El Gobierno asume que la Comisión Europea no actuará contra España por Doñana hasta después de las elecciones del 28M

A pesar de que la Comisión Europea no pierde ocasión de dejar clara su oposición al plan de regadíos en Doñana de la Junta de Andalucía porque va en dirección contraria a la condena que debe cumplir España por el mal estado del parque nacional, el Gobierno asume que Bruselas no actuará sobre este contencioso hasta después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Cuando se celebren, podrá comprobar si la Junta retira la iniciativa que tramita el Parlamento Europeo o si tiene que hacer efectiva su amenaza e imponer una multa contra España, aunque ya sin coste electoral para el PP.

Este compás de espera explica que, a pesar de su clara oposición al plan de la Junta para otorgar derechos de riego con aguas superficiales -cuando las hubiera a más de 1.000 hectáreas en Doñana -hasta 1.900, según denuncia WWF-, Bruselas todavía no haya dado el siguiente paso del procedimiento de infracción que abrió el año pasado contra España y haya remitido a Madrid una carta de motivación donde explicite las medidas que tendrá que tomar para reconducir la situación. Ni que haya ido directamente al Tribunal de Justicia de la UE para proponer la imposición de una multa.

En el Gobierno tienen claro que no lo hará por ahora y también que con este compás de espera la Comisión está favoreciendo las perspectivas electorales del PP, que justo este miércoles subió el tono y pasó de decir que el Gobierno envía mensajes tergiversados a Bruselas sobre el plan de regadíos de Doñana a defender directamente que el Ejecutivo comunitario está haciendo campaña por Pedro Sánchez. "Se ha superado cualquier tipo de barrera, no he visto jamás algo más preocupante", ha dicho la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, sobre este cuestionamiento de la independencia de la Comisión para aplicar el Tratado de la UE . "Estas cosas no suelen pasar desapercibidas", ha advertido la vicepresidencia un día después.

Ribera se ha reunido en la sede del Ministerio con la número dos de Medio Ambiente de la Comisión Europea, su directora general Florika Fink-Hooijer, que precisamente fue la que dio a mitad de marzo la primera voz de alarma contra la proposición de ley sobre Doñana, en una carta en la que mostraba su "estupefacción" por lo que planteaba, advertía de que iba en contra de la condena a España de 2021 y de que no dudaría en imponer sanciones. En principio, el encuentro era para preparar la Presidencia española de la UE en esta material, pero también para tratar "otros asuntos de actualidad de interés europeo dentro de sus competencias" entre los que Doñana no podía estar ausente. Sin embargo, del encuentro no ha salido ninguna concreción sobre el procedimiento en marcha -y congelado, de momento.

Tras la carta de Fink-Hooijer, el comisario Sinkevicius ha reiterado su oposición al plan de regadíos a Ribera en la reunión entre ambos en Estocolmo, por carta a los eurodiputados socialistas César Luena y Javi López y al consejero andaluz de Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco, en un encuentro el lunes pasado. Sin embargo, Bruselas sigue sin actuar y de momento sigue  "analizando" la ausencia de movimientos que se materializó la semana pasada en la carta que se remitió desde España, donde la Junta se mantuvo la defensa de la proposición de ley, planteó aumentar la disposición de agua de superficie incrementando en 30 hectómetros sobre los 20 del trasvase previsto al Guadalquivir desdelos ríos Piedras, Odiel y Tinto y se abrió a enmendar la propuesta legislativa, pero no a retirarla, tal y como este jueves ha vuelto a exigir Ribera. Hasta entonces, la vicepresidenta se niega a sentarse a negociar nada con la Junta, a pesar de que la propia Comisión pide a las dos administraciones que colaboren para cumplir con el plan de actuaciones de Doñana con el que, antes de que entrara la polémica proposición de ley, España buscaba evitar definitivamente la multa europea que ahora se cierne sobre su cabeza.

"Se ha quebrado la confianza en la relación con este Ministerio [y la Junta de Andalucía] (...). Es muy difícil y no se puede aceptar hablar de lo que no tiene margen de negociación ninguna", ha reiterado Ribera, que ha asegurado que su departamento "siempre ha contestado a las llamadas y las cartas y se ha reunido con los distintos consejeros". También ella ha conversado en persona con el presidente andaluz, Juanma Moreno, que  le prometió antes de las elecciones andaluzas del año pasado que paralizaría el plan de regadíos que después el PP volvió a registrar en el Parlamento andaluz, coincidiendo con la cercanía de las elecciones del 28 de mayo.

En el Gobierno tienen claro que no lo hará y también que con este compás de espera la Comisión está favoreciendo las perspectivas electorales del PP, que justo este miércoles subió el tono y pasó de decir que el Gobierno envía mensajes tergiversados a Bruselas sobre el plan de regadíos de Doñana a defender directamente que el Ejecutivo comunitario está haciendo campaña por Sánchez.

A pesar de la quietud de Bruselas, Ribera ha vuelto este jueves a exigir a la Junta que retire un proposición de ley que "no tiene recorrido". De lo contrario, ha dicho, el siguiente paso será que la Comisión dictará a España lo que tendrá que hacer en Doñana, "medidas coercitivas que tendríamos que incorporar en la legislación". Más aún, en el Gobierno afirman que la Comisión podría acudir al Tribunal de la UE para fijar una sanción y que, si quisiera, podría hacerlo "a diez días de las elecciones" del 28 de mayo. 

El PP acusa a la CE de "hacer campaña" por Sánchez

La carta de Fink-Hooijer fue el inicio de la inflamación del contencioso de Doñana entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía, que tanto el PSOE y Sánchez, como el PP han convertido después en terreno de batalla electoral en una guerra que paulatinamente también ha saltado a Bruselas, a las instituciones de la UE. Este miércoles subió de nivel cuando el PP acusó al Ejecutuvo comunitario de "hacer campaña" en favor Sánchez a través de Doñana. "Se ha superado cualquier tipo de barrera, no he visto jamás algo más preocupante", ha dicho Ribera sobre el cuestionamiento que estas acusaciones de favoritismo de la independencia de la Comisión para aplicar el Tratado de la UE . "Estas cosas no suelen pasar desapercibidas", ha advertido.

El extraordinario rifirrafe entre el PP y la Comisión Europea, que hasta provocó una inusual reacción pública por parte de Sinkevicius, cuenta con otro ingrediente que trasciende las fronteras españolas, el enfrentamiento cada vez menos velado entre el presidente del Partido Popular Europeo (PPE) en la Eurocámara, Manfred Weber, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también alemana y conservadora y de quien Weber piensa que le arrebató un puesto -quizá el más importante de la UE- que debía haber sido suyo como candidato del PPE.

Este miércoles, los eurodiputados del PP Dolors Montserrat y Juan Ignacio Zoido flanquearon a Weber en unas declaraciones en las que denunció la actitud "partidista" del comisario de Medio Ambiente.

"Tengo que ser muy claro: veo al comisario ahora cada vez más como un 'camisa roja'  haciendo campaña por Sánchez y no tanto como un verdadero creador de soluciones", dijo Weber. Montserrat apuntaló estas acusaciones afirmando que el PP le ha pedido "que no utilice la Comisión por parte de ningún partido, en este caso el PSOE, durante la campaña electoral", que "se abstenga de comunicaciones partidistas".

Estas palabras tuvieron una rápida e infrecuente reacción por parte de Sinkevicius, con un tuit donde recordó que también se ha reunido con el PP y la propia Montserrat para conocer su visión sobre Doñana y asegurar que la Comisión "actúa como un guardián imparcial del Tratado y la aplicación de la sentencia como una prioridad".