Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Marta Riesco, el fracaso de compartir todos los arrebatos de la vida en redes sociales

Marta Riesco en 'El programa de Ana Rosa'.
Marta Riesco en una imagen de 'El programa de Ana Rosa'.
Telecinco
Marta Riesco en 'El programa de Ana Rosa'.
Marta Riesco anuncia su ruptura con Antonio David.
Wochit

Marta Riesco repetía en Telecinco que no se veía participando en un reality show de su canal. Incluso enfatizaba que no quería ser personaje, ella era profesional de El Programa de Ana Rosa. A menudo, decimos lo que creemos que esperan de nosotros. Aunque nuestros actos plasmen lo contrario. 

Y la realidad mostraba cómo Marta Riesco ya había transformado sus redes sociales en una especie de personality show. Allí retransmitía una vida de apariencias y, al mismo tiempo, publica comunicados oficiales dotándose de una importancia que evidenciaba estar creyéndose ese personaje que no quería ser. El último, la comunicación pública del final de su relación con Antonio David Flores.  Por supuesto, no basta con decir "ya no estoy con mi novio". La historia se azuza con mayor dosis de dramatismo para atraer con más fuerza los focos hacia su persona. 

Se verbaliza la ruptura y, encima, se culpabiliza a Rocío Flores, hija de su ex pareja y de Rocío Carrasco. "Espero que estés feliz, ya has conseguido lo que querías". El mensaje lo tiene todo, hasta el machismo de culpabilizar a otra mujer. Machismo incrustado en los programas de corazón con los que ha crecido Riesco, que enfrentaban a otras mujeres que pasaban por allí en las historias de desamor y salvaban a los hombres responsables. Ellas, "qué van provocando", siempre culpables.  

De hecho, Riesco hasta repite sin percatarse la manera de hablar de aquellos espacios del corazón elitistas, clasistas, sexistas y narcisistas. Es donde aprendió qué era la fama. O lo que creía que era la fama. Y no lo es.

Nos podemos quedar en el cotilleo de patio de vecinos sobre la ruptura de una pareja o afrontar cómo la necesidad de sobreactuar cada paso en las redes sociales define los daños colaterales que ha dejado un tipo de televisión en donde unos aspirantes a famosos creyeron que polemizar con todo públicamente es la manera de que se fijen en ti. Peor aún es cuando a la pelea clásica del reality show le sumas el postureo de la vida de apariencias de un influencer en Instagram. Entonces, sale un peligroso cóctel a la caza de la validación constante de los demás. Cuidado con pensar más en la palmada en la espalda de los followers que en intentar la tranquilidad con uno mismo.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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