El porfolio armamentístico europeo anda en pleno periodo de modernización y actualización a propósito de la guerra de Ucrania. La invasión rusa ha supuesto que los socios de la OTAN se hayan volcado en ayudar militarmente al gobierno de Zelenski. No se está enviando el material más sofisticado, más bien lo contrario como en el caso de los tanques Leopard, pero muchos países están aumentando su esfuerzo militar y su presupuesto.

Es el caso de España, compromiso con la Alianza Atlántica de por medio. En 2022, el Gobierno destinó al gasto militar el 1,09% de su Producto Interior Bruto (PIB), pero Pedro Sánchez se ha comprometido a invertir el 2% del PIB nacional en Defensa, lo que pasa por duplicar el actual presupuesto.

El Gobierno aprobó la semana pasada la inversión de casi 4.000 millones para modernizar su material militar. El acuerdo va a permitir que el Ministerio de Defensa acometa la modernización y la adquisición de armamento para las Fuerzas Armadas. Tomará forma con la adquisición y desarrollo de nuevos helicópteros (MH60-R y NH-90), drones y blindados (de oruga y ruedas).

Sin lanzacohetes múltiple desde 2011

El departamento que dirige Margarita Robles busca un lanzacohetes múltiple, del que carece el Ejército español desde la retirada del servicio del Teruel en 2011. En términos militares es importante. "Gracias a los medios lanzacohetes, se mantendrá una gran capacidad de respuesta con elevada profundidad y precisión para apoyar a cualquiera de sus unidades subordinadas", dice Defensa.

Más helicópteros NH-90, blindados oruga, drones... así se reparte la nueva partida de gasto para modernizar las Fuerzas Armadas

La primera intención de España fue adquirir el sistema HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System -Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad-), que tan buen resultado le está dando a Ucrania frente a las tropas rusas (proporcionados por Estados Unidos).

Spc. Russell J. Good de U.S. Department of Defense

Pero aquel plan no se materializó, el HIMARS es caro, por lo que el ministerio por un proyecto nacional complete con colaboraciones extranjeras. El elegido fue el SILAM, que ya tiene presupuesto asignado para este 2023: unos 22 millones de euros. Además, está en marcha el proceso de definición del sistema por parte de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM).

Su llegada se retrasa cinco años

Sin embargo, según ha sabido Infodefensa por una pregunta parlamentaria y la posterior respuesta del Ejecutivo, el nuevo lanzacohetes del Ejército de Tierra no estará plenamente operativo hasta dentro de cinco años.

Se trata de adaptar el sistema PULS israelí a las necesidades españolas

Este es el calendario que Defensa maneja en la actualidad. "La previsión actual es alcanzar la plena operatividad del sistema en el año 2028", explica en esa respuesta parlamentaria. Cuando se ofreció el SILAM a la Fuerzas Armadas españolas, en 2020, se habló de que su despliegue podría comenzar entre 2024 o 2025, si la contratación tenía lugar entre 2022 y 2023. Se va con retraso.

Las siglas SILAM corresponden a Sistema Lanzador de Alta Movilidad. Es un proyecto de lanzacohetes múltiple móvil desarrollado para nuestro Ejército por las empresas españolas Expal y Escribano en colaboración con Elbit Systems (de Israel).

ELBIT

Se trata de adaptar a las necesidades españolas el sistema PULS (Multi-Purpose Universal Launching System) de la empresa israelí. Esta misma plataforma ya fue escogida por el Ejército alemán y asesores militares de la Unión Europea. Más barato que otros como el HIMARS, el PULS es uno de los sistemas de lanzacohetes múltiple más demandados del mercado.

Algunos características del SILAM

Resta mucho trabajo, pero lo que de momento se conoce del nuevo lanzacohetes múltiple del Ejército español es:

SILAM se basa en PULS, que a su vez lo hace en el Lynx, desarrollado y fabricado inicialmente por Israel Military Industries (IMI) y utilizado por el ejército ese país. Cuenta El Español que según lo detallado en el foro Ejército-Empresas que se celebró en octubre de 2022, el primer paso necesario es la transferencia tecnológica por parte de Elibit Systems, fabricante de PULS.