El bulo de los embalses: es falso que los estén vaciando para producir electricidad

La sequía que está alcanzando a una parte del territorio y la perspectiva de un verano marcado por la falta de lluvias y el aumento de las temperaturas han creado un particular caldo de cultivo para un nuevo bulo que circula por redes sociales. En este caso, el mensaje falso es que se están vaciando los embalses que hay en España para producir electricidad. Una afirmación que no es cierta: tanto el Gobierno como los datos estadísticos que reflejan el mercado energético lo desmienten.

La situación del campo es crítica en varias zonas de España por la falta de lluvias, sobre todo en las Comunidades levantinas y en el Sur peninsular.  De hecho, Cataluña y  Andalucía han planteado posibles restricciones si antes de otoño no aumentan las lluvias. Otras autonomías también tienen en estudio o tramitación planes de choque ante la sequía. 

Ante esta situación, está circulando por redes la afirmación de que "Pedro Sánchez ha destruido 256 presas y embalses".  El mensaje añade que "sin estas presas y embalses hay menos agua y sin agua no hay agricultura ni ganadería". El bulo está empezando a preocupar al Gobierno central, lo que le ha llevado a desmentir de forma tajante estas afirmaciones a través de sus redes sociales y también con declaraciones públicas de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. 

Algunos de los bulos señalan algunos embalses como "vacíos" cuando, en realidad, se encuentran con más agua almacenada que hace un año. Algunos de estos bulos se ilustran con fotos de hace más de cinco años. La realidad es que, aunque la sequía preocupa, las precipitaciones de finales de 2022 favorecieron el aumento de agua almacenada de los pantanos de muchas zonas de España.  Esas lluvias del invierno pasado permiten que hoy algunos embalses, como el de Alcántara (Cáceres) esté a un 77% de su capacidad, según reflejan los datos actualizados por Transición Ecológica este martes.

En cuanto a la situación de esa Comunidad, los datos del Ministerio indican que el volumen actual en los embalses extremeños con centrales hidroeléctricas de Iberdrola es de algo más de 4.400 hectómetros cúbicos. Es un 21% más que hace un año y hace que estén a más del 70% de capacidad. 

No solo los datos estatales reflejan que no se están produciendo desembalses para la generación de energía. Uno de los expertos del sector, Xavier Cugat ha detallado en su cuenta de Twitter las cinco principales fuentes de energía usadas en lo que va de mes. La hidroeléctrica ni siquiera aparece en el listado. 

Más allá de las estadísticas oficiales y lo que señalan los expertos en tema energético, hay otro asunto que impediría los desembalses que estas falsas cuentas aseguran que se producen: la generación de la energía hidroeléctrica está marcada por una extensa regulación estatal y autonómica. También se vigila a través de convenios internacionales, que en el caso de España tienen un reflejo con Portugal. Los criterios finales los marcan las confederaciones hidrográficas, que dependen -excepto en el caso de las cuencas que pasan por solo una Comunidad Autónoma- del Gobierno central.

Hay numerosas leyes que controlan el uso que se puede hacer de los embalses y que bloquearían una actuación que pudiese considerarse gravosa para el interés social.

En el caso concreto de España, la Ley de Aguas es la responsable de fijar las prioridades para el uso del agua: primero el consumo destinado a personas. El siguiente uso que se permite una vez garantizado el primero es el destinado a los regadíos. La producción hidroeléctrica ocupa el tercer lugar en la ley estatal. En cualquier caso, el margen del Gobierno español al redactar esta ley fue escaso: el orden de prelación lo marcó la directiva del Agua que impulsó la Comisión Europea hace ya más de dos décadas y es de obligado complimiento en todos los países de la Unión.