Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Ciao Pinotxo

El antiguo propietario del bar 'Pinotxo', Juan Bayén.
El antiguo propietario del bar 'Pinotxo', Juan Bayén.
Europa Press
El antiguo propietario del bar 'Pinotxo', Juan Bayén.

La Rambla de Barcelona los acoge y mima, pero ellos tarde o temprano se van. Se ha ido al cielo Juanito, con ochenta y ocho años sobre el cuerpo, y millones de segundos tras la barra del mítico Bar Pinotxo. 

En el mercado de la Boqueria, Juan Bayén va a ser recordado como el personaje afectuoso y servicial que siempre fue. En Barcelona, como un ciudadano singular de los que marcan una época. Homenajes póstumos y medallas no le van a faltar a Juanito. 

Su recuerdo va a engrosar ese variado elenco de figuras famosas que a lo largo de los años ha sido capaz de parir la Rambla de la ciudad condal. Ha pasado más de un siglo y en Barcelona aún se habla con ternura de la Moños, de su aire chic, de sus canciones y de las flores que compraba en la Boqueria para lucir en el pelo. 

Una calle sin parangón, la Rambla, que también ha cobijado entre plataneros y floristas a un Ocaña libertario, artista, pintor y activista por los derechos LGBTI. Pero hay mucho más. Algunos aún recuerdan junto al mercado a Johnny, el ‘sheriff’ de las Ramblas. Un curioso personaje que caminando como un cowboy con estrella, botas y cartucheras nos hacía sonreír. Y qué me dicen de la inconfundible Carmen de Mairena que se metió en política. 

Juanito se ha ido. Se ha llevado con él no solo su pajarita sino también la esencia del Pinotxo. No sabemos cuanto tiempo tardará la magia de la Rambla en ofrecernos otro personaje tan entrañable como Juan Bayén. Hoy toca despedirlo con un sentido: Adéu Juanito. Ciao Pinotxo.

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