Podemos se centrará en la ley de familias y en vender sus medidas estrella de cara al fin de la legislatura tras el varapalo del 'solo sí es sí'

Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero.
Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero.
EFE
Las ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero.

Podemos mira al frente pese al enorme varapalo que ha sufrido la ministra de Igualdad, Irene Montero, al ver cómo PSOE y PP sumaban sus votos para modificar la ley del 'solo sí es sí', la norma estrella de su departamento. Los morados no se plantean en ningún caso salir del Gobierno, como ha ocurrido cada vez que ha existido una crisis durante la legislatura. Y en los meses que restan hasta las elecciones generales, según explican las fuentes consultadas, se centrarán en sacar adelante el principal proyecto legislativo que aún tienen pendiente sus ministerios, la ley de familias, así como en hacer gala de las principales medidas que han arrancado al PSOE en los últimos años. 

Pese a que para el Ministerio de Igualdad y para todo Unidas Podemos ha sido un golpe muy importante la reforma de la ley del 'solo sí es sí', los morados siguen en la misma posición que al inicio de la legislatura: consideran que estar dentro del Gobierno es la mejor manera de arrastrar al PSOE hacia la izquierda y creen, además, que salir del Ejecutivo supondría perder una enorme capacidad de influencia. Por otra parte, abandonar el Consejo de Ministros a solo unos meses de las elecciones generales supondría hipotecar las relaciones con el PSOE, con quien Unidas Podemos tendrá que volver a compartir Gobierno si al bloque progresista le dan los números tras las próximas generales.

Por tanto, la estrategia morada va a ser la de criticar muy duramente la reforma llevada a cabo por parte del PSOE y centrar el tiro en que ha sido pactada con el PP, pero sin romper la cuerda. Quien mejor lo resumió fue este viernes la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, quien aseguró que su formación está "intentando cuidar el patrimonio de la coalición, el mandato que nos dieron las urnas, y quien hace daño es quien pacta ese retroceso en los derechos de las mujeres, el primero de la historia de nuestro país", en referencia a los socialistas.

En cualquier caso, una vez pasado el mal trago de la reforma de la ley del 'solo sí es sí', Unidas Podemos quiere centrarse en la campaña de las municipales y autonómicas, en primer lugar, y en sacar adelante de una vez por todas la ley de familias, que llegó a finales de marzo al Congreso. La tramitación parlamentaria del texto acaba de empezar, pero los tiempos ya aprietan y, por ello, fuentes moradas aseguran que intentarán poner en marcha una tramitación parlamentaria ágil que permita que la legislatura acabe con la norma -que incluirá, por ejemplo, la puesta en marcha de varios permisos laborales para cuidar familiares- en vigor.

La ley de vivienda, clave

En lo relativo a las elecciones del 28 de mayo, Podemos tiene una estrategia clara: sacar pecho de las medidas puestas en marcha por el Gobierno y, en especial, de aquellas que llevan el sello morado. La ley de vivienda -que será aprobada en el Congreso el próximo jueves para pasar al Senado a recibir luz verde definitiva- será una de ellas, habida cuenta de que las dificultades para acceder a un piso será uno de los asuntos clave de la precampaña y la campaña y de que PSOE y Unidas Podemos han comenzado ya a disputarse la bandera de partido defensor de los ciudadanos con más problemas para tener un techo.

De hecho, la elección de algunos de los candidatos morados para las elecciones autonómicas ha tenido muy en cuenta que la vivienda será un asunto clave en estos comicios. Fuentes de Podemos señalan que, a la hora de encarar la precampaña y la campaña, las listas en Madrid y la Comunidad Valenciana, por ejemplo, están lideradas por dirigentes muy vinculados a este tema, como son, respectivamente, Alejandra Jacinto y Héctor Illueca. La candidata madrileña ejerció durante años como abogada en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), mientras su homólogo valenciano ha sido conseller de Vivienda en la última legislatura en la Generalitat valenciana y ha hecho bandera de la limitación de los precios del alquiler.

No obstante, Podemos también va a tener que solventar algunas papeletas en los próximos meses, fundamentalmente a nivel interno. Desde que la vicepresidenta Yolanda Díaz, el pasado 2 de abril, anunciara que se presentará a las elecciones generales al frente de una candidatura de Sumar, las negociaciones con los morados no han avanzado ni un ápice, y no parece que eso vaya a cambiar hasta después de los comicios del 28M. Y Díaz, además, no ha respondido aún a Podemos e IU sobre su participación en la campaña del 28M: ambos le han pedido que acuda a sus actos, pero la vicepresidenta no se decide, habida cuenta de que en Madrid o la Comunidad Valenciana ambas formaciones competirán con otros partidos aliados de Díaz, como Más Madrid o Compromís.

La relación de la líder de Sumar con Podemos está muy deteriorada, si bien ambos tienen asumido que seguirán compartiendo Gobierno durante el resto de la legislatura. Quizá por ello, para evitar mayores tensiones Díaz acudió el pasado jueves al Congreso a presenciar el debate sobre la reforma de la ley del solo sí es sí, pese a que su intención inicial era ausentarse al estar recién llegada de un viaje exprés a Nueva York para hablar ante la Asamblea General de la ONU. La tensión, sin embargo, sigue latente.

El PSOE contempla que Podemos rompa tras el verano

Desde el ala socialista del Ejecutivo, no obstante, han comenzado a sembrar dudas sobre el futuro de Unidas Podemos en la coalición tras el verano si Díaz y Belarra no alcanzan un acuerdo para presentarse en coalición a las generales de final de año. En Ferraz y en Moncloa niegan de toda forma una ruptura inminente de la coalición. De hecho, Sánchez está convencido de aguantar la fórmula de Gobierno -que es inédita en esta etapa democrática- hasta cumplir el plazo legal. Es decir, los cuatro años.

Sí manejan el escenario de varias fases de tensión por parte de los morados. Sobre todo, cuando haya cerca procesos electorales, como es el caso de las elecciones del próximo mes. El planteamiento es que utilicen algunas de esas tensiones para dejar el Gobierno. "Si se quieren ir, no podemos obligarles a quedarse", resumía hace días una ministra, que insistía en rebajar el tono sobre esta posibilidad. Sería un escenario difícil para la izquierda y de ruptura total. Aunque estas fuentes señalan que así Podemos podría diferenciarse del PSOE y de Díaz en pocos meses para ganar aire de cara a las generales. Eso sí, todavía creen que está más cerca un acuerdo a su izquierda que una ruptura, aunque la posponen a la celebración de los comicios autonómicos y municipales.

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