Una mañana del sábado 30 de octubre el personal del hotel Palace de Madrid descubrió el cuerpo sin vida del empresario José Ismael Rosado en la habitación 541. A partir de ahí se inició una investigación que llegó el lunes -año y medio después- a la Audiencia Provincial de Madrid con el objetivo de desvelar todas las incógnitas que aún quedan en el aire.
Este martes, un policía nacional ha arrojado algo de luz al asegurar que los dos acusados de la muerte del empresario se dedicaban a robar mediante sumisión química a hombres extranjeros con los que contactaban en la zona de Chueca (Madrid). Pero ¿qué pasó exactamente? ¿Qué se sabe hasta la fecha?
Un cadáver sin signos de violencia
Los hechos ocurrieron la madrugada del 29 de octubre de 2021. José Ismael Rosado, un empresario puertorriqueño de 42 años, fue hallado sin vida en la habitación 541 del hotel Palace de Madrid en extrañas condiciones. El cadáver no mostraba signos de violencia, no tenía ni indicios de asfixia, ni moratones, ni ningún otro tipo de lesión identificativa de una peleo o forcejeo. Sin embargo, la habitación del puertorriqueño se encontraba revuelta y con falta de algunos objetos.
Al no existir signos de violencia, solo desorden en la habitación, los investigadores pidieron las grabaciones de las cámaras de vigilancia del hotel. En ellas se vio a dos hombres salir de la habitación de José Rosado en mitad de la madrugada. Rebobinando las cintas, la víctima entró horas antes al hotel acompañada por los dos mismos varones a los que más tarde la investigación pondría nombre y rostro. Se trataba de Mijail V.P., un ciudadano rumano de 39 años y Mohamed C. un joven marroquí de 29.
Sumisión química
Al parecer, en la noche del crimen los dos sospechosos conocieron a la víctima en una discoteca de Chueca y sobre las 5.00 horas acudieron al hotel Westin Palace, donde se alojaba la víctima, fingiendo mantener relaciones sexuales. Según ha testificado este martes uno de los acusados, conoció a José en un bar aquella misma noche y fue la víctima quien se acercó a ellos para comprarles droga y bebida, incluido un bote de GHB (éxtasis líquido), una de las drogas más utilizadas para lograr la sumisión química.
Al salir a la calle, la víctima les propuso ir a su hotel y fueron tras comprar bebida. Allí, uno de los acusados y José Ismael comenzaron a besarse y a acariciarse, y él le pidió el dinero del que habían hablado pero la víctima dijo que no tenía en efectivo, por lo que le manifestó su disgusto y se vistió para irse. Finalmente el joven le dio 90 euros y le pidió disculpas, ya que él le había dicho que "le había hecho perder el tiempo y así no se trabaja", según este acusado.
La carga excesiva de drogas junto con el efecto del alcohol de aquella noche le llevó a la muerte. Según las declaraciones más recientes de los acusados, cuando salieron de aquella habitación José aún seguía con vida. Los dos acusados, además, al parecer se apoderaron de un teléfono móvil, una tablet, un reloj y varias tarjas de crédito, todo ello perteneciente a la víctima.
Una autopsia definitiva y más pistas
Con la realización de la autopsia, la investigación dio un giro de 180 grados. Los análisis toxicológicos determinaron que en el organismo de la víctima había grandes cantidades de GHB, que triplicaba la cantidad tolerable por el cuerpo humano y que supuestamente los acusados introdujeron en una botella de vino cuando estaban con la víctima en la habitación del hotel.
Mientras tanto, el marido de la víctima aportó una pista decisiva, su esposo llevaba varios días sin recibir noticia de José y había detectado cargos extraños en la tarjeta de compras del empresario, provenientes de establecimientos de la localidad madrileña de Móstoles. Con todo esto, los investigadores cada vez ratificaban que se trataba de un homicidio.
Semanas después del fallecimiento de José, la policía registró las viviendas de los dos sospechosos, y encontraron todo un arsenal de pruebas incriminatorias. Entre ellas estaban la misma ropa que utilizaron la madrugada del 30 de octubre (captada por las cámaras de seguridad), más de 2.500 euros en efectivo, teléfonos móviles, joyas, documentación de terceros, etc.
La fiscal exigía 19 años y tres meses de prisión para Mohamed C. y 17 y medio para Mijail V.P., acusados de homicidio, robo con violencia y estafa, con la circunstancia agravante de reincidencia en el caso del primero, al tener tres condenas por el segundo delito. Hasta ahora, y desde el 24 de diciembre de 2021, ambos han permanecido en situación de prisión provisional y, en responsabilidad civil, la Fiscalía les reclama 150.000 euros.
"Era consciente de que bebía droga"
Ahora, con la celebración del juicio que arrancó el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Madrid, nuevas hipótesis surgen tras las declaraciones de los acusados y el entorno de la víctima. Los abogados de los dos acusados han sostenido que el hombre consumió droga conscientemente y que sus clientes no se la suministraron, negando haberlo hecho en contra de su voluntad. De hecho, este martes afirmaron que fue la víctima la que quiso drogarse y les invitó a su hotel, donde uno de ellos discutió con él porque no tenía dinero para pagar por relaciones sexuales.
"Era consciente de que bebía droga", así recoge el escrito de defensa de uno de los acusados. Los procesados niegan el homicidio, pero no el hurto que se cometió a continuación ni la estafa por la sustracción de las tarjetas de crédito.
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