Perros

Argos es un perro que tiene el equivalente a la ELA: "Las personas pensamos en el mañana, él me está enseñando a vivir el ahora"

Pilar junto a sus perros Argos y Horus.
CEDIDA

Adoptar o comprar un perro es una responsabilidad. Cuando optamos por ampliar nuestra familia de esta manera, también estamos asumiendo obligaciones como tutores, nos estamos convirtiendo en los encargados de alimentar, cuidar y darle la mejor vida posible a nuestro nuevo peludo. Pero, ¿somos realmente conscientes de hasta que punto?

En el momento que nos hacemos cargo de un perro (o cualquier otro animal, en general), debemos estar también dispuestos a afrontar las situaciones más complicadas. A todos nos gusta la idea de tener un compañero peludo sano y sin ningún problema pero, a veces, tal y como ocurre con las personas, nuestros peludos también enferman, o simplemente se hacen mayores y sufren los síntomas propios de la edad y, nosotros debemos estar ahí también para ellos.

Ante una situación así se encuentra Pilar Lorente, una amante de los animales que se ha criado entre felinos y que ahora tiene una familia numerosa junto a su marido, dos perros y cuatro gatos. Primero adoptaron a Horus, un perrito que una amiga encontró en la calle; y, unos meses más tarde decidieron adoptar a Argos, un precioso Pastor alemán.

No obstante, el joven Argos, desde muy pequeño, empezó a presentar síntomas de algún tipo de problema motor. "Con seis o siete meses, vimos que cojeaba de la pata delantera y, tras llevarlo al veterinario, nos dijeron que tenía displasia en las cuatro patas y que lo que peor tenía era el codo izquierdo", relata Lorente.

Argos: una vida complicada pero llena de amor

La familia de Argos decidió llevarle a un especialista en Valencia, donde le además le diagnosticaron de artrosis y descubrieron que tenía un hueso roto y que ese era el motivo por el que cojeaba. "Tras la intervención ya no volvió a cojear, pero la displasia era tan severa que no merecía la pena operar", cuenta su tutora. "Radiológicamente las pruebas estaban mal, pero él se encontraba bien, así que con medicación para el dolor, decidimos seguir para adelante".

"Ahora, con ocho años estaba estable pero vimos que empezaba a cojear más de lo normal y de forma rara, por lo que volvimos al veterinario quién nos dijo que, no solo la displasia había ido a peor, si no que Argos sufría una enfermedad llamada mielopatía degenerativa (similar a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en personas)", relata. 

En cuestión de meses (de julio que fue diagnosticado de esta enfermedad a noviembre) Argos tuvo que empezar a utilizar una silla de ruedas. "Sobre la mielopatía no había demasiada información en internet, sabíamos que era una enfermedad difícil y lo que se nos venía por delante, pero nunca nos planteamos dejarlo, decidimos tirar para adelante y darle todas las facilidades", afirma Lorente.

El diagnóstico de Argos era que iba a dejar de andar, de hecho, podría podría quedarse paralizado por completo, no se sabe hasta dónde puede llegar pero hay algo que sus tutores tienen claro y es que "la mielopatía no duele". "Él tiene dolor por todo lo que tiene de por sí, las malas posturas que coge a veces, la columna, los hombros, el mismo hecho de llevar la silla a cuestas...", enumera Lorente. "Es por esto que toma medicación".

"No sabemos en un futuro el progreso que va a tener y aunque los primeros seis meses fueron de aceptación y de empezar a ver los cambios, también nos cambió de idea a nosotros", asegura. "Siempre había dicho que no íbamos a tener al perro en silla de ruedas pero, pasó tan rápido que no tuvimos más remedio. Él sigue haciendo cosas, de hecho, la silla le vino super bien, le dio libertad de oler, pasear... le dio vida".

Argos durante un paseo por el campo.
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A todo ser vivo le llega su hora, a unos antes que a otros pero, mientras tanto, Lorente tiene claro que va a hacer la vida de Argos lo más fácil y feliz posible. "Ahora estamos intentando que no cargue mucho las patas de adelante, para que siga haciendo el reflejo y movimiento de andar, aunque no pueda", cuenta. "Durante los paseos tenemos que hacer parones en los que le retiro la silla, se tumba para recargar las pilas y luego continuamos".

"Intentamos hacer planes con él, todo lo que esté adaptado, claro", añade. "Como le gusta el río, lo que hacemos es buscar sitios donde no haya mucha profundidad y que podamos llevar el coche muy cerca del agua, adaptándonos a él y a sus necesidades para que siga pudiendo disfrutar de sus actividades favoritas".

Los animales son familia

Para Pilar y su marido, sus dos perros y cuatro gatos son su familia y, tenerlos les ha dado "una lección de vida". "Él es quién me anima a mí si estoy triste", asegura. "Tiene muchas ganas de vivir aunque, como todos, tiene también días malos. Ves que disfruta todo tanto que vale la pena vivir el día a día, con todas sus complicaciones".

"Las personas siempre estamos pendientes del mañana, él me está enseñando a vivir el ahora, porque él lo hace así, es feliz con lo que tiene y no pide más", agrega. "Tenemos tanto que aprender de ellos en este aspecto...".

Cuando decides adoptar o comprar también tienes que estar dispuesto a todo lo que pueda pasar y a que hay situaciones que pueden cambiarnos nuestras rutinas o que podrían ocasionarnos complicaciones en nuestras vidas. "Es tener empatía con el animal", defiende Lorente.

Veía en las redes de otras personas casos similares y entonces pensé en hacerme el Instagram de Argos para ayudar

"No le voy a reñir porque se le escape la caca, bastante apurado está él cuando se le escapa", explica. "Lo que intento mostrar es una visión positiva de que se puede llevar, de que el perro es feliz y de que no pasa nada por estar enfermo o ir en silla de ruedas. Al final es lo que quiere hacer cada uno con su familia".

De hecho, precisamente para ayudar a otras familias que se encuentren en situaciones similares, Lorente decidió abrirse una cuenta de Instagram, motivada por el hecho de que, cuando empezó toda esta espiral de pruebas y problemas de salud con Argos, casi no encontraba información sobre la mielopatía, exceptuando un par de casos de personas que también compartieron sus vivencias.

"Yo veía en las redes de otras personas casos similares y entonces pensé en hacerme el Instagram de Argos, para lo mismo, para ayudar", cuenta. "Hablo de nuestro día a día, de cómo adaptamos nuestras vidas a sus necesidades, de cómo ahorrar en gastos en cuanto a materiales o accesorios que se puedan necesitar, etc.".

Lorente sabe que un día tendrá que despedirse de Argos (como lo tendría que hacer en cualquier circunstancia), pero tiene algo claro: "Mientras él sea feliz y vea que está bien y que quiere hacer cosas, aquí estaré, porque Argos sigue siendo el mismo perro que antes y uno más de la familia", concluye.

Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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