La coronación de Carlos III como rey de Inglaterra ha estado cargada de momentos impactantes y el más esperado de ellos ha sido el momento exacto en el que el arzobispo de Canterbury ha colocado la corona sobre la testa del monarca.
Los millones de espectadores que han visto en televisión el evento no han dejado pasar el detalle ocurrido en este trascendental momento para la historia de Reino Unido.
El arzobispo, Justin Welby, colocó la corona de San Eduardo sobre la cabeza del rey y posteriormente la movió para que encajara perfectamente en su real testa.
Luego, la levantó una vez más antes de empujarla hacia atrás sobre la cabeza del monarca. Posteriormente, el arzobispo se agachó al nivel de los ojos del rey para asegurarse de que la corona estuviera recta.
En descargo del arzobispo hay que decir que la corona de San Eduardo tiene un peso aproximado de dos kilogramos, por lo que es fundamental que el encaje sea el correcto para no molestar al monarca.
La corona actual, curiosamente, fue elaborada para la coronación del rey Carlos II, ya que la original, realizada en el siglo XIII con motivo del traslado de los restos de Eduardo el Confesor, fue destruida durante el periodo de la Mancomunidad de Inglaterra.
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