Comprar una casa es una de las grandes inversiones para cualquier ciudadano de a pie. La adquisición de una vivienda es una operación costosa que requiere una gran cantidad de dinero y de inversión, algo conlleva mucho tiempo y esfuerzo. A su vez, pedir una hipoteca es una opción, pero aún así se deberá disponer de una parte del dinero para adquirir una casa. Por lo tanto, conocer métodos y fórmulas para ahorrar en la compra de una vivienda puede ser clave para reducir los costes finales de la adquisición

El comparador bancario iAhorro ha publicado tres métodos imprescindibles a la hora de comprar una casa que pueden permitir ahorrar grandes cantidades de dinero: 

Trabajar a partir de un presupuesto personal

Es fundamental trabajar a partir de un presupuesto personal, realista, que refleje ingresos y gastos para poder detectar en que partidas se puede ahorrar y reducir el gasto. No sólo para la compra del inmueble, sino también sobre el presupuesto global, ya que reducir gastos innecesarios se puede aumentar el ahorro poco a poco.

La cuenta de ahorro, un aliado

Las cuentas de ahorro permiten a sus usuarios destinar una serie de cantidades directamente a una cuenta para ahorrar ese dinero. No cuenta con incentivos fiscales pero los bancos ofrecen unos intereses por el dinero en la cuenta. 

Aunque mucha gente no lo tiene en cuenta, tener una cuenta de ahorro, y por tanto fondos en el banco, es una manera de incentivar las relaciones con la entidad, demostrando solvencia y capacidad de ahorro. Esto puede derivar en facilidad de acceso a un préstamo hipotecario. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de una "zona tensionada" para alquilar vivienda? Así se define este elemento clave en la nueva ley

Los depósitos te 'obligan a ahorrar'

Los depósitos a plazo fijo implican un ahorro 'obligado' ya que el dinero depositado no está disponible hasta el vencimiento del mismo. Los intereses son mayores que con una cuenta de ahorro, la relación con el banco será mejor a la hora de obtener un préstamo hipotecario y el ahorro 'obligado' puede impulsar un mayor control sobre los gastos que puede derivar en más ahorro.