Alejandra Jacinto Portavoz de Vivienda en Sumar
OPINIÓN

Una verdad como una casa, una ley como una casa

Alejandra Jacinto en el Congreso duranta la aprobación de la Ley de Vivienda
Alejandra Jacinto en el Congreso duranta la aprobación de la Ley de Vivienda
Cedida
Alejandra Jacinto en el Congreso duranta la aprobación de la Ley de Vivienda

Los cambios de verdad, los que afectan a la vida de la gente, no nacen en los parlamentos. Esto es una verdad como una casa. Sin organización social, sin que la gente tome conciencia de que su futuro está en sus manos y que nadie le va a regalar nada, no se ha conseguido ningún avance. El movimiento de la vivienda ha sido el mejor ejemplo de esta verdad.

Antes incluso de que el 15-M llenara las plazas, miles de activistas se organizaban por todo el país para evitar que los bancos y los especuladores echaran a sus vecinos. Decían que el derecho a la vivienda es la condición para el ejercicio de todos los demás derechos, otra verdad como una casa.

Desde entonces hemos vivido varias crisis que siempre han pagado las mayorías sociales. Lo viví como abogada del movimiento. Se desahuciaban familias mientras se rescataba a los bancos.

La situación económica derivada de la covid y la invasión de Ucrania podrían haber sido un nuevo ejemplo. Pero gracias al impulso del movimiento por la vivienda digna y la presencia en el Gobierno de fuerzas como Podemos, que han intentado ponerse a su altura, ayer se aprobó la primera ley de vivienda de la democracia. Un primer paso, todavía insuficiente, pero muy importante, para alcanzar nuestro objetivo: que el acceso a la vivienda se convierta en un derecho.

El incremento de los alquileres estará limitado por ley; el 50% de toda la vivienda que se construya será protegida; se podrán poner precios máximos a los alquileres en zonas tensionadas y se garantizará la actuación de los servicios públicos para evitar desahucios sin alternativa habitacional. Todo esto era necesario. Otra verdad como una casa.

En Madrid el problema de la vivienda es, si cabe, más acuciante. Ostenta los precios de alquiler más altos de todas las Comunidades, donde el 85% de los jóvenes no se pueden emancipar. Las políticas de Isabel Díaz Ayuso son una alfombra roja para los especuladores y un pesado ladrillo en la espalda de las y los madrileños. Se va a resistir a aplicar esta reforma. A nadie le sorprende.

Madrid no merece quedarse atrás ni los madrileños y madrileñas ser ciudadanas de segunda. Ante el negacionismo de Ayuso y del PP, que solo saben hacer oposición al Gobierno de coalición incluso a costa de perjudicar a los madrileños y madrileñas, la candidatura de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde es decisiva para bajar los precios de los alquileres. Y lo vamos a hacer desde un gobierno progresista a partir de mayo. Entre la resignación y la esperanza, algunas, como nos ha enseñado el movimiento por la vivienda, elegimos la esperanza.

Que esto es posible es otra verdad como una casa.

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