Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

La honestidad brutal de Rubén Pozo

Una imagen digna vale más que mil chorradas.
Una imagen digna vale más que mil chorradas.
Twitter.
Una imagen digna vale más que mil chorradas.

Dice el cantante Rubén Pozo en sus redes sociales que se han cancelado sus conciertos previstos para este fin de semana en Córdoba y Jaén. Sin paños calientes y con una foto de su cara con un rótulo en el que se lee “cancelado”, el artista explica lo siguiente: “La razón de estas cancelaciones es que no se han vendido las entradas suficientes para que la realización de los eventos no sea un descalabro económico. Ahora el descalabro es mental y solo mío, pero eso es otro tema”.

No se lee algo así todos los días y lo agradezco. Me viene a la mente el disco Honestidad Brutal de Andrés Calamaro. Pienso que hace mucho tiempo que no lo escucho. Lo busco y lo pongo. Voy oyendo canciones mientras escribo esta columna y compruebo que muchas frases le hablan a Pozo. Soy un médium.  “Te quiero, no me gusta esperar, pero igual te espero” podría ser lo que le dice el compositor al público de estas dos ciudades. Habrá otro momento para encontrarse.

Me imagino también que Pozo le dice a la música -esa amante cabrona- aquello de “perdiendo imagen a tu lado estoy mi vida, mañana será un nuevo punto de partida”. En un mundo de apariencias, vanidades, en el que sacamos fotos de tres nucas y cuatro hombros para que parezca que nuestra presentación ridícula estuvo llena, hay un tipo que da la cara y pone un rótulo de “cancelado” en su foto. “Cuando no estás, es feo, cuando no estás duele más”. Pozo me inspira y me produce admiración. La dignidad no es gratis y no suele estar bien pagada.

En un mundo de apariencias, vanidades, en el que sacamos fotos de tres nucas y cuatro hombros para que parezca que nuestra presentación ridícula estuvo llena, hay un tipo que da la cara y pone un rótulo de “cancelado” en su foto.

“Y no se puede cambiar de corazón como de sombrero sin haber sufrido primero” es una puñalada que me duele a mí también, Rubén Pozo. Las bifurcaciones de la vida dejan cicatrices y alguna piedra en la mochila. Hemos sufrido tanta Operación Triunfo, tanto llorón acobardado por la otra cancelación, tanto cantante melódico o bailongo de estribillo aeróbico escondido tras un vampiro que se hace llamar “repre” -qué asco-, que siempre justifica el agotamiento de la popularidad televisiva de sus marionetas con gripes e indisposiciones y, después, con prostituciones artísticas de cualquier tipo. Frente a esa mierda, cancelado por dignidad.

Chavales de Getafe forzando el acento dominicano, artistas de medio pelo incendiando las redes con un tanga, listas de Spotify en vena que son callejones sin salida y, a veces, abismos y bolos en sitios complicados que son una mudanza diaria. Ser el ex miembro de, como un pene amputado con vida propia en un mundo que siempre repite las mismas estupideces. Este es el panorama. Pozo ha elegido esta vida y seguirá adelante. “Un rayo no cae nunca en el mismo lugar dos veces, pero, si quiero, te espero en el mismo lugar otra vez”. Enhorabuena por la cancelación. Nada de malos ratos. Hay que celebrar estas cosas y, quizá, escribir un tema que se llame “Descalabro mental”. Sigo escuchando a Calamaro porque vivir es jugar y quiero seguir jugando.

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento