Entrevista

García-Foncillas, oncólogo: "El plan europeo ayudará a evitar el 40% de los 2,7 millones de tumores que se detectan cada año en la UE"

El doctor Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación Eco.
El doctor Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación Eco.
Fundación ECO
El doctor Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación Eco.

Las cifras son "muy altas". Cada año, según las estadísticas de 2020, unos 2,7 millones de pacientes son diagnosticados de cáncer en la Unión Europea y 1,3 millones de ciudadanos fallecen a causa de algún tumor.  La perspectiva no es nada halagüeña: la previsión es que estos datos, "ya de por sí preocupantes, aumenten en los próximos años". En ese contexto, ¿se puede hacer algo para revertir la tendencia?

La respuesta es sí y el primer plan europeo contra el cáncer pretende contribuir a ello. Aprobado hace un año, la semana pasada el Parlamento Europeo acogió una jornada sobre su implementación en los 27. En ella, políticos, especialistas y pacientes exigieron que la iniciativa -que no es de obligado cumplimiento- sea no obstante una prioridad de la presidencia española del Consejo de la UE el próximo semestre.

Entre los ponentes se encontraba el doctor Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO), coorganizadora del evento junto a la eurodiputada del PP Dolors Montserrat.

¿Por qué es importante el plan europeo contra el cáncer?En primer lugar, porque va a permitir armonizar la estrategia en los 27 países de la UE. En segundo lugar, porque ha identificado los puntos de mejora en cuanto a dónde incidir para un objetivo fundamental, que es darle la vuelta a la curva de supervivencia y conseguir reducir la mortalidad. En este momento están en niveles preocupantes. 

¿Dónde hay que poner el foco?Por una parte, en la prevención. Podemos reducir la aparición de algunos tumores cambiando hábitos. Debemos trabajar para evitar la aparición del 40% de los 2,7 millones de tumores que se diagnostican. Después, para trabajar en el aumento de la supervivencia, el plan ha identificado líneas críticas, como el diagnóstico precoz. Es algo de lo que hablamos siempre pero su nivel de implantación en el contexto europeo es tremendamente desigual. El tercer punto es que hay una heterogeneidad de acceso a la innovación terapéutica muy importante. Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo se plantea que, por su complejidad de abordaje, casos de tumores como el de páncreas, el de esófago o los sarcomas deben ponerse en manos de equipos muy especializados y hacer centros de referencia que estén distribuidos homogéneamente en la geografía europea. Los otros puntos importantes son implementar la oncología de precisión y la calidad de vida del paciente. 

El presidente de la Coalición Europea de Pacientes de Cáncer, Francesco de Lorenzo, califica de "gran logro" que el plan aborde la calidad de vida de los enfermos y dice que es algo que estaba "olvidado por completo".Tenemos que hacer énfasis en apoyarles en ese sentido desde el momento del diagnóstico. Junto al tratamiento, debemos centrarnos en el contexto holístico de la persona y en ayudar y socorrer la vertiente psicológica, anímica, social, también de quienes la cuidan. Son aspectos que muchas veces quedan relegados.

¿Qué beneficios tendrá en la labor diaria de los especialistas?Muchos. Si somos capaces de replantearnos cómo estamos abordando a los pacientes y de incorporar el plan en la práctica clínica de forma realista, habremos cambiado por completo el abordaje contra el cáncer. Tenemos que hacerlo poniendo en marcha medidas para que personas sanas no lleguen a enfermar, desde una interacción con la Atención Primaria y en un contexto de conexión con los centros especializados. También tenemos que elaborar programas realistas de diagnóstico precoz que lleguen a toda la población, plantear que hay tumores que debemos remitir a los centros de referencia y lograr que aquellos fármacos que se demuestra que tienen un beneficio se administren a los pacientes. Este cambio tiene que implicar, motivar y concienciar a todos los que intervienen en el proceso global del paciente oncológico.

Entre los objetivos del plan está ampliar el cribado selectivo, pero puede no ser beneficioso extender el screening a toda la población. Hay unos rangos de población en los que está demostrado sin ninguna duda que aporta beneficios. Es verdad que llevar por ejemplo el programa de screening de cáncer de colon o de mama a personas de 30 años no ha lugar, salvo que haya unos antecedentes familiares que lo justifiquen. Cuando hablamos de extenderlo no es a todos, independientemente de sexo y edad, sino que debemos definir en qué grupo, a partir de qué momento de la trayectoria vital, hay un beneficio. Las pautas para definir cualquier programa de screening las marcan las evidencias científicas.

Con algo tan importante como la salud, hay que buscar que un plan europeo como el del cáncer se traduzca en que se implemente sin cortapisas nacionales

Hablaba antes del problema de la heterogeneidad en el acceso a la innovación terapéutica. En España incluso ha aumentado el número de días -de 414 a 517- que trascurren desde que un fármaco es aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) hasta que le da luz verde la agencia española. Incluso hay algunos que son rechazados. Si hay cualquier aspecto que no tenemos claro, el momento de plantear las dudas es cuando se está abordando el fármaco en la agencia europea, de la que España es parte activa. No podemos poner en entredicho luego algo a lo que hemos dado el visto bueno y que está dentro de nuestro entorno. Si en el contexto de la UE se aprueba, después se tendría que financiar de forma inmediata. La valoración positiva por parte de la EMA, que es nuestra agencia reguladora, tendría que traducirse en que podamos emplear el fármaco en todo el territorio europeo. Plantear retrasos o restricciones no tiene ninguna justificación científica y no va en línea con lo que propone en el plan europeo de lucha contra el cáncer.

Destacó en la jornada que Europa ha pasado de ser la responsable del 47% del desarrollo terapéutico en los 90 a estar ahora en torno al 22%. ¿A qué se ha debido esa pérdida?A que ha habido una falta de apoyo al I+D+i y a que en lugar de potenciar la interacción entre centros de investigación, centros clínicos, empresas farmacéuticas... no ha habido todo el apoyo que hubiera hecho falta en detrimento de otras áreas geográficas, como EEUU, Japón o Australia. Allí ha habido un aumento muy significativo en el apoyo a la investigación, el desarrollo y la innovación. Si queremos ser competitivos y tener una capacidad de decisión en cuanto a la negociación de precios, tenemos que ser parte de todo el proceso de desarrollo. No puede ocurrir que Europa se convierta en consumidor y no en desarrollador.

El plan levantó ampollas entre el sector vitivinícola español por las referencias al alcohol, dado que en algún momento se planteó eliminar que el riesgo radica en el consumo "abusivo". Finalmente quedó incluido. ¿Cuál es su opinión sobre el tema?En Europa y sobre todo en los países del sur, la media de consumo es muy elevada. Pero tenemos que tener muy claro, por una parte, que no todo el alcohol es igual, y por otra, que su metabolización cambia de una persona a otra. También es cierto que muchas veces no somos conscientes de que el alcohol es una fuente muy importante de glucosa y se ha visto que la mejor forma de incorporar la glucosa es con piezas de fruta enteras y no por ejemplo con zumos o procesados. Esos picos rápidos tienen un impacto mucho más negativo de lo que puede ser la incorporación progresiva. Por tanto, la opción óptima sería que en vez de vino tomáramos uvas.

El doctor Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación Eco.

Jesús García-Foncillas López

  • Es director del Instituto Oncológico, del Departamento de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, de la División de Oncología Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria FJD-UAM y del programa de cáncer de cuatro hospitales universitarios en Madrid. Es además profesor de Oncología de la Universidad Autónoma de Madrid y director de su Cátedra de Medicina Individualizada Molecular. Fue galardonado con el Premio Nacional 2020 de la Real Academia Nacional de Medicina de España, siendo nombrado académico de la misma. Autor de más de 285 artículos y numerosos libros especializados, desde 2021 ostenta la vicepresidencia de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO).

En la elaboración del plan han participado políticos, pacientes, expertos como ustedes... Pero ¿echa en falta algo? ¿Se ha quedado algo fuera?  El plan está muy bien diseñado porque marca grandes pilares. Lo que posiblemente no entre en sus objetivos sea la traducción a elementos que competen más al día a día. En esa puesta en acción tenemos que ser capaces de articularlo de manera que sea una realidad en todos los entornos que afectan a la enfermedad. Ahí tenemos que bajar a un contexto muy práctico para que realmente el paciente perciba que esto es un punto de inflexión. En ese aspecto hay mucho todavía por hacer.

¿Debería ser de obligado cumplimiento?Este es un punto muy importante que suscita mucha discusión porque la UE siempre ha sido muy respetuosa con los países miembro. Pero aquí debería prevalecer la salud del ciudadano como bien fundamental por encima de lo que pueden ser tratados de índole político que buscan el respeto de la identidad de los países. Cuando el planteamiento es un elemento superior, algo tan importante como la salud, hay que buscar que un plan como el del cáncer, con un impacto tan importante en la población, se traduzca en que se pueda implementar de manera directa, inmediata y sin cortapisas a nivel nacional.

¿Se tenía que haber hecho antes?Sí, claramente. EEUU nos lleva años de ventaja y su estructura de una estrategia contra el cáncer se ha traducido en un impacto importante en la supervivencia de los pacientes. No es fácil ponerlo en marcha porque requiere concitar voluntades políticas pero afortunadamente ahora se ha dado este contexto. Es verdad que hubiera sido mejor ponerlo en marcha tiempo atrás, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

¿Confía en que España abandere su implementación durante su turno de la presidencia del Consejo de la UE? ¿Han hablado con el Gobierno?No hemos hablado con el Gobierno. En la reunión en el Parlamento Europeo les hemos invitado. Pero la UE tiene cinco misiones que ha definido como claves en el medio y largo plazo y la única en el contexto de salud es en cáncer. Esto significa que ha puesto toda su preocupación por la salud en el cáncer. La presidencia por parte de España es un momento idóneo para marcar una estrategia que, abanderada por nuestro país, acelere la armonización de este plan en todos los países miembro y su implementación como algo que trasciende a nivel nacional y que debe ser regido por un bien global de la ciudadanía europea.

Ha habido una transformación relevante cuando hemos empezado a conocer la biología molecular que subyace detrás de muchos tumores

¿En qué situación está España en la lucha contra el cáncer?Tiene una posición privilegiada en cuanto a la capacidad de investigación clínica. Esto es gracias a un esfuerzo ingente de los investigadores, muchas veces en entornos complicados. Ese esfuerzo ha llevado a posicionar la investigación clínica en muchas áreas, y en cáncer en particular, en situaciones de protagonismo y de primer nivel mundial. Tenemos al mismo tiempo centros de investigación con un impacto muy alto pero deberíamos pedir mayor apoyo gubernamental que ponga en valor lo que hacen los investigadores, porque eso beneficia a los pacientes y a la sociedad y es motor de desarrollo y riqueza.

Cada tipo de cáncer es diferente y cada paciente también, pero ¿contamos con cada vez más herramientas para luchar contra esta enfermedad?Claramente, sí. Ha habido una transformación relevante cuando hemos empezado a conocer la biología molecular que subyace detrás de muchos tumores. El conocimiento de los elementos que hacen que un tumor adquiera agresividad, la capacidad de desarrollar metástasis... ha abierto una puerta para identificar dónde tenemos que incidir terapéuticamente para provocar un cambio en la evolución de la enfermedad. 

¿Qué implicaciones tiene esto?Eso se ha traducido en que los estudios moleculares y genómicos del tumor no han tenido nunca un papel tan relevante, no solo en el diagnóstico sino en todo el proceso, y nos ha permitido buscar con un conocimiento profundo y preciso lo que más beneficia a cada paciente. Individualizar esta aproximación tiene un impacto muy grande en la supervivencia. La oncología se ha transformado en que necesitamos entender la biología de la enfermedad y si somos capaces de desenmarañar lo que está ocurriendo, se nos abrirán posibilidades mucho más efectivas.

Araceli Guede
Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, estudié después el Máster de Periodismo de El País. En 20minutos desde marzo de 2013, donde desde 2023 realizo labores de coordinadora de la web y portadista. Apasionada de los temas sociales (relacionados con educación, sanidad, inmigración o igualdad) y de denuncia, en 2022 recibí el Premio de Periodismo de la Fundación Grünenthal, en la categoría de Abordaje del dolor infantil.

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