Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

La madre que me parió

Mujer hablando con su hija.
Mujer hablando con su hija.
pexels
Mujer hablando con su hija.

El domingo se celebra el Día de la Madre y de la Virgen, a las incongruencias ya estamos acostumbrados. Así que yo me quedo con el primero, sin ánimo de ofender a creyentes y a padres, pero lo de albergar a un ser 9 meses, los tobillos hinchados, las tetas como globos o la espalda doblada da categoría

En fin, que, de todos los tipos de madre, la mía es de esas cuya foto aparecería en la Wikipedia. De las que se preocupan 24 horas por lo haces y por lo que no has hecho, y cuando no tienen de qué preocuparse, se lo inventan un poco, que justificar el trabajo siempre conviene. De las que te hinchan a táperes y se comen la cola del pescado para dejarte a ti la tajada más grande. De las cómplices con una travesura con la que a tu padre se le incendiarían las pupilas. De las que les gusta hablar cinco veces a la semana, y al día si las dejases, porque dicen que va a ser corto, pero enganchan una sílaba con otra y una anécdota de ayer con una de 1991 porque era capicúa. 

De las que son pesadas, pero tienen galones para serlo porque tú lo has sido más en tu niñez, adolescencia, juventud e incluso en la madurez sigues siendo un coñazo. De las que hacen más favores de los que piden y siempre dicen sí, aunque no sepan cómo conseguirlo. De las que convierten cada triunfo tuyo en el suyo propio, y cada uno de tus fracasos, en una fiesta para amortiguar tu disgusto. De las que piensan que eres la más guapa del mundo y de las que hacen las mejores croquetas, porque ambas somos muy objetivas. 

En fin, que, con permiso de mi padre, que sé que también aportó al guiso, celebro a todas las madres, las que son como la mía y las que no, aunque sean un poco peores, ya saben que, como ella, soy objetiva.

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