Juan Carlos Blanco Periodista y consultor de comunicación
OPINIÓN

¿Feria de Abril o de julio?

Feria de Abril de Sevilla.
Feria de Abril de Sevilla.
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Feria de Abril de Sevilla.

Escribo desde una Sevilla que vive una Feria de Abril que parece la de julio. Un mes después de soportar en el valle del Guadalquivir temperaturas superiores a los treinta grados, nos anuncian ahora otra vez que los termómetros se acercarán dentro de un par de días a esos cuarenta de los que solemos ‘gozar’ en la canículas de agosto. La gente vive y disfruta como siempre de su fiesta, pero hay algo que nos dice que esto no es normal, que este tiempo que vivimos aquí y en tantos otros puntos del país no puede ser normal.

No hay una gota de agua en los vaticinios de la Aemet, los pantanos siguen ‘en huelga de aguas caídas’ y los agricultores están a punto de llamar al 112 de los santos y las vírgenes para sacarlos en procesión como última medida para paliar los perjuicios de este madre de todas las sequías que estamos soportando.

Nos dicen que esto es un episodio de calor extremo, como si fuera un simple accidente climatológico, una anécdota que contar, pero no, ni es un accidente ni una anécdota que podamos despachar con un par de comentarios. 

No nos escondamos en la última sombra que queda y llamemos a las cosas por su nombre: esto es un ejemplo más de la emergencia climática que estamos viviendo en una tierra en la que los veranos empiezan ahora en abril y terminan con el puente de noviembre, y una prueba más de que hay que ser muy obtuso para negar que existe el cambio climático. Esto pinta muy mal. Y se soporta peor. Y no porque haya que vivir una Feria de Abril a cuarenta grados, sino por lo que esto significa para nuestro futuro.

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