Siempre del lado de quienes más lo necesitan, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Esta vez, aprobando medidas para ayudar al campo y a los ganaderos, y no al campo de golf, que es a lo que nos tiene acostumbrados el PP cuando se trata de política de agua.

El Gobierno de España viene adoptando, desde 2022, medidas extraordinarias para hacer frente a la situación que vive el sector primario. Si sumamos las medidas aprobadas en 2022 y 2023, alcanzan unos 4.000 millones de euros para agricultores, ganaderos, pescadores y empresas acuícolas; destinados a ayudas directas, medidas de liquidez, rebaja en el coste del combustible, rebajas fiscales, exención de cánones o abaratamiento del agua desalada. Todo ello añadido a las ayudas ordinarias que ya reciben por la PAC.

Pero el agua nos concierne a todos, no solo al Gobierno de España. Es por eso que los y las socialistas exigimos también medidas al resto de administraciones. En el momento de sequía que vivimos pedimos dejar atrás las lamentaciones y las acusaciones entre administraciones, eso a lo que nos tienen tan acostumbrados nuestros gobernantes independentistas en Cataluña.

Demasiados años escuchando reproches que solo han servido para priorizar otros temas antes que aquellos que son más urgentes y prioritarios, como ejercer una verdadera política de agua. Fue el presidente socialista de la Generalitat de Cataluña José Montilla el último que se lo tomó en serio, que invirtió y se comprometió con proyectos de inversión para asegurar el agua para todos. 

De eso han pasado ya trece años. Y en estos años, ¿hay alguien en la sala que recuerde al independentismo situar en el centro la gestión del agua? No. Por eso llegó la hora de pasar página y apostar por aquellos políticos que sí defienden los problemas reales de la gente. No hay más tiempo que perder.