Internacional

Borrell hace autocrítica y reconoce que la entrega de munición de la UE a Ucrania va más lenta de lo esperado

Josep Borrell durante una sesión sobre la guerra de Ucrania en el Parlamento Europeo.
EFE

Los críticos con la Unión Europea tienden a compararla con un elefante: lenta y pesada. Es un argumento que en los últimos tiempos en Bruselas se han empeñado es desmontar, pero siempre quedan restos que dan pie a la teoría. Así, este lunes el Alto Representante, Josep Borrell, ha reconocido que la entrega de munición por parte de los Estados miembros de forma común a Kiev va más lenta de lo que se esperaba pese a que ya se han enviado unos mil misiles. Son, eso sí, muchos menos de lo que necesitan las tropas de Volodimir Zelenski para hacer frente a Rusia.

"La munición tiene unas cifras que no alcanzan las perspectivas que me gustarían a mí y al ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, sin duda. Pero es cuestión de forzar el ritmo y aumentar las entregas", dijo Borrell en una rueda de prensa al término de un Consejo de ministros de Exteriores. Lo más urgente para Ucrania, ahora mismo, sigue en el congelador de los 27. Kuleba participó en la reunión de los ministros europeos por videoconferencia y, tras expresar su "frustración" la semana pasada por los retrasos, este lunes volvió a insistir en que la UE actúe para subsanar las dificultades.

"Kuleba manifiesta la angustia del que vive en una guerra", apuntó Borrell, que ve con normalidad "la urgencia" del Gobierno ucraniano y también su "insistencia". En cualquier caso, aseguró que desde la UE "hacemos todo lo que podemos para cumplir con todos nuestros compromisos", si bien reconoció el retraso en la entrega de munición para artillería aunque la de misiles progresa con más fluidez, al haber proporcionado ya mil unidades, aseguró.

La UE se ha comprometido a dar a Ucrania un millón de rondas de munición este año y, para ello, ha impulsado varias vías en paralelo. La primera de ellas consiste en que los Estados miembros entreguen cuanto antes a Ucrania toda la munición que puedan que tengan almacenada. En ese contexto, la UE va a financiar con 1.000 millones de euros procedentes del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) parte del coste de la entrega urgente de munición; de ese montante, se han empleado ya 600 millones, según Borrell, y aún hay "margen para seguir cofinanciando".

Una segunda vía paralela consiste en el acuerdo político que lograron los ministros en marzo para emplear otros 1.000 millones de euros del FEAP en pedidos conjuntos a la industria por parte de los Estados miembros. En cambio, los Veintisiete aún no han logrado plasmar ese pacto en un texto jurídico que deje claro que solo se reembolsará material fabricado en la UE o Noruega, como acordaron y como pide especialmente Francia.

Otros países, como dejó patente Lituania, comprenden la oportunidad para dar un impulso a la industria europea de defensa, pero consideran que lo más importante en este momento es "la velocidad" y no retrasar la entrega de armas y munición a Kiev para que pueda cosechar el máximo de éxitos en el campo de batalla.

No estamos esperando el consenso sobre el último párrafo del acuerdo para poner en marcha su aplicación

La prisa de Ucrania por tener el material es también la prisa de la UE por cumplir con su parte en un momento en el que está en juego su autonomía estratégica como actor global. En ese sentido, Borrell espera que la adopción legal de las compras conjuntas se concrete en los próximos días y ha defendido que la UE "no espera al consenso sobre la última coma" del texto para ponerse a trabajar y que ya está poniendo en marcha los mecanismos necesarios para agilizar estos pedidos conjuntos en cuanto sea posible.

"Estoy seguro de que los próximos días llegaran a un acuerdo total para hacer demanda adicional a la industria por valor de mil millones", ha subrayado. Las diferencias entre Estados miembros se han aireado tras la posición enconada de Francia para asegurarse de que los componentes y elementos de los equipos militares que se produzcan de forma mancomunada sean europeos, una visión rígida que reduciría la compra en industrias nacionales, cuya cadenas de valor contienen elementos de fuera de la UE y capital extranjero.

Medidas de apoyo a Moldavia frente a Rusia

En otro orden de cosas, los Estados miembros han aprobado este lunes dos medidas en apoyo de Moldavia, destinadas a respaldar a las instituciones del país frente al impacto de la guerra en Ucrania, con el establecimiento de una misión de apoyo civil y el acuerdo para un nuevo régimen de sanciones contra actores desestabilizadores. Se ha pactado así un nuevo marco de sanciones para atajar las injerencias externas en Moldavia, en un paso de apoyo a Chisinau frente a las maniobras de oligarcas rusos en el país. De todos modos, el régimen nace sin una lista consolidada de sancionados y más como una herramienta de disuasión ante posibles interferencias.

Por otro lado, el bloque ha anunciado una misión de apoyo civil con la que busca reforzar la resistencia del país ante la gestión de crisis y las amenazas híbridas, incluida la ciberseguridad, y contrarrestar la manipulación de la información y la injerencia extranjeras. Moldavia ha denunciado movimientos agitadores rusos dentro del país y en marzo detuvo a miembros de un presunto grupo de "desestabilizadores" a sueldo del Gobierno ruso, con el propósito de incitar a la violencia en manifestaciones alentadas por oligarcas rusos.

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