Borja Terán Periodista
OPINIÓN

'Masterchef' y la crisis de la década de éxito

Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, jurado de 'MasterChef'.
Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, jurado de 'MasterChef'.
RTVE
Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, jurado de 'MasterChef'.

El día que falleció Sara Montiel, TVE presentaba MasterChef en los 2.200 metros cuadrados del plató más grande de los desaparecidos Estudios Buñuel. La noticia nos sobresaltó a la prensa mientras estábamos sentados en los fogones del programa. Nos estaban explicando en una solemne rueda de prensa los motivos por los que este talent show era perfecto para España. Aunque ya nos daba igual las bondades del concurso, había muerto Saritísima.

Han pasado ya más de diez años de aquel 8 de abril de 2013. Seguimos teniendo presente a Sara Montiel. Su voz, su desparpajo, su magnetismo, su echarle morro. Como si la termináramos de escuchar. Como también continúa MasterChef como gran apuesta de TVE. Nadie engañaba en aquella ensombrecida presentación a los medios de comunicación cuando se resaltaba que España era un país ideal para este formato de éxito internacional, pues contamos con una rica cultura gastronómica y, además, somos adictos a sobreactuar el drama. Bueno, esto último no lo dijeron. Pero también es uno de los ingredientes claves de MasterChef: la telegénica combinación de exageración de reality y ensoñación de cazuela.

Sara Montiel hubiera sido una vip maestra para MasterChef Celebrity. Seguramente hubiera aceptado, ya la vimos en Con las manos en la masa. Allí hizo, a su manera, unas gachas manchegas. Casi como Elena Santonja, Masterchef ha conseguido poner entre fogones a referentes de primera categoría. No es fácil, por el grado de reality tenso que tiene el concurso. Así la edición de famosos es la que mejor aguanta el tipo en audiencias, ya que muestra fuera de su habitual área de confort a una particular mezcla de referentes públicos.

La involucración que consigue Masterchef es fruto de cómo supo enmarcar la cocina en un valor, en una potente Marca España. La influencia de la tele sigue siendo poderosa y Masterchef mostró todos sus respetos a una profesión e incluso la envolvió de cierto glamour. Los niños ya no quieren ser sólo astronautas, policías o bomberos, también aspiran a ser chef. Y TVE fue dando luz verde a diferentes versiones del concurso, transformándose en el pilar de audiencias de su programación.

Tanto que esta temporada, en la edición original, la de anónimos, TVE ha duplicado los episodios a la semana. De una única entrega ha pasado a dos, los lunes y los martes. ¿Jugada redonda para exprimir más el éxito y aupar la maltrecha media de la cadena? Podía ser una buena idea si el formato acortara más la duración. Pero el espectador siente que son dos maratonianas galas diferentes en días consecutivos. Y así se produce un efecto agotamiento.

Si con una década en emisión ya Masterchef inevitablemente es un show bien veterano que necesita una dosis extra de creatividad porque el espectador ya siente que se sabe todos los trucos del concurso, la cadena fomenta aún más su desgaste con esa dinámica de sobreexposición semanal. Aún así mejora la media de la cadena, así que ha seguir exprimiendo el último éxito. Sin embargo, la nueva mecánica aturulla porque hay que hacer un esfuerzo extra para conocer a todos los concursantes y encima dedicar más tiempo semanal al programa. Entonces, surge la paradoja del congestionamiento. Y aturdidos no empatizamos con la misma tranquilidad, ilusión y naturalidad con los protagonistas del espectáculo. Las artistas de antaño, como Sara Montiel, lo sabían bien: prodigarse demasiado mengua los deseos.  Otra cosa es que sus ansias de necesidad de aplausos impidieran que se dosificaran para ensanchar afectos. 

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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