni se vende droga como se vendía hace tiempo".

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