El Gobierno empieza a alertar de la falta de agua en toda Europa ante la previsión de un verano históricamente seco

Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema Copernicus, que advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.
Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema Copernicus, que advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.
Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema Copernicus, que advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.
Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022.

"Europa ha ido calentándose más rápido que cualquier otro continente en las últimas décadas, con un aumento de las temperaturas que duplica la tasa media global". Esta es la principal conclusión del sexto y último informe 'El Estado Europeo del Clima' (Esotc, por sus siglas en inglés) 2022, del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus, publicación que coincide con una sequía creciente en España este año que ha llevado al Gobierno a pedir ya a los ciudadanos que moderen el consumo de agua en la medida de lo posible. Eso sí, descarta, de momento, cortes en el suministro.

El informe de Copernicus destaca que durante el año pasado gran parte de Europa sufrió intensas olas de calor, que los glaciares de los Alpes registraron una pérdida récord de hielo y que el verano del año pasado fue el más cálido desde que hay registros, con temperaturas 1,4 °C por encima de la media reciente.

Los datos no son alentadores. El año pasado, Europa registró un calor sin precedentes y una sequía generalizada. El informe recoge datos que muestran el aumento de las temperaturas y la intensificación de los fenómenos extremos, así como varios eventos de récord, pero negativos, como que en 2022 se contabilizó la mayor cantidad de horas de sol y el segundo menor caudal en los ríos europeos.

Entre las conclusiones destaca también que "Europa vivió el segundo año más cálido desde que hay registros" y que, debido a las olas de calor extremas de los meses estivales, "el sur de Europa registró el mayor número de días con 'estrés térmico muy fuerte' jamás registrado". También se observa una tendencia a la baja en el número de días «sin estrés térmico».

Según valora el director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Carlo Buontempo, "el informe destaca los alarmantes cambios de nuestro clima, entre ellos el verano más caluroso jamás registrado en Europa, marcado por olas de calor marinas sin precedentes en el Mar Mediterráneo y temperaturas récord en Groenlandia. Comprender la dinámica del clima en Europa es crucial para nuestros esfuerzos de adaptación y mitigación de los efectos negativos del cambio climático en el continente".

Globalmente, "los últimos ocho años han sido los más calurosos desde que hay registros", reza el informe. En Europa, las temperaturas "están aumentando al doble de la media mundial, más rápido que en cualquier otro continente", sentencia.

Reservas hasta septiembre

El efecto de esas temperaturas crecientes cada año ya ha llegado a España, donde la sequía está empezando a hacerse notar en varias regiones. Ayer mismo, y pese a que el Gobierno no se plantea en estos momentos proceder a racionar el consumo humano de agua, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, pidió a los ciudadanos "ser extremadamente cautos" en el consumo de un recurso cada vez más limitado debido a la sequía. A pesar de ello, apuntó que las reservas actuales permiten tener disponibilidad en los "meses más duros" y hasta septiembre.

"En principio, con el volumen de agua embalsada y las aportaciones que se puedan hacer de los pozos de emergencia, podemos llegar a cubrir los meses más duros, hasta septiembre", dijo la ministra, aunque también alertó de la gravedad de una situación que "vivimos cada vez con más frecuencia", que ha pasado a ser "estructural" y que explica la necesidad de que las confederaciones hidrográficas, los gestores de los ríos, tengan previstos planes especiales de sequía como los que se acaban de someter a consulta pública para su posterior aprobación.

"No estamos planteando esto [cortes de suministro] pero se da cabida a que las administraciones territoriales del agua puedan adoptar medidas extraordinarias", concluyó la vicepresidenta, que considera que también es "importante" que las autoridades municipales de los lugares donde incide especialmente la sequía activen sus planes: "Hemos trabajado en los planes de sequía y el orden de prioridad, tenemos que ver los territorios que puedan verse más afectados y garantizar el abastecimiento para consumo humano y trabajar con [el Ministerio de] Agricultura para paliar los efectos en el campo".

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