Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

‘Reductio ad Francorum’

Laporta comparece para dar explicaciones por el caso Negreira.
Laporta en su comparecencia para dar explicaciones por el caso Negreira.
EFE
Laporta comparece para dar explicaciones por el caso Negreira.

El filósofo alemán Leo Strauss se dio cuenta en 1951 que cuando una discusión se alarga en exceso y empieza a desbordar el objeto del debate, siempre hay alguien que acusa al contrario de fascista hitleriano. A esa falacia la llamó reductio ad Hitlerum. En 1990, el abogado estadounidense Mike Godwin estableció una regla de analogías con el nazismo, muy parecida a la anterior, bajo el siguiente enunciado: "A medida que una discusión se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se menciona a Hitler o a los nazis tiende a uno". Pues bien, en España sucede lo mismo con Franco y el régimen franquista, es el recurso al reductio ad Francorum. Paradójicamente, pese a que la dictadura va quedando cada vez más lejos, la descalificación de franquista se ha incrementado a medida que lo ha hecho la polarización política. Pero no solo sucede en la política, también en el fútbol, lo acabamos de ver con el lamentable caso Negreira.

El presidente del Barça, incapaz de explicar el porqué de esos pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, en lugar de reconocer, en la mejor de las hipótesis, los desmanes económicos del club, ha cargado contra el Real Madrid acusándolo de cínico por escandalizarse ahora cuando fue el equipo beneficiado por los favores del franquismo. Por su parte, el club blanco ha respondido con un vídeo intentando demostrar el pasado franquista del Barça. Un cruce de acusaciones a todas luces lamentable, aunque es verdad que quien tiró la primera piedra fue Joan Laporta, que ha optado por refugiarse en el victimismo, parapetarse detrás de la catalanidad de la entidad y el tan sobado "som més que un club". Para rematar el espectáculo, el Govern de Pere Aragonès salió la semana pasada en ayuda de Laporta, exigiendo al Real Madrid la retirada del vídeo, levantando la bandera de la memoria democrática. Es inaudito que un Ejecutivo autonómico intervenga en la pelea entre dos equipos de fútbol en un caso de corrupción arbitral. De nuevo, el reductio ad Francorum que invita a las excusas.

Seguramente es estúpido pensar que el Barcelona de Messi, Xavi, Piqué o Pujol necesitaba ayuda arbitral para ganar, aunque esos pagos no se entienden sin el deseo de influir de alguna manera. Reflejan una cultura, parece ser que bastante extendida en el fútbol español, de pagar por si acaso, de la que se aprovechaban timadores como José María Enríquez Negreira. "Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra", ha dicho el ministro de Deportes, Miquel Iceta, poniéndose de perfil. Una sentencia bíblica que es un reconocimiento de ese bochornoso lodazal que es el fútbol, repleto de personajes siniestros como Negreira y de cretinos fatuos como Laporta.

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