OPINIÓN

El pacto prohibido

Pedro Sánchez recibe a Juanma Moreno en La Moncloa
Pedro Sánchez recibe a Juanma Moreno en La Moncloa, en una foto de archivo
Europa Press
Pedro Sánchez recibe a Juanma Moreno en La Moncloa

Tras enfrentarnos al abril más seco de la historia y a una de las sequías más acuciantes, si unos cuantos chaparrones no lo remedian antes, PP y Gobierno se han enzarzado con el agua en lo que ya se vislumbra como su próximo serial de rifirrafes.

Aunque ambas partes vienen a defender lo mismo, en el sentido de que el agua es un bien escaso en España y se debe estirar lo máximo posible, se afanan en presentar sus posiciones como encontradas, no sea que parezcan coincidentes, algo que no sería de recibo en este contexto electoral. ¡De eso, ni hablar!

El PP reclama un "Pacto de Estado", mientras que el Ejecutivo plantea "políticas de Estado", que no se sabe muy bien lo que son, pero en las que en ningún momento entran ni de lejos los populares.

Desde 1980 el agua disponible se ha reducido en un 12% y las proyecciones indican que en 2050 puede haber una disminución adicional de hasta un 40%. El valor medio de las precipitaciones acumuladas desde el 1 de octubre es una cuarta parte inferior al valor normal en un año, los embalses con agua para el consumo humano y la agricultura están al 40% y, dadas las previsiones meteorológicas, la situación irá a peor.

Como no podía ser de otra forma, las autonomías tampoco ayudan a buscar una solución y siguen enzarzadas con los planes hidrológicos de cuenca, en esta ocasión con el del Tajo. Sánchez y Moreno siguen a vueltas con Doñana, con Feijóo y Ribera mediante, sin que se perciba el menor gesto para sellar un acuerdo. Mientras, agricultores y ganaderos se echan las manos a la cabeza, no cesan de advertir de que el sector se va a la ruina y reclaman ayuda. Y bajo esta premisa, nos acercamos al 28-M: prohibido llegar a un acuerdo.

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