El perro de pastor catalán o gos d’atura català proviene de Cataluña y es una de nuestras más antiguas razas autóctonas, pero su origen concreto es incierto. A la luz de los estudios genéticos realizados a las razas modernas de perros, el pastor catalán parece estar emparentado con otras antiquísimas razas de pastoreo europeas que se desarrollaron durante la Edad Media, como el pastor de brie, el bergamasco o el pastor de picardía. Más allá de esto, todas las explicaciones sobre su historia son solo teorías.
Fue reconocida como raza española en 1919 y en 1929 se publicó el primer estándar. La raza, por entonces muy popular en todos los Pirineos, sufrió las consecuencias del fin de la transhumancia y la llegada del turismo a su región, lo que provocó que se encontrara al borde de la extinción.
Por suerte, como ha sucedido con otras razas caninas, un grupo de entusiastas decidió reunir esfuerzos para evitar su desaparición y en la década de 1970, iniciaron una búsqueda de los pocos ejemplares originales que quedaban en las regiones montañosas pirenaicas. Esto supuso el inicio de su recuperación y la historia del pastor catalán está irremediablemente vinculada a los esfuerzos de Àngel Jorba, criador que inició el programa de cría selectiva con aquellos ejemplares recuperados de zonas remotas. Tal es así, que en todos los gos d’atura modernos se puede rastrear su origen a través del pedigrí hasta los ejemplares propiedad de Jorba y su afijo Laketània.
Existe una variedad de pelo corto, llamada gos d’atura cerdà, y no reconocida, que se encuentra en la actualidad en un programa de recuperación por parte de un grupo de aficionados a la raza, que trata de evitar que esta variedad del pastor catalán se extinga.
Con autonomía y gran fidelidad
El gos d’atura es un perro, debido a sus orígenes como pastor de rebaños, que necesitaba mostrar capacidad de tomar decisiones por sí mismo para dirigir las cabezas de los rebaños sobre la marcha, con o sin órdenes del guía. Esto les convierte en perros muy listos, con gran facilidad de aprendizaje y aptitud para realizar prácticamente cualquier actividad o deporte canino que se les proponga.
Como la mayoría de los perros pastores, sus linajes se seleccionaron para ignorar las distracciones y desconfiar de los extraños, de manera que no perdieran el foco sobre sus rebaños. A causa de esto, el pastor catalán puede resultar antipático y esquivo con desconocidos, pero con su núcleo familiar es un perro muy amable, protector y con gran disposición para complacer.
Aunque por su funcionalidad inicial como perro de trabajo, pudiera parecer que tienen una gran necesidad de actividad física, es una raza que ha demostrado enorme adaptabilidad a todos los ambientes, lo que le hace un gran perro de familia tanto en un entorno rural como urbanita.
Su pelo es largo y lacio, con abundante subpelo, que necesita cuidados habituales, con cepillados semanales, especialmente durante las épocas de muda estacionales, que en esta raza, se produce en dos partes. Primero mudan la parte delantera, y en el segundo ciclo la parte trasera del cuerpo, lo que hace que durante un tiempo, muestren un aspecto desaliñado.
Para ampliar información, se puede contactar con el Club Gos D’Atura Català, entidad colaboradora de la Real Sociedad Canina de España. Proponemos que se valore la adopción responsable acudiendo a algún albergue protectora o perrera municipal, donde los trabajadores del centro podrán asesorarnos sobre el perro más adecuado a nuestro estilo de vida y hábitos.
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