Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El eterno éxito de Arguiñano y su ingrediente maestro

Karlos y Joseba Arguiñano despidiendo el programa de este lunes
Karlos y Joseba Arguiñano despidiendo el programa de este lunes
Atresmedia
Karlos y Joseba Arguiñano despidiendo el programa de este lunes

"En la época que estuve en Argentina, ya hace 25 años, me acuerdo de que era bastante caro el champiñón porque lo pronunciaban en francés.  Champingggnon". Karlos Arguiñano se ríe con su propio chiste. Una gracia con su buen trasfondo de verdad. Es su arte, es su carisma. No sólo es un buen cocinero, también es uno de los maestros de la comunicación de nuestro país. 

Cuatro décadas después de su estreno en televisión, mantiene el éxito de audiencias porque ha generado un vínculo cómplice con el público. Conectar con su espacio cada día, supone sentir la compañía de una persona que se implica con el espectador más allá de un guiso. Comparte vivencias, experiencias, frustraciones, motivaciones. Incluso corrosiones con esa comedia que permite contar todo. Hasta aquello que no deberías verbalizar. 

Así, el show de cocina más longevo nunca se hace repetitivo, pues es como una conversación con alguien a que aprecias, al que has visto crecer. A él, y a su familia. Porque esa es otra de las habilidades de Karlos Arguiñano. Su formato ya incorporó en los comienzos a su hermana, Eva, y ahora hace lo propio con su hijo, Joseba. Lo que enriquece la fórmula televisiva, pues propicia a ojos de la audiencia un rico intercambio generacional de miradas culinarias, que de paso actualiza un programa que ya es muy veterano y que, en cambio, sigue desprendiendo aires de modernidad.

Porque habrán pasado cuatro décadas, pero Karlos Arguiñano sigue hablando el lenguaje de su tiempo. Desde esa humildad que prioriza que la receta se pueda hacer en casa al lucimiento egocéntrico que no sirve para mucho. La cocina abierta de Arguiñano es útil para enriquecer nuestras cocinas y, a la vez, sentir esa cercanía que es la tele. La que acompaña y empatiza porque se atreve a morder. Y no sólo el champiñón recién guisado a la mostaza.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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