OPINIÓN

Una campaña local general

Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
20minutos
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Los dos lo han querido así. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se han lanzado a la carretera a pescar votos, sin medir cómo. No son los primeros líderes nacionales que lo hacen en una campaña para elecciones municipales y autonómicas. Pero esta vez, el empeño resulta indisimulable, y ambos ocupan un altísimo porcentaje del protagonismo que, en puridad, correspondería a sus candidatos locales y regionales. Y eso tiene un motivo.

En el caso de Sánchez, la votación del 28 de mayo será la primera vez en la que su estilo tan personal de gobernar –incluida su inédita coalición con Podemos y sus temerarios pactos con Esquerra y Bildu–se someta al examen de las urnas en el conjunto del país. Es cierto que el presidente ya compareció desde la Moncloa a las dos elecciones generales consecutivas que se convocaron en 2019. Para entonces, ya llevaba meses en el poder gracias al éxito de la moción de censura que planteó en mayo de 2018. Pero en aquel primer test electoral, Sánchez llevaba poco tiempo como presidente y no se puede considerar que los españoles hubieran tenido tiempo de establecer una idea definitiva para juzgar la gestión del líder socialista.

Ahora, llegados a mayo de 2023, Pedro Sánchez lleva casi cinco años en el cargo. Como consecuencia, el jefe del Gobierno sabe que, esta vez sí, los ciudadanos tienen la oportunidad de aplicar a su mandato una especie de examen parcial. No será definitivo, porque Sánchez no aparecerá en ninguna lista electoral. Pero si el PSOE consigue más votos que el PP en las elecciones municipales, Sánchez se considerará reivindicado en su labor. Por el contrario, si el PP ganara en el conjunto del país, el presidente sabrá que, como poco, ha recibido un serio toque de atención, con las elecciones generales de diciembre a la vista. Y existe una realidad poco cuestionable: uno de los peores escenarios en política es perder las elecciones después de un solo mandato en el poder, porque eso significa que ese mandato único ha sido un fracaso a ojos de los votantes.

Al otro lado del ring, Feijóo sabe que sus opciones de llegar a diciembre con alguna posibilidad de ganar las generales es que el 28 de mayo las urnas sean suficientemente generosas con el PP, para decir que ha vencido a Sánchez. Los populares no ganan unas elecciones de ámbito nacional desde que Rajoy consiguió la victoria en las generales de 2016. Han pasado siete años que, en política, son una eternidad. Desde entonces, en el PP han caído el propio Rajoy y Pablo Casado, mientras que Feijóo necesita en las urnas un respaldo que eleve su figura a categoría real de candidato a la Moncloa, algo que, en sentido estricto, todavía no tiene. Nada será definitivo el 28-M, pero nada será inocuo.

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